Capitulo 6

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Luffy había presenciado antes las muestras de cariño que se daban entre las parejas, lo vio en el pueblo donde paso su infancia e incluso había visto a un par de miembros de su tripulación que se escabullian en la noche.

Pero todo eso nunca le había importado ni le parecía atrayente a pesar de escuchar como varios hombres se jactaban de que no había nada mejor que estar con una mujer. Ni su estadía en la isla de las mujeres le despertó algún otro sentimiento.

Sin embargo ahora que te tenía frente a él, todos esos recuerdos volvieron y por primera vez no los sintió tontos ni innecesarios, ahora quería experimentar de primera mano todo eso que había visto y escuchado. Por eso no pudo detenerse al ver tus labios, los cuales por un momento le parecieron tan tentadores como el más jugoso trozo de carne que nunca hubiera probado.

La sensación que lo recibió fue embriagadora, no quería alejarse de tu rostro ni separarse de ti. Nunca pensó que un simple contacto sería tan adictivo pero había algo que faltaba pues en sus recuerdos las parejas compartían muestras de cariño más profundas en las que parecía que ambos disfrutaban y se alegraban de unir sus labios, pero tu rostro profundamente dormido no hacía ningún gesto, ninguna expresión. Entonces el pelinegro se dijo así mismo que quería hacerlo de nuevo mientras lo miraras, quería que le sonrieras al unir sus labios como había visto a otros hacerlo.

Y de pronto lo sintió, por primera vez en su vida sintió temor de ser rechazado. Nunca le importo antes pero ahora sufría de pensar que no le permitieras acercarse, esa era una posibilidad él lo había visto de primera mano con su amigo cocinero y aunque parecía que al rubio no le importaba, para Luffy se sentía tanto como una cuestión de vida o muerte.

Maldijo para sus adentros por no haber escuchado a Nami y Robin antes, ambas habían querido explicarle que hacer o como actuar pero el prefirió ocuparse en otras cosas.

Ahora se encontraba sin saber que hacer, pues si bien nunca quiso estar solo, por primera vez deseo una compañía más cercana que su misma tripulación, deseo una compañera que estuviera a su lado en todo momento. Así que el resto de la noche se dedico a a observarte en silencio prometiéndose que sin importar que te llevaría con él después de recuperar el cristal.

Los cristales volvieron a brillar con intensidad cuando el amanecer estuvo a la vista. Abriste los ojos lentamente para encontrarte con la sonrisa del pelinegro quien te dijo que ya se encontraba mucho mejor mientras te mostraba como su cuerpo había recuperado toda la movilidad.

Comieron un poco antes de emprender de nuevo el camino. A penas salieron de la pequeña caverna cuando un extraño sonido atravesó el lugar.

—Los grandes Señores se preparan para el juicio— mencionaste mientras caminaban.

—¿Tendremos que luchar contra ellos?— Luffy pregunto esto pues recordó cómo es que no querías que dañaran a los seres de esa isla.

—Espero poder explicarles todo sin necesidad de llegar a eso—

Entonces frente a ustedes aparecieron varios túneles, cada uno se dirigía a la guarida de un ser diferente.

—Lo mejor será encontrarnos con el Señor Oruga— hablaste —es el camino menos riesgoso— comenzaste a dirigirte a uno de los túneles, Luffy te siguió pero un impulso lo invadió.

El pelinegro se coloco a tu lado mientras caminaban, su mano se posición junto a la tuya, Luffy extendió sus dedos con la intención de sujetarte, estaba a milímetros de hacer contacto con tu piel cuando moviste la mano bruscamente frustrandolo.

—Al final del túnel encontraremos al Gran Señor— señalaste un pequeño punto de luz a la lejanía, el pelinegro asintió mientras observaba su mano con una mueca, quería tocarte.

Ven conmigo  [Luffy y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora