Fumar -07

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Ay bambino, desde cuando tienes tan mala costumbre?

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Ay bambino, desde cuando tienes tan mala costumbre?

Flashback

No era la primera vez que pasaba por una tienda en las calles solitarias de Italia, solía hacerlo cada que se iba de su casa, dejaba la mansión Gambino por horas... días o tal vez semanas.

Había veces que simplemente no podía soportar estar constantemente con su padre respirándole prácticamente en la nuca, esperan que sea un líder de mafia sin siquiera cumplir la mayoría de edad.

Con 15 años — 3 años más que su hermano Carlo — ya había abandonado su hogar por lo menos unas 15 veces teniendo que regresar a la fuerza por una pistola apuntándole en la sien, ya sea de algún familiar o de enemigos de estos, por lo mismo siempre llevaba consigo un arma en caso las cosas se pusieran feas.

Escuchar la discusión de sus padres era un completo dolor de cabeza, y más cuando toda la pelea le tenía a él como la causa principal, muchos niños a su edad tendrían problemas comunes como los estudios pero él?... él pasaba horas y horas entrenando con armas y torturando a gente que ni siquiera conocía, todo por dejar en alto el apellido Gambino.

Pero regresando al presente, dejó los billetes sobre la mesa al lado del cajero y tomó el paquete de cigarros sin ganas despidiéndose amablemente del caballero que atendía el local. La noche fría y lluviosa no le impediría disfrutar de la sensación de llenar sus pulmones con ese humo, contando cada calada que le faltaba para terminar de una vez con todo.

Que tan mal estaba para que un simple chico pensara en las posibilidades de que en algún momento todo ese humo taponara sus pulmones hasta sentir como dejaba de pasar el aire por su garganta, creando un vacío en sus pensamientos y finalmente dejar de sentir cualquier estímulo a su alrededor.

Eso pensaba con cada paso de los refinados zapatos sobre los charcos del agua de lluvia que se empozaba en los huecos de las calles, cada gota que chocaba contra el sombrero que le servía para ocultar su rostro de cualquier ser viviente cercano a su posición.

Se detuvo quedando debajo de un toldo viejo de una tienda que yacía cerrada durante la temporada, extrajo de su bolsillo un mechero bañado en oro, las cosas codiciosas que su padre tenía fácilmente podría llevarlo a la ruina. El mecanismo fue activado con solo un roce de su pulgar con la tuerca del propio encendedor y una llama fue encendida saliendo del pequeño tubo cuál soplete.

Tan concentrado en sus acciones que pudo distinguir el pequeño ruido del extremo del cigarrillo quemándose al tener contacto con el fuego... y una vez encendido, guardó otra vez la pieza de metal balada en oro para mover sus dedos hasta que el extremo seguro del cigarro chocara con sus labios... mantenía toda aquella elegancia que se le había inculcado en su familia...

Cuando su mano estuvo alzada hasta la altura de su boca, la manga de su gabardina se deslizó sobre su antebrazo dejando expuesta aquellas quemaduras circulares en el dorso de su mano, misma circunferencia perfecta que era dejada al presionar fuertemente el cigarro contra su piel.

Papà

Fue lo único que pudo pensar al dirigir su vista de reojo hacia su diestra y luego recorriendo lo largo de ambos brazos sabiendo las demás heridas que eran cubiertas por la elegante tela.

No eran de importar esas marcas o si? Si algún día no se moría de un balazo, esperaba que esa mala costumbre de fumar acabara con su vida de una vez por todas...

Pero... la incógnita que retumbaba en su mente era: ¿Cuánto le faltaba?

Fin del flashback

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Infancia - Toni Gambino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora