No me sorprendió estar solo en el sofá cuando abrí los ojos. Tal vez estaba tan agotado o Elena es bastante buena siendo sigilosa que no me entere del momento en que se retiró sobre mi cuerpo y regreso a su habitación.
Aún era el único en haber despertado, con un bostezo me dirigí a la cocina y después de tomar un vaso de agua le heche un vistazo a la nevera. Tengo algo que hacer, así que hare mi desayuno junto con el de los demás.
—Mmm, ¿Qué huele tan bien? — mire sobre mi hombro. —Buenos días.
—Buenos días señora Angie, espero no le molest...
—Oh, claro que no Jay. — se acercó hasta estar a mi lado, echándole un vistazo a los huevos revueltos que se están cocinando. —Eso se ve genial, ¿necesitas ayuda?
—Bueno, estaba pensando en preparar jugo de naranja.
—Déjamelo a mí. — me guiño el ojo y con una sonrisa en los labios abrió la nevera. —Elena ha estado nerviosa toda la semana, hoy tendrán una cita ¿cierto?
—Si. — sonreí, sintiendo las mariposas hacer un desastre en mi estómago.
—Yo tengo que ir a trabajar más tarde, así que vendrá su amiga Charlis a ayudarla.
Charlamos un poco más en lo que terminamos de preparar todo para el desayuno, cuando el señor Gabriel y los hermanos bajaron, cada asiento tenía delante un plato con huevos revueltos, tocino y ensalada junto con un vaso de jugo de naranja.
—Que bien huele, dios. — respiro profundamente Theo.
—Jay ha hecho el desayuno, así que todo el crédito es para él.
Elena vino a mi lado junto con Peggy, quien se fue directo a su tazón el cual ya se encuentra lleno de comida. Una vez ambos estuvimos sentados al lado del otro, me incline para besar su mejilla lo cual ha ella le agrado mucho.
—Buenos días, ¿has dormido bien?
—Muy bien. — contesto con una gran sonrisa de la cual se perfectamente su significado.
—Desayunemos, entonces. — gruñó mi suegro ante el pequeño gesto de ambos.
El desayuno fue tranquilo, Theo nos habló sobre el avance en el proyecto en que está trabajando, Elena sobre el festival y yo les conté como me ha ido en mi trabajo. El primero en levantarse de la mesa fui yo, excusándome con tener algo importante que hacer y antes de irme besé la frente de mi flor prometiéndole regresar en unas horas.
Se que dije que nuestra primera cita debía de ser perfecta, pero si soy sincero la verdad es que no tengo ni idea de que hacer. Así que pensé que dar un corto paseo me ayudaría a encontrar algo, pero después de casi una hora caminando sin rumbo, la verdad es que no se me ocurre nada.
Con su suspiro frustrado, me senté en el banco de un parque y miré a los niños jugar en el área de juegos. Continue pensando, pero nada cambio hasta que me di cuenta de lo tonto que soy ya que la respuesta está frente a mí. Tal vez sea cliché, pero se me ocurre una manera de que sea la cita perfecta para ambos.
Antes de regresar, pase por un supermercado y compre varias cosas para un picnic. Al llegar a la casa de los Halls encontré la planta baja por completo en silencio, pero logro escuchar voces en el primer piso, debe de ser Elena y la amiga que su madre menciono y sin interrumpirlas me di prisa en preparar algunos bocadillos, tales como: Sándwiches, cubos de queso, jamón, fruta picada y algunos utensilios.
Theo me ha dado permiso para poder usar su habitación, así que me di una ducha rápida y me vestí lo mejor posible. Elena no podrá verme, pero aun así quiero estar lo mejor presentable para ella.
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La flor más hermosa
Novela JuvenilSolo tenia 9 años cuando la vi por primera vez y al instante supe que ella sería la única con quien querría compartir mi vida. Elena Halls es la niña más hermosa ante mis ojos y a quien siempre le pertenecerá mi corazón. Durante todo el tiempo que e...