Mordí la liga de mi pelo y termine de recogermelo para ponérmela. Abanique con la mano mi nuca y suspiré agotada. Dando pasos cortos fui caminando por el parque de camino a la parada y me deje caer en un banco sintiendo que no podría dar otro paso. Estar parada todo el día era agotador.
—Hola Tui —saludó Leonardo sentándose a mi lado.
—¿Vinchi? —cuestione y él asintió.
—¿Qué me delato?
—El apodo que me dijiste —respondí sonriendo.
—¿Cómo estás? —cuestiono amistosamente.
—Agotada por el trabajo. Y molesta con tu hermano por sus juegitos, ayer dijo que era su novia.
—Debe tenerte mucha confianza para decir eso de ti. Yo lo conozco bien. No te enojes con él.
—Nosotros nos escribimos y eso, pero aveces me obstina. Aunque es buen amigo.
—Amigo —repitió pensativo—. ¿Y si comenzará a tener sentimientos por ti?
—Claro —ironice.
—Eres bonita y divertida, ¿por qué no lo crees posible?
—Porque solo somos amigos. No creo que eso cambie y actualmente me gusta que esa sea nuestra relación —expliqué sincera y me acerque—. No digas nada, pero soy una chica enamoradiza, sin embargo tu hermano me molesta tanto que ni me inmuto. Me he estado haciendo un escudo para evitar enamorarme de Leonardo. Apesar de todo soy tan torpe que yo misma podría romperlo sin querer.
Vinchi me observo con expresión pensativa y sonrió. Luego se puso de pie y me dejo un beso en la mejilla.
—Quisiera que rompieras ese escudo —susurró y tras giñarme un ojo se fue.
Un chico raro. Me caía bien.
...
Llegué a mi casa y me lancé en mi sofá cansada. Había sido un día largo. Al escuchar mi teléfono sonar me levante para coger mi bolso y volverme a acostar con el teléfono en manos. Tenía un mensaje de Leonardo DiCaprio.
—Vaya, si digo que hablo con Leonardo DiCaprio parecería que hablo con un actor famoso —murmure para mí.
Reí y abrí el mensaje leyéndo: Perdóname.
Sonreí y me lo pensé unos segundos respondiendo: Quedas perdonado.
Él envio un emoji sonriendo. Yo iba a enviar uno sacando la lengua, pero, como estaba en los emojis recientes sin querer toque el del lado que era un corazón y al enviarlo fue que me di cuenta. Inmediatamente toque borrar al mensaje y sentí mis mejillas calentarse. ¡Que vergüenza!
Deje de atormentarme al oír otro mensaje y sonreí al leerlo.
Leonardo: ¿Cómo eras de niña?
Tulipán: Reservada y tímida al igual que ahora, bueno sinceramente lo era menos. ¿Cómo eras tú?
Leonardo: Callado y marginado.
Tulipán: No te lo creo. Pero si eres muy amistoso y muy bromista. Deberías haber tenido un montón de amigos.
Leonardo: Antes me cerraba por temor a las burlas. Ahora digo lo que pienso sin importarme nada.
Tulipán: Me di cuenta.
Leonardo: ¿Alguna vez has caído tan hondo que pensaste no poder volver a ponerte en pie? Yo sí, y mírame hoy. Las caídas te hacen levantarte más fuerte.
Tulipán: Sí, he caído y tocado fondo. Pero, ¿y si no quiero caerme de nuevo?
Leonardo: Para eso estoy yo, para evitar tus caídas.
Leí ese mensaje y sentí mi corazón later con fuerza, sin embargo ignore eso.
Tulipán: Eres buen amigo.
Envíe el mensaje y luego de unos largos cinco minutos respondió.
Leonardo: Lo sé. Tú también eres estupenda. Nos vemos.
Teclee un adiós y me puse de pie dejando el teléfono sobre el sofá para ducharme y descansar.
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Reina de la torpeza
AcakA ella siempre le pasaba algo debido a su torpeza. Y un día gracias a esa torpeza se encontro con él, un chico que amaba el patinaje. Él se ofreció a sostenerla. Pero, ¿sería la torpeza un impedimento para que se acercarán? Saga "chicasflores" 7