Capitulo 10

4.8K 506 56
                                    

A penas podías comprender las palabras que escuchaste hace solo unos segundos, tu rostro se había vuelto completamente rojo mientras Luffy sonreía sosteniendo tu mano. Entraste en pánico y sin sabe cómo reaccionar te soltaste de su agarre y corriste hacia la que era tu habitación.

Luffy estaba por seguirte cuando fue detenido por unas cuantas manos procedentes de Robin, inmediatamente recibió un golpe de parte de Nami.

—¡¿Que se supone que crees que haces?!— regaño la pelinaranja —¡Dijimos que esperaras a que hablara con ella!— el resto de la tripulación se encontraban completamente confundidos, a penas y podían creer que esas palabras hubieran salido de la boca de su capitán.

—Pero sentí que era el momento de decirselo— Luffy hizo un puchero y Nami suspiró.

—Tambien acordamos que si te rechazaba nos iríamos sin ella— le recordó.

—¡Pero aún no me rechaza!— soltó frustrado —¡Déjenme ir con ella se que la puedo convencer!— intento safarse de aquellas manos que aumentaban cada vez más.

—Zoro, Sanji— llamo Robin —detenganlo en lo que nosotras hablamos con ella— inmediatamente los dos se acercaron e impidieron los movimientos de su capitán —Luffy, déjanos hablar con ella— la mirada que le dirigió no le dio más opcion a su capitán que obedecer.

—¡Si no la convencen entonces me soltaran!— exigió, Robin asintió.

En cuanto te habías encerrado en tu habitación te dejaste caer al suelo con el corazón bombeando a toda velocidad, tus mejillas aún seguían encendidas. No podías entender lo que pasaba, como es que te pedía eso con tanta facilidad si a penas se conocían. Estabas consciente de que en un punto tendrías que estar con un hombre para engendrar al siguiente guardián pero nunca pensaste que hubiera algun sentimiento por medio más que el deber.

Sin embargo, ahora no podías pensar en nada más que en la sonrisa del pelinegro y en su proposición, sin pensarlo una sonrisa se formó en tu rostro ante la perspectiva de una vida diferente pero entonces recordaste tu deber y aquella sonrisa se desvaneció.

Nami y Robin pidieron permiso para entrar y al no encontrar respuesta pasaron a tu habitación, te encontrabas en la cama mirando por la ventana, observando la ciudad que ahora resplandecia con más intensidad.

—¿Estás bien?— Nami inicio la conversación mientras se sentaba a tu lado.

—Si, es solo que esas palabras me tomaron por sorpresa— respondiste.

—Luffy a veces puede ser un verdadero idiota y es más que obvio que no sabe expresarse con claridad— continuó la pelinaranja —pero solo por curiosidad ¿Que piensas de su proposición?—

—La idea de dejar la isla me causa un enorme conflicto, siempre quise saber que había más allá pero no está en mi destino abandonar este lugar— dijiste con melancolía —naci con un propósito y debo cumplirlo—

—Una vez más estás rechazando acompañarnos— soltó Nami pensando en el dolor de cabeza que sería explicarle eso a su capitán.

—¿Y que hay de los sentimientos de Luffy?— intervino Robin —¿Esos también los rechazas?— inmediatamente tu rostro volvió a teñirse de carmín.

—Yo... no se que decir— respondiste —no esperaba recibir nunca una declaración de ese tipo, nunca había pensado en tener un compañero, siendo sincera el contacto más cercano con un hombre que he tenido fue que su capitán me cargará sobre su espalda—

—Pero necesitas un hijo para que sea el siguiente guardian ¿Cierto?— asentiste  —¿Que planeabas hacer?—

—Supongo que siempre pensé que cualquier hombre estaría bien— le restaste importancia —mi plan era pedirle ayuda a Ace cuando volviera, él no quería que estuviera sola así que esperaba que no se negara pues todo sería más fácil con alguien en quien confiara... pero eso nunca pasara— tu sinceridad al responder sus preguntas de algún modo les recordó un poco al pelinegro.

Ven conmigo  [Luffy y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora