11

214 26 3
                                    

No es como si a Thor realmente le importara, era solo un favor el que hacía. Es decir, Loki siempre fue amable con él; le cocina, hace la limpieza y trata de animarlo cuando está de mal humor. Ahora que puede devolverle un poquito de ese favor no le daba el derecho de creer que Loki realmente le importaba, ¿o sí? Como sea, Thor logró sacarlo de la casa para distraerlo de lo que sea que lo mantuviera tan pensativo.

De hecho, Thor admiraba a Loki; a pesar de la tristeza que arrastraba, el pelinegro hacía todo lo posible porque todo pareciera ir en orden, sonriendo cuando hablaban, y sobre todo fingiendo ser el esposo perfecto. Es decir, cuando Loki creía que Thor no lo estaba viendo, es que sí se apagaba. Loki era como una velita, su llama se alzaba con Thor o con quien estuviera a su lado, pero una vez solo, simplemente empezaba a apagarse, y esto había pasado después de la pelea que tuvo con Balder.

A Thor empezó a preocuparle no ser lo suficientemente amigo para que Loki pudiera apoyarse en él, contarle un poco sobre su estado.

Cuando fue de visita a su hogar, Balder no se mostró muy contentó con él y lo que más le extrañó fue que no preguntara ni mencionara nada sobre Loki.

—Dijo que te cuidaras —Thor le dijo sin mencionar las cuchillas. A pesar de que Loki lo dijo en broma (eso esperaba), Thor no creyó oportuno mencionarlo. Además, ahora sonaba más como si fuera un saludo cordial por parte de Loki.

—¿Mencionó su famosa navaja? —Balder levantó una ceja sin estar realmente sorprendido. —Que sea él quien se cuide de mis patadas.

—¿Podrías decirme qué les pasa a ambos? Loki ha llorado la última vez que le llamaste.

—¿Qué? —Balder frunció el ceño y parecía hacer un esfuerzo por recordar cuándo fue que lo llamó. —Ah cierto, la llamada de ese día.

Por la forma tan exagerada en que lo pronunció Balder, Thor supo que ni Loki ni Balder habían cruzado una sola palabra desde la discusión delante de él.

—Pues le dije cosas muy feas en esa llamada. Se lo merecía —dijo Balder, tratando de apagar las sospechas de Thor—. Incluso él me dijo cosas horribles.

—Está metido en problemas, y tú lo sabes, ¿verdad? —Thor caminó hacia su hermano, que dio dos pasos atrás desviando la mirada. —Hablaré con los Laufeyson. Creo que lo tienen amenazado.

Balder resopló varias veces, tratando de ordenar sus ideas porque él era así: un desorden cuando quería contar la verdad.

—No es nada grave, Loki es un exagerado.

Dicho eso, Balder caminó hacia su habitación dejando a Thor más confundido que al inicio. Tal vez significaba que, si Balder no se mostraba preocupado era porque realmente no era algo grave.

Algo extraño que también notó Thor fue los cuadros de Loki. No es como si Loki hiciera cosas horribles, todo lo contrario. Lo que realmente le mantuvo un poco preocupado a Thor fue que Loki se la pasaba mucho tiempo haciendo cuadro tras cuadro. Parecía que dormía muy poco.

Cuando Loki preparaba la cena, Thor se aventuró a curiosear el cuarto de estudio. Ahí estaban varios dibujos, desde paisajes hasta extraños objetos geométricos. Sin esfuerzo buscó la bolsa que Loki usaba todos los días para llevar a la universidad. No sabía por qué hacía eso, simplemente lo hizo encontrando una hermosa navaja táctica. Lo tomó, lo sacó para observar la filosa y brillante hoja de plata. Lo guardó en su lugar, tratando de convencerse que Loki sería incapaz de lastimar a Balder. Debía ser solo un juego. Seguro era eso.

Miró otra vez los cuadros ya finalizados, mostrando un color rojizo en su mayoría. Bosques, aguas, personas, todos tenían en alguna parte pintura roja, como si estas sangraran. En especial uno, donde una mujer tomaba en sus brazos una valija, sonriendo hacia un extraño animal. Su sonrisa parecía genuina pero la pintura tan sangrienta no ayudaba ni un poco. Con un sentimiento de incomodidad, se alejó de todo eso.

