Mi Primer Amor

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Mi Primer Amor

Hoy les contaré una historia diferente, una de alguien que me rompió el corazón, de esas en las que todo el amor se transforma en odio, de esas que solo desearías borrar de tu mente, pero no podrás.

Esta historia comenzó hace algunos años, cuando conocí a un chico que se convirtió en mi mayor confidente, alguien que hizo que mi mundo diera un giro de 180 grados. Pasó de ser un simple desconocido a ser mi mejor amigo, a ser mi todo. Pero con el tiempo, nuestra amistad se transformó en algo más, un amor inocente. Éramos apenas adolescentes. Él fue mi primer amor, tratábamos de dar lo mejor de nosotros para que lo nuestro funcionara, o al menos yo lo hacía. Habían pasado 2 años desde que empezamos, y todo parecía un cuento de hadas, éramos felices, hasta que ella llegó, y no la culpo, ella solo fue un motivo, pero tú fuiste el causante de todo.

Era un 11 de abril, lo recuerdo claramente. Ella apareció y aunque tú no parecías impresionado con ella al principio, eso cambió en algunas semanas, tres para ser precisos. Cada vez pasabas más tiempo con ella y, aunque traté de preguntarte si todo estaba bien, me decías que sí. Pero cada vez eras más distante, tus cancelaciones de planes eran más seguidas, tus excusas para no verme eran frecuentes. Lo sospechaba, sabía que ella había cambiado algo en ti, ya no me amabas como antes y, aunque traté de aparentar que nada me afectaba, no era así. Me dolía como si enterraran mil dagas en mí.

Una noche lo descubrí. Era mi cumpleaños y habías decidido salir conmigo después de no poder, según tú, en días anteriores. Habíamos quedado en vernos en un lugar que era especial para nosotros. Te esperé por varias horas, pero nunca llegaste, así que decidí irme. Después de todo, había sido el peor cumpleaños, y cuánto lamenté haber tomado el camino que pasaba por el parque para llegar a mi casa. Era el más largo y con más naturaleza, y en esos momentos solo necesitaba estar a solas. En la primera vuelta, me di cuenta de por qué no habías llegado. Estabas con ella, la estabas besando, y yo presencié eso. Juro que te odié, no pude evitar hacerlo. Corrí lo más rápido que pude, no me habías visto, así que usé eso a mi favor. Llegué y me encerré, lloré hasta quedarme dormida. No me importaba nada en ese momento. Al día siguiente, solo decidí ignorar tus mensajes y llamadas que de seguro serían puras mentiras. Todo ese día saqué todo lo que me habías regalado y lo quemé en el patio trasero de mi casa. Faltaban pocas semanas para las vacaciones, así que no tendría que soportar mucho para dejar de verte.

Tú seguías insistiendo en hablar, pero yo me negaba. Tus palabras ya no causaban efecto en mí, el declive de nuestra relación estaba cada vez más cerca. Yo por fin me había rendido para darle un futuro a lo nuestro, y tú parecías notar recién que me estabas perdiendo. Tu error fue pensar que todavía me podías recuperar, pero con lo que no contabas era que ya no me tenías. Tal vez me perdiste antes, y yo era la que se aferraba a la idea de seguir.

Y de repente, mi vida volvió a dar un giro de 180 grados. Me iba a cambiar de casa y de colegio. Eso significaría que ya no nos veríamos, nunca más. Los primeros meses fueron difíciles, aún vivías en mi mente, pero debía terminar lo nuestro, cerrar el ciclo. Decidí escribirte para que pudiéramos hablar en un lugar público, y nos vimos en el mismo parque donde meses atrás la habías besado.

Recuerdo que llegué, y tú traté de besarme, pero te esquivé. Me diste mis flores favoritas. Tú creías que eso era una reconciliación, pero yo planeaba todo lo contrario. Te dije la verdad, que los había visto besarse. Te pusiste nervioso, traté de mentirme, pero sabías que no funcionaría. Así que me contaste la verdad.

Supiste que ese era el fin, yo no estaba dispuesta a perdonarte. Recuerdo haberte gritado lo mucho que te odiaba y que nunca te perdonaría. Sin más, te lancé las flores y me fui. Trataste de detenerme, pero no estaba dispuesta a escuchar más.

Trataste de hablar conmigo, buscarme en mi nuevo colegio, pero yo no estaba dispuesta. Así que un día que apareciste de nuevo, te dejé en claro que no quería verte más, que lo nuestro ya había terminado. Estoy segura de que me dolió más que a ti, pero tenía que hacerlo. Debía superarte, y ese era el primer paso. No volviste a buscarme, y yo tampoco lo hice, hasta que los dos nos reencontramos. Estabas solo, y yo estaba con mi actual pareja. Vi tus ojos al verme, parecías feliz, pero tu mirada se transformó en odio en cuanto viste con quién estaba acompañada.

Nos saludamos, no dijimos nada más. Supiste en ese momento que nuestra historia por fin había tenido un final para ti. Ese día, por fin te diste cuenta de que no me podías volver a tener. Y aunque admito que sigues en mi mente, tu recuerdo es lindo, pero a la vez doloroso, como la persona que fue mi primer amor, pero que también me lastimó y destruyó.

Y ese fue el final de nuestra historia, un primer amor que se transformó en odio y después dejó de existir.

Historias de un Corazón RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora