Capítulo 5

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Totalmente enamorado de las hermosas melodías que emite el piano cada vez que los dedos de Elena golpean suavemente las teclas, no pude evitar mirarla con admiración y amor.

Es realmente buena y no estoy exagerando. Cuando comenzó a practicar el piano, sus dedos se acalambraban o se equivocaba mucho de tecla, pero escuchándola ahora, a casi 1 año de haber comenzado con lo básico... guau, es increíble.

Cuando termino y el piano dejo de escucharse por completo, me pare de inmediato y aplaudí con euforia. Pocos segundos después, los aplausos de los demás presentes opacaron los míos, pero cuando Elena levanto su cabeza después de hacer una reverencia, mi corazón se paró cuando miro directamente a mi lugar.

No miro primero a sus padres o su hermano, ella me miro a mí. ¡A mí!

Su amplia sonrisa y sus mejillas sonrojadas terminaron por matarme. Mi madre coloco una mano en mi hombro y cuando levante mi cabeza para verla, me sonrió con un poco de diversión y después me guiño un ojo.

Se lo dije desde el principio, y ella solo me sonrió dándome ánimos. Por otra parte, Theo siquiera a de sospechar, está más ocupado en mejorar en el futbol americano que en tomarnos atención. Los señores Halls parecen sospechar algo ahora mismo, sobre todo el señor Gabriel, quien me mira como si fuera un enemigo.

—Son solo niños. — le susurro la señora Angie, dándole un codazo que le saco el aire.

Tiene razón, somos solo niños, pero cuando crezcamos nadie dirá que solo fue un amor infantil. Se los hare saber.

Pasaron 3 participantes más, dos chicos que tocaron el violín y la última chica el chelo. También lo hicieron demasiado bien, todo lo hicieron muy bien, pero mi favorita es Elena.

Siempre lo será.

Una vez pasaron todos, los jueces se tomaron su tiempo para decir los finalistas y por supuesto mi hermosa flor fue nombrada. Grité y aplaudí como loco; mamá, Theo y la señora Halls se rieron y el señor Gabriel siguió mirándome como si fuera el enemigo.

Una vez el evento termino, esperamos a Elena frente al escenario. Se acerco con una sonrisa, pero antes de poder hacer algo su padre la abrazo, levantándola por el aire mientras le decía cuan orgulloso esta de ella.

Su madre fue la siguiente y por último Theo, quien le dio un abrazo y unas cuantas palabras de lo mucho que ha mejorado y que si continua, podría llegar a ser parte de una gran orquesta. Eso encendió un brillo en los ojos de Elena, e intuí que está pasando por su cabecita.

—Felicidades por ser finalista, Elena. — la felicito mi madre. —Tienes un gran futuro como pianista.

—Muchas gracias.

Comparten un par de palabras más y por fin es mi turno. Su sonrisa se amplía, doy largos pasos y me detengo muy cerca, llevo hacia delante la mano que escondo detrás de mi espalda y ella baja la mirada.

—Oh... — sus mejillas se sonrojaron y lo tomo como una señal de que le ha gustado mi regalo.

—Es un clavel. — me mira un segundo y vuelve a mirar la flor en mis manos. —El clavel rojo simboliza el orgullo y admiración. — también el amor. —Felicidades, Elena.

Toma con mucha delicadeza la flor y la acerca a su nariz, inhala su aroma con los ojos cerrados y cuando vuelve a abrirlos, me mira con un brillo especial y una sonrisa tierna.

—Gracias.

Me quedo sin palabras, mi corazón golpea fuerte mi pecho y el sonido se hace lejano. Mirándonos uno al otro, olvidamos a los demás, solo existimos nosotros dos y es justo allí cuando una pregunta hace que las mariposas en mi estomago aparezcan.

La flor más hermosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora