—Lamento mucho la demora, había olvidado completamente que debía darte la información de el chico ese —explicó Hortensia hablando por teléfono—. Ahora mismo la envié.
—No te preocupes hermanita —contesté despreocupada y salí de mi lugar de trabajo—. Creo que no la necesitaré, él y yo nos estamos conociendo.
—¿Conociendo del tipo tener citas y ver si funcionarían como novios? —cuestionó curiosa.
—Sí —afirmé caminando—. Exactamente como lo dijiste.
—Vaya. Pues que bien que su reencuentro haya terminado de esa manera.
—¿Reencuentro? —inquirí parando en seco.
—Sí... ¡No lo sabes! Ustedes estuvieron en la misma primaria. Seguramente le viste por los pasillos, trata de recordar hermana.
Observé a la nada incrédula, sin reaccionar. En mi mente viajaron recuerdos de mi niñez y se me calló el teléfono de la mano al recordar especialmente uno de sexto grado.
(Recuerdo)
—Hola Clavelucha. Mamá me dijo que saliste molesta con ella así que vine a hablar contigo —dije amistosa y me senté al lado de mi hermana dos años menor—. Cuéntame porqué tienes el ceño fruncido.
—Cambiaron al chico que estaba a mi lado. Le dije a mamá que hablará con el director y ella dijo que no, que debía aceptar los cambios de la vida. También cree que debo hacer más amigos.
Reí asintiendo y dejé de hacerlo por sentir un suave toque en mi hombro. Al girar mi cabeza vi a un niño observándome con un leve sonrojo.
—Ese es mi asiento —indicó tímido.
—Ay perdona —hablé apenada y me puse de pie extendiéndole una mano—. Soy Tulipán Flores, hermana de Clavel Flores. ¿Cuál es tu nombre?
—Leo —susurró tomando mi mano.
—Encantada Leo —expresé amistosamente y solté su mano—. Mi hermana es pesadita, tenle paciencia.
Él asintió y Clavel resoplo.
—Es un tonto.
Miré mal a mi hermana por su comentario y puse mis manos en mi cintura. Leo solo me miró con curiosidad.
—Retira lo dicho jovencita.
—No eres mamá —respondió Clavel poniéndose de pie.
—Sabes que tratar mal a las personas es feo Clavel, cuida tu comportamiento. Leo se sentará a tu lado todo el tiempo que sea necesario así que aguantate y muérdete la lengua —declaré muy seria.
Clavel bajó la cabeza y se volvió a sentar con expresión molesta. Yo sonreí orgullosa y le di una dulce sonrisa a Leo.
—Nos vemos por ahí Leo. Avísame si Clavel te trata mal, yo la regañó.
El niño asintió sonriéndome sin dejar de mirarme como si fuera una heroína. Yo le regué el pelo amistosamente y salí de aquella aula para ir a la mía.
(Fin del recuerdo)
Pestañee varias veces para volver al presente y cogí mi teléfono del piso, se había roto el cristal. Obvio, todo me pasa a mí. Revolee mis ojos y suspiré guardando el teléfono, quizás podría vender las piezas. Ahora no tenía como comunicarme con mis hermanas
Sacudí suavemente mi cabeza y rode un mechón de mi pelo detrás de mi oreja. ¿Leo me recordaría?
¿Desde cuándo yo a ti...?
Desde la primera vez... Recuerdo que te vi y supe que valías la pena.
Sus palabras de ese día... Él me recordaba. Yo no sabía que hacer con esa información y decidí mejor ir a casa sin ver a Leonardo.
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Reina de la torpeza
AléatoireA ella siempre le pasaba algo debido a su torpeza. Y un día gracias a esa torpeza se encontro con él, un chico que amaba el patinaje. Él se ofreció a sostenerla. Pero, ¿sería la torpeza un impedimento para que se acercarán? Saga "chicasflores" 7