A la mañana siguiente de la reunión organizada por Emilyette, el Conde Félix visitó la mansión para impartir clases a la señorita.Todo ocurría con normalidad, el duque Lucas observaba el entrenamiento de su hija desde la ventana de su despacho, mientras que Claudia era espectadora de cerca.
Emily, en otras circunstancias, había notado el repentino cambio en su entrenamiento. Las sentadillas, flexiones y abdominales que normalmente haría se habían incrementado. Aunque ella no sintiese una carga muscular muy notable, era perceptible el aumento de la dificultad.
–Maestro -dijo limpiándose el sudor de la frente- Aumentó la exigencia en el entrenamiento, ¿verdad?
–Si vas a participar en la competencia de cacería, tienes que mejorar tus condiciones.
–Ya veo, gracias.
"Seguramente mi padre se lo ordenó" -pensó en su interior-.
Emily se esforzaba en gran amnera, y sin embargo ella sinceramente no estaba muy agotada, llevaba este régimen desde hace mucho. El conde Félix, al notar la hiperactividad de su aprendiz frunció el ceño.
–Señorita Emily -suspiró y desenvainó su espada- ¡En guardia!
Emily estaba sorprendida, su maestro nunca había violado el curso de entrenamiento establecido por los Di Ivilliom. Observó la postura y la mirada de su entrenador y estableció su guardia.
Así comenzó el combate: se sucedieron estocadas por parte de Emilyette, las cuales fueron esquivadas por su profesor. Ataques iban y venían , hasta que el conde Félix cometió una estocada profunda, apoyada en un asalto frontal. Emily por poco pierde el combate, no obstante pudo detener la estocada con su espada. Los aceros crujieron y chispearon. El conde Félix presionó en su ataque , estaba seguro de que como hombre tendría más fuerza que Emilyette. Pero la joven dama no cedería, físicamente ella era fuerte y veloz, también ágil y su técnica en la espada era perfecta. Esas fueron las razones que provocaron la situación en la que Emily se encontraba con su maestro a sus pies, y el filo de su hoja en el cuello de su entrenador. Su maestro había perdido el combate.
"¿Cómo puede ser esto posible?. Esta niña no ha recibido un entrenamiento intenso. ¿Cómo, pues, me pudo derrotar?"
La respuesta era simple, los entrenamientos de Emilyette no culminaban con el fin de la clase. Ella continuaba tiempo después, un auto-entrenamiento.
–¿Maestro? -indagó Emily extendiendo la mano para ayudar-.
En ese momento Claudia dijo :
–Saludos , amo.
Emily se volteó y vio al duque, quien se acercaba vestido con su color común, el negro.
El conde Félix abrió los ojos descomunalmente. La razón por la que había incumplido con el orden de sectores establecidos en el campo de entrenamiento, era el duque. Este había estado observando todo desde la ventana de su oficina, cuando notó el poco cansancio que producía en su hija el entrenamiento del conde, hizo un gesto de inconformidad. El conde se sintió amenazado con ello, puesto que claramente el señor de la mansión le había ordenado imponerle a su hija un entrenamiento riguroso.El duque se dirigió a Emily y le dijo :
–Lo has hecho muy bien. Estoy orgulloso. Eres digna de nuestro emblema.
–Halagos que no merezco, padre.
–No obstante ... -dijo voltéandose hacia el conde Félix, quien había recuperado la compostura -Agradezco todo lo que ha hecho por mi hija... puede retirarse.
"Puede retirarse", todos comprendieron el significado de esas tres sencillas palabras. El conde no había podido cumplir con las órdenes de su empleador, sus servicios no eran requeridos.
El conde reverenció ante el duque y luego se dirigió a Emily:
–Señorita Emily, confío en que mejorará en gran manera. Esfuércese en la competencia.
Y se volteó y caminó por última vez hacia la salida de la mansión Di Ivilliom.
–Muy bien -dijo el duque para llamar , efectivamente, la atención de su hija -Si quieres participar en la competencia de caza, tendrás que mejorar tus habilidades... Tendrás un nuevo tutor de armas .
Emily quedó extrañada, su padre, el que siempre había insistido que abandonara este interés tan poco adecuado, le sugería un nuevo maestro. Se observaron, con no menos intensidad el uno para con el otro, y lo que ella vio en sus ojos la sorprendió.
Era borroso y vacío, tormentoso y caótico carmesí que apuñalaba las débiles consciencias. Emilyette creía que los ojos de su padre eran predecibles, pensaba que podría comprender todos sus pensamientos. Pero se equivocaba y lo supo en estos instantes, su padre era un maestro de la guerra, la táctica y el ocultamiento de emociones en un nivel al que ella aspiraba y creía obtener, pero comprendió que estaba errada. Que ingenua fue al creerse un espejo vacío, su padre debió haber leído con facilidad todo lo que ella se empeñaba en esconder. Ocultarte de la presa no es un mérito si el verdadero cazador te predice.Ella quería espada y sangre, espada y sangre tendría.
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Emily
AdventureInspirada en hechos reales y trasladada a un mundo de fantasía para disminuir la tristeza... Una historia llena de aventura , acción y magia. Con una protagonista que desafía las leyes y reglas sociales de su mundo para conseguir su venganza... sien...