Parte VII (Verdaderas Intenciones)

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Después de caminar un poco, Thiago se detuvo, me miro fijamente.

-          Entonces. Dime, ¿Qué deseas saber? – pregunto Thiago.

-          Ya te lo dije, ¿Dónde estabas esta mañana? – pregunte directamente.

-          ¿Por qué, deseas saber eso? – pregunto Thiago.

-          No deberías responder con otra pregunta – dije un poco preocupado – Simplemente, limítate a contestar la pregunta.

-          De acuerdo – respondió Thiago – esta mañana, me encontraba haciendo turismo en la ciudad.

No sabría decir, si mentía, pero tampoco podría decir si me decía la verdad. Lo único que podía hacer, era seguir interrogándolo.

-          ¿Cuál es tu relación, con Peñafiel? – pregunte de forma directa.

-          Ahora entiendo – dijo Thiago, mientras bajaba la mirada – Tú piensas, que yo mate a Peñafiel, verdad. No te culpo por pensar eso, es decir todas las circunstancias me apuntan a mí, verdad.

Si, más de las que te imaginas.

-          Pero, estas, equivocado – respondió Thiago, con una mirada fría – Yo no, asesina a nadie. Así, que te pido, no te involucres mas, de acuerdo.

Mientras veía a Thiago irse caminado, sus palabras aun resonaban en mi cabeza, y eso produjo que se abrieran nuevas interrogantes. Mas cuando, debí obedecer su advertencia, todo en mi decidió ignorarlo. Solté mi bicicleta, corrí agarre con fuerza la manga de su camisa, aun no sé lo que pensaba, simplemente fue una reacción, incluso lo que dije.

-          ESPERA – grite, mientras sujeta a Thiago – Aun, no hemos terminado de hablar.

Thiago levanto su brazo izquierdo mientras daba media vuelta, tenía la intención de golpearme la cara. Esa era la sensación que me daba. Cuando intente hablarle, Thiago no perdió un minuto y se abalanzo contra mí, me empezó a lanzar varios golpes con la izquierda, muy similares a los jabs en el boxeo. No podía entender el actuar de Thiago, aun así lo único que podía hacer era seguir esquivando cada golpe. Mientras retrocedía, algo me hizo perder el equilibrio. Thiago uso esa oportunidad para lanzar un derechazo, yo utilice mi mano izquierda para atrapar su derechazo, pero el golpe de Thiago era más fuerte de lo que imaginaba, entonces utilice mi mano derecha, para empujar mi propia mano izquierda y de esa manera minimizar el impacto del puno de Thiago. El golpe de Thiago iba directo a mi pecho, pero ni siquiera con mis dos manos, fui capaz de detener el golpe de Thiago. Afortunadamente, no me golpeo, pero con la fuerza de aquel golpe, me empujo lejos.

Thiago a pesar de haberme derribado, se detuvo. Pensé que seguiría peleando, pero el retrocedió, y me dijo.

-          Quedas advertido, ¡esto no es asunto tuyo! – dijo Thiago, mientras se marchaba.

Mientras me levantaba, podía ver a Thiago alejarse. Realmente, no podía entender la actitud, de Thiago.

Después de aquel desafortunado altercado, me encamine a mi casa.

Cuando finalmente, entro en la casa, noto que todas las luces están apagadas. Lo único que podía pensar, era, tanto Lily como mi mamá, se hayan ido a dormir. Mi cabeza no dejaba de dar vueltas a varias preguntas. Cuando entro en mi cuarto, al encender la luz, recién puedo apreciar, el estado en que se encuentra mi mano izquierda.

Ver el estado de mi mano, me izo preocupar, así que llame a un médico, para preguntar, ¿Qué debería hacer? La llamada tomo un tiempo, pero finalmente fui atendido.

-          Buenas noches, en que puedo ayudarte, Sam – respondió Daniel.

-          Buenas noches Daniel – conteste con educación – quería preguntarte, ¿Qué debería hacer, si mi mano estuviera un poco hinchada?

-          Ah – respondió Daniel.

-          Si. Lo que sucede es......... – dije, y le conté sobre mi pelea con Thiago.

-          Mas o menos, lo entiendo – contesto Daniel – Escucha, primero debes bajar esa inflamación, así que utiliza algo de ungüento. Después busca algunas vendas y amárralas en tu mano, es posible que tengas un hueso roto, o algún hueso dislocado.

-          ¡En serio! – respondo muy sorprendido.

-          No. Es posible que solo se inflamara por la fuerza del golpe, deberías estar bien para mañana – dijo Daniel.

-          Bueno. De todos modos gracias por la atención – respondí con tranquilidad – Mañana veré si tu diagnostico estuvo acertado.

-          Si no estás contento con los resultados, puedes ir con otro Doctor – dijo Daniel, con tono burlón.

-          Eso es imposible – dije con tono burlón – Después de todo, eres el único Doctor en el que he confiado, todos estoy años.

Antes de que la conversación se ponga más sentimental, colgué la llamada.

Por el momento, lo único que puedo hacer ahora, es tratar de dormir. Fueron mis pensamientos mientras, caía en un sueño profundo.

Detective Fantasma: La Noche de los JinetesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora