Dream is... [DreamNotFound]

8

—¿Tu papá es joven?

—No tanto.

—¿Y ustedes se parecen o...?

—Supongo.

—¿Entonces ya no estás saliendo con Fundy?

—No lo sé. No es como si le haya dicho que terminamos, pero se podría sobreentender creo. Al menos no quiero verlo por un tiempo.

George rebuscó algo en sus bolsillos y sacó un chocolate.

—Te lo regalo. Mi mamá siempre dice que el chocolate te hace feliz. No sé qué tan cierto sea eso sabiendo que ella es una adicta al chocolate y pues... Solo cómetelo.

—Gracias —sonríe Dream ante el intento de George de animarlo fingiendo una actitud desinteresada—. La gente te ha juzgado mal. Eres más que un chico extremadamente gay.

—¿Se supone que me lo debo tomar como un cumplido?

Dream se encogió de hombros metiéndose el chocolate a la boca.

—Me hubiera gustado enamorarme de ti.

—Te juro que no —dice Angelo burlesco y rápidamente su expresión cambia a una más seria.

Si tan solo supiera que George no era el mismo que es ahora, su respuesta no sería la misma. Aunque estaba bien. Dream no debía enterarse de su pasado, ni de su vida.

George comenzó a observar con detenimiento la habitación de Dream. Todo parecía no haberse movido en mucho tiempo. Casi perfectamente ordenado como si nadie viviera ahí.

—¿Eres muy fan del orden? —le preguntó George tomando un extraño objeto que encontró sobre el escritorio de Dream.

—No pasó mucho tiempo en mi habitación si es lo que piensas.

—¿Qué es esto?

—Un anillo. ¿No es obvio?

George se lo pone y nota que le queda demasiado grande.

—Tus dedos son muy delgaditos. Obviamente no te va a quedar.

Dream le muestra como entra perfectamente en su dedo lo que provoca que el contrario inconscientemente se muerda el labio. Se quitó el anillo y lo tiró a su suerte.

—Aprovechando que no irás a clases estos días... ¿no quieres ir a mi casa a pasar el rato un día de estos?

—¿No te gusta mi casa?

—No, no es eso. Es solo que... no sé —George recoge el anillo del suelo y juguetea con él—. A veces me siento solo en casa.

Dream chasquea su lengua y fija su mirada hacia la ventana.

—En realidad... Estaba pensando en pasar tiempo con mi padre. Creo que por fin nuestra relación está volviendo a lo que era antes.

—¿Y qué hay de nuestra relación? Me refiero a que... Somos amigos ¿no?

—¿Lo somos?

George deja caer el anillo sin querer haciendo que una pequeña parte se rompa.

—...No, claro que no. Yo... yo solo vine aquí porque estaba extremadamente aburrido. No es como si tuviera algo que hacer ¿cierto? —George se dirige a la puerta—. No es como si me hubiera preocupado por ti. Eso sería muy tonto.

—¿Estás molesto?

—¿Qué? No. Solo tengo que irme ya.

—Estás actuando extraño.

—No...

—Estás llorando.

—Yo no...

George limpia rápidamente sus lágrimas e intenta salir lo más rápido de esa casa.