Días después... a Thor realmente había cosas que le encantaban como también le aterraban, y entre ellas era las visitas que hacían la familia Laufeyson a su pequeño hogar. Su falsa suegra era la única excepción, a ella la amaba y respetaba.

En cambio, tanto los hermanos como el padre de Loki parecían asesinarlo con la mirada. Y no podía ser peor que ese día fuera Helblindi quien los visitó.

El timbre había sonado tres veces en un solo instante, y como Loki estaba en el segundo piso, Thor no tuvo de otra que cerrar su computadora portátil, ponerla con cuidado sobre la mesita del living y caminar hacia la puerta con toda la pereza del mundo. De haber sabido que detrás de la puerta estaba Helblindi, Thor habría salido por las ventanas que daban al patio y salir huyendo.

—¿Está el idiota de mi hermano? —Helblindi ni siquiera dejó que Thor lo saludara cortésmente, y tampoco afirmar por Loki. —Como sea, hazte a un lado.

Thor siempre creyó que podría pasar desapercibido de los hermanos de Loki, vaya que se equivocó.

—Pero qué limpia se ve la casa, ¿Loki lo hace por gusto o lo amenazas?

—No... él lo hace... también ayudo —tartamudeó, sintiendo la mirada severa del mayor sobre él.

¡Qué gran mentira! Hasta ese día, Thor aún no sabía dónde estaban las escobas.

Loki no tardó en presentarse y refunfuñar por la visita inesperada de su hermano. Estuvieron largo rato discutiendo de algo que Thor no pudo comprender del todo. Desde que Loki había discutido con Balder que Thor no sabía qué estaba pasando. Es decir, Helblindi normalmente se quedaba a molestarlo y dejarle en claro que gracias a los Laufeyson los Odinson tendrían su vida acomodada, pero en ese momento parecía más empeñado en mostrar su disgusto con Loki. Incluso le habían pedido a Thor que los dejara solos, aunque Helblindi usó más el término de que desapareciera de su vista.

Así lo hizo, Thor golpeó la puerta de su dormitorio con algo de fuerza que diera por hecho que se encerró, aunque no del todo. Dejó que la puerta se abriera solo un poco para poder escuchar todo lo que pudiera, y ver un poco a través del reflejo de los cuadros que colgaban en las escaleras.

—Si lo torturo, seguro empieza a cantar —Helblindi miró su reloj como quien no ha dicho algo grave, mientras Loki lo miraba cada vez más molesto.

—Hablaremos de esto luego de que lo solucione.

—¿Y podrás hacerlo solo o vas a ir corriendo con él?

—Por dios Helblindi, ¿podrías solo dejar de meterte en mi vida? Ya tengo suficiente con todo esto.

—Creí que tenías el control de todo, hermanito.

—Y lo tengo, ¿quién dice que no? —susurró Loki, pero Thor pudo escucharlo muy bien.

Helblindi rio a carcajadas sin temer que Thor pudiera salir ante la curiosidad.

—Cuando dijiste... —Thor no pudo escuchar bien, solo la última parte —...era perfecto, realmente...

—Baja la voz, Thor podría...

—¿Y qué hará? ¿Pedir disculpas hasta besar nuestros pies?

Ya no pudo escucharlos porque realmente bajaron la voz, como si se hubiesen dado cuenta que Thor los estaba espiando. Solo se oyó un fuerte portazo, no supo si fue Helblindi o Loki el responsable.

Loki no mencionó nada, tampoco Thor le preguntó sobre la visita de Helblindi. Esta vez no podía negar que no le interesaba, cada vez sentía más curiosidad, y su curiosidad aumentaba cuando Loki empezaba a salir con unos amigos, amigos a los que Thor no podía verlos a pesar que pasaban con sus autos cerca de la casa para recogerle.

Thor soltó un bufido de frustración porque Loki no pudiera confiar en él. ¿Tan mal se había portado al principio para que Loki le rehuyera a cualquier tipo de conversación y no compartiera probablemente el problema en el que estaba metido? 

Un trato justo [Thorki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora