CAPÍTULO CATORCE

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Era día sábado, eso significaba que Harry no tenía trabajo y podría relajarse después de una gran semana.

Louis es el primero en despertar así que decide preparar el desayuno, había amanecido con un gran antojo de pancakes con mucho chocolate, no se hizo de esperar.

Sale de la habitación y ve que no hay nadie, con pasos rápidos se dirige a la cocina y comienza a buscar todo lo necesario para su delicioso desayuno.

Harry despierta asustado por el olor a quemado que proviene de la cocina. Se levanta bruscamente y corre, cuando llega ve a un Louis mirando fijamente el sartén que contiene una masa demasiado cocinada.

Se acerca y escucha los hipidos que suelta el chico castaño, le quita la espátula y apaga la llama.

— Tranquilo Lou no pasó nada. — toma sus manos y el chico lo mira con lágrimas en la cara.

— Y-yo quería comer pancakes y se quemaron, no puedo dejar al bebé sin pancakes. — más lágrimas recorrían sus mejillas.

Harry le da una sonrisa, no puede evitar pensar en lo tierno que se ve.

— Te puedo ayudar Lou, no tienes que llorar — limpia las mejillas del oji azul.

Louis asiente.

— Perdón Harry, no quise ponerme así pero las hormonas no ayudan. — se separa del rizado y limpia el resto de lágrimas.

— No te preocupes, mi mamá dijo que era normal en los embarazos y tampoco tienes que disculparte.

Harry prepara un poco más de mezcla y preparan pancakes entre los dos, aunque Louis tal vez se alejó de la estufa cuando el oji verde la prendió.

Al final Louis si obtuvo sus pancakes con mucho chocolate.

🧿

Pasan el resto de la mañana hablando sobre cosas banales. Harry decide comenzar a arreglar la habitación para el bebé.

Louis también quiere cooperar así que los dos van a la ferretería por las cosas necesarias, no era mucho lo que debían arreglar pero querían asegurarse de que no les faltara nada al momento de empezar.

Cuando llegan de vuelta comen algo antes.

La habitación destinada para el bebé estaba entre la habitación de Harry y la de Louis, no era de gran tamaño pero tampoco era pequeña, para el futuro papá era perfecta.

Abren la gran ventana que tenía vista al patio trasero para que el polvo se fuera. Mueven los pocos muebles que habían, no eran tan pesados así que Louis no tuvo problemas con eso.

— Bien, debemos cambiar estas paredes blancas por otro color. — Harry pone una mano en su cadera y la otra va hacia sus cortos rizos.

— Mmm puede que un celeste pastel se vea hermoso. — Louis dice muy bajito.

El chico rizado lo voltea a ver.

— Es una buena idea, además los muebles serán blancos. — ambos sonríen.

Louis se acerca a la gran ventana y mira la hermosa vista que tiene del patio, desde que llegó no ha salido de la casa. Posa sus manos en su vientre poco abultado. Harry se acerca y se posa a su lado.

Ambos se voltean a ver, sus ojos cambian a una tonalidad más clara con la luz del sol, quedan embobados por unos segundos.

— ¿Puedo tocar tu vientre? — Harry pregunta casi en un susurro.

Louis asiente y levanta un poco su camiseta. Harry acerca lentamente sus manos hacia esa zona, cuando hace contacto, el chico castaño da un pequeño salto ante el tacto helado.

El oji verde no se había atrevido a preguntarle si podía hacer aquello antes, tampoco quería incomodar a Louis. Pero ahora que la confianza estaba un poco más fuerte se armó de valor.

Mueve sus pulgares en círculos y Louis suelta una risita por las cosquillas que le provocan los movimientos. Harry se acerca un poco más y sus caderas casi hacen contacto. Despega su vista del la pancita del oji azul y la posa en los ojos de Louis.

Se acerca lentamente hasta unir su frente con la de Louis. El chico cierra sus ojitos y suelta un suspiro.

— ¿P-puedo? — esta vez susurrando.

Louis asiente lentamente, no puede negar que alguna vez fantaseo con aquello, sería muy hipócrita negarlo.

Acercan sus rostros, comienza como un leve roce de labios hasta que Louis da el primer paso y junta sus labios con el contrario. No es hasta que sus lenguas se encuentran cuando todo en sus mentes explota como fuegos artificiales.

Lo sienten tan bien, como si dependieran de aquello.

Se separan por la falta de aire, ambos con sus mejillas rojas, labios hinchados color cerezas y pupilas dilatadas.

Harry deposita un beso en la frente de Louis, este suelta una risilla.

— Quiero que sepas que no me arrepiento de esto Louis.

El chico castaño pone su mano en la mejilla del rizado y deposita un beso en la comisura de los labios de Harry.

— Yo tampoco me arrepiento Harry.

Ambos sonríen y juntan sus frentes.

🧿

no saben la emoción que sentía al escribir este capítulo JDSJDJJS

ya necesitaba que se besaran por mí salud mental.

wen love is born || 𝒍𝒂𝒓𝒓𝒚 𝒔𝒕𝒚𝒍𝒊𝒏𝒔𝒐𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora