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—Estoy intentarlo llamarlo, pero desvía las llamadas —dijo el padre de Dylan.

Angelo le mandó mensajes y tampoco respondía, ni siquiera se dignaba a leerlos.

—¿No sabes la dirección de Frank? —le preguntaron a Angelo.

—No. Aunque... Conozco a alguien que puede que la sepa. ¿Me disculpan un momento?

Angelo se encerró en la habitación de Dylan para tener más tranquilidad. Estaba desesperado. No le importaba lo que le había dicho Dylan, él solo deseaba que estuviera bien.

—¿Angelo? ¿A qué se debe que me estés llamando? ¿Cambiaste de parecer?

—¿De casualidad sabes dónde vive Frank?

—Sí lo sé. ¿Por qué?

—Necesito ir a su casa. ¿Me podrías darla?

La risa de Wyatt tan burlona estaba empezando a acabar su paciencia.

—No.

—Wyatt, por favor. Es urgente —la voz de Angelo se notaba desesperada.

—Podría dártela a cambio de algo.

—Sí, sí, ya lo que quieras.

—¿Sexo?

Aunque no podía verlo sabía que estaba sonriendo. Se estaba burlando en su cara. Lo odiaba tanto.

—Wyatt, por favor —suplicó nuevamente esperando a que se apiade de él.

—Ya dije mi oferta.

—¿No quieres otra cosa?

—No. Adiós.

—¡Espera!

Angelo se mordió la lengua tratando de repensarlo todo antes de abrir la boca.

¿Iba a dejar que se saliera con la suya? Sí, con tal de que Dylan no saliera lastimado por culpa de Frank. Tenía la necesidad de protegerlo, aún cuando lo había lastimado, porque le hubiera gustado tener a alguien que lo proteja.

—Bien, pero primero dame su dirección y voy a tu casa en unas horas.

—Ahora ando un poco ocupado. Mejor yo te aviso después.

—Ya, como quieras.

—Ya te mandé su dirección. Más te vale que cumplas tu parte del trato.

...

Acomoda sus cabellos y lo primero que pasa por su cabeza es lo lindo que es. Su cabello rubio que se acercaba más a un castaño claro, sus largas pestañas, sus pecas, sus labios semiabiertos.

Pasa su dedo sobre los labios del menor con cuidado de no despertarlo. Está profundamente dormido. Comienza a dejar besos por su cuello y su mano se mete debajo de las mantas acariciando su abdomen bajando poco a poco hasta que suena el timbre de la casa.

Se levanta de mala gana. ¿Quién podría ser a esa hora? Se viste rápido sin importarle estar un poco desarreglado y abre la puerta encontrándose con aquel chico bajito que odiaba tanto, que no logra empujarlo para pasar por su cuenta. También logra reconocer al padre de Dylan junto a la que creyó que sería su esposa.

—¡Dylan! ¿¡Dónde mierda estás!? —comenzó a gritar Angelo abriendo todas las puertas.

—¿Puedes irte de mi casa, por favor? —le pidió Frank mientras cerraba todas las puertas de nuevo.

Dream is... [DreamNotFound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora