Capitulo 4

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Los demás observaron la escena sorprendidos de la ingenuidad de su capitán pues todos entendieron que era lo que le causaba esa sensación al pelinegro, bueno casi todos.

—¿Y estás bien? ¿Ya te reviso Chopper? Espero no sea algo grave— dijiste genuinamente preocupada.

—Siento que verte sonreír es lo único que necesito para estar bien— te respondió el pelinegro y no pudiste evitar sonrojarte.

—¡A caso sabes lo que estás diciendo!— Nami regaño al pelinegro tomándolo de la oreja.

—¡Pero eso es lo que siento!— replicó Luffy —¡Espera un momento!— se libro del agarre de Nami y se acercó de nuevo a ti.

—Tu rostro esta rojo— entonces puso su frente contra la tuya intensificando el color rojo de tus mejillas —pero no pareces tener fiebre— Luffy sonrió —y por algún motivo no quiero moverme de aqui— un golpe de Nami lo alejo de ti.

—¡Pareces un acosador!— se quejo la pelinaranja —creo que no entiendes bien lo que está pasando ni lo que estás diciendo— suspiró mientras lo alejaba de ti.

Tu tampoco entendías del todo lo sucedido pues llevabas demasiado tiempo viviendo sola. De pronto sentiste un mareo y estuviste a punto de caer de dónde te encontrabas sentada de no ser por qué Luffy estiró su brazo y logro detenerte.

—Debes recostarte y descansar— Chopper se había acercado a revisarte. E inmediatamente Luffy te tomo entre sus brazos y te llevo a tu habitación seguido por el médico.

Parecía que tenías fiebre pero tú temperatura se mantenía igual, Chopper supuso que sería por el agotamiento de tu cuerpo así que le pido a todos que te dejarán sola para qué pudieras descansar, solo él se quedó a vigilarte. Aunque el capitán se resistió un poco antes de abandonar la habitación.

—¿Tienes una idea de todo lo que estás haciendo y diciendo?— le pregunto Nami a Luffy.

—Pero no estoy haciendo nada— se quejo el pelinegro, Nami suspiró exasperada.

—Dijiste que sientes un cosquilleo en el estómago al verla ¿Desde cuándo?— preguntó Robin uniéndose a la conversación.

—Veamos— Luffy se cruzó de brazos mientras pensaba —Creo que desde que la ví en el puerto, al principio pensé que era hambre pero después de comer todo aquel pescado me seguía sintiendo igual—

—No puedo creerlo, habiendo tantas oportunidades y mujeres terminas cayendo ante una ahora que tenemos prisa— se quejo la pelinaranja.

—¿Cayendo? ¿A qué te refieres?— el capitán no entendía nada.

—Parece que nuestro querido capitán es un completo inexperto en el tema— Robin sonrió burlonamente.

—Dios dame fuerzas— se quejo Nami al ver todo lo que debía hacerle entender al pelinegro —Digamos que no la ves como ves a todas las mujeres—

—¿Eh? ¿Pero que no todas son iguales?— Luffy recordaba sus experiencias en la isla de mujer y por demás estaba decir que las veía a todas iguales.

—Veamos, en Arabasta me viste desnuda por una módica cantidad ¿Recuerdas?—

—Si, pero no fue la gran cosa, todas son iguales— el capitán le resto importancia mientras se picaba la nariz, y Nami se molestó ante su respuesta.

—Pero hace poco la viste a ella por accidente— continúo Nami —¿Fue diferente?— antes de que el pelinegro pudiera responder una gota de color rojo se deslizo de su nariz.

—¡Ah! ¡Me sangra la nariz! ¿Por qué? No recuerdo haberme golpeando— se quejo Luffy mientras se limpiaba el rostro.

—Eres un caso perdido— Nami no veía modo de hacerle entender.

Ven conmigo  [Luffy y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora