No es él, es ella.

#4: La Boda

Capítulo 4.

Y como de costumbre en algunas mañanas a mi madre le toco ser mi despertador. A las 7:00 am. Juro que podría haber un concierto de Heavy Metal justo al lado de mi cama y yo dormiría cual bebé. Bueno no, no tan exagerado pero sí. Soy de esas que ponen miles de alarmas y aun así no sirve de nada con la primera alarma me despierto y quito las demás. Soy una genio, una genio perezosa. Lo sé.

Me puse un vestido lila a media rodilla. A pesar de que no son mis favoritos, los vestidos. Mi madre se empeña en que debo estar presentable los domingos, domingos de iglesia.

Súper divertido ya lo sé ni me digan.

Y este domingo no fue la excepción se me hicieron las dos horas más largas de mi vida, como todos los domingos. No es que estuviera en contra de Dios o la religión en general, sino más bien en contra de las misas larguísimas dándole la vuelta una y otra vez al mismo tema, eso. Y más porque el glorioso tema de esta semana era el matrimonió y para colmo de regreso a casa mi madre ya estaba planeando mentalmente mi boda ¡Sí! señores y señoras mi boda con Alex, ya se imaginarían mi cara de horror ante tal barbaridad cuando mi madre menciono un par de canciones que podríamos bailar, lo juro estaba para foto y mi padre solo se reía, varias veces casi se ahoga.

Karma instantáneo, le dicen.

No tenía ni 20 años y mi madre ya me estaba casando. Dios nos libre. A mi madre le afectaba mucho eso de ir a la iglesia.

El domingo transcurrió sin problema alguno claro si quitamos que mi madre estaría feliz de entregarme en sagrado matrimonio sin previa autorización de la novia.  
Estuve todo el día en casa terminando de leer Trono de Cristal por tercera vez. No tuve noticia alguna de Alex y tampoco es que fuera de vital importancia a veces tenía ese sentimiento de culpabilidad por no poner interés suficiente, tal vez y más bien era porque sabía que llevábamos algo muy tradicional, tranquilo y nunca realmente hubo algún gran problema en nuestra relación. A veces pienso en que sería igual con o sin novio pero mi madre lo ama (y el que ella me casaría con él sin rechistar creo que dice mucho sobre eso) pero eventualmente todo tiene un principio y final, no sabía si sería en tres semanas o tres años y no tenía prisa lo único que sabía era que Alex, era cómodo, era como tener una red de protección bajo tus pies en cualquier momento si te caías, y estaba bien. Y no me malinterpretes si es que parece que no le quiero, porque lo hago y mucho. En un año uno claro que le toma cariño a alguien, y trato de ser reciproca en cuanto a sentimientos y cariño. 

***

¡Lunes! Inicio de semana me desperté derrochando felicidad sin saber porque. Hoy será un gran día, hoy será mi gran día. Me repetía a mí misma mentalmente una y otra vez. Por la puerta de mi habitación se coló el olor a comida, tome mi celular y baje las escaleras rápido para desayunar.

Encontré a mi madre de espaldas, frente a la estufa con espátula en mano y ese mofo delantal blanco con manchas negras simulando ser piel de una vaca. La imagen clásica de una madre ama de casa, casi parecía un comercial. Mi madre era lo suficientemente hermosa para aparecer en uno. Era alta con el cabello castaño miel, como el mío. Con ojos y sonrisa radiantes si tan solo eso fuese necesario para no opacarse cada que abría la boca. 

-Buen día. –Dije mientras me sentaba en una silla del comedor

-Buen día, Taylor cariño ¿Hot-cakes con fresas o huevos? –Decía mientras volteaba y tomaba su taza de café y le daba un trago.

-Hot-cakes, gracias ¿Y papá?

-Hoy se fue temprano, tiene mucho trabajo en el hotel con ese nuevo proyecto.

Mi padre era Gerente en uno de los hoteles más importantes en el país. Ganaba bien pero casi no estaba en casa, sin embargo gran cantidad de mis memorias de infancia habían sido con él en su trabajo, en su mundo. 

-Aquí tienes -Dijo mientras me ofrecía un plato lleno, di las gracias y comencé a desayunar.

La mañana transcurrió lo más normal que pudo. Terminando mi desayuno subí a mi cuarto a bañarme y mi aliste con unos pantalones de mezclilla claros, playera negra de tirantes con camisa azul marino a cuadros y botas. Perfecta. Usualmente no usaba maquillaje tan solo me delineaba los ojos con una gruesa línea negra y esta vez use labial rojo, rojo carmín.

Y hasta ese día mi mente estuvo a salvo pero mientras me aplicaba el labial me reí y recorde a la chica labios carmín a la cual hoy la vería o al menos eso esperaba, eso quería. ¿QUERIA? Joder.

Deje esos pensamientos de lado y tome mi celular marque el número de Charlie.

Charlie era mi mejor amigo, mi mejor amigo gay y era la puta ostia.

-¿Hola?
-Charlie ¡ME VOY A CASAR!
-Madre mía estás loca, dime por favor que no es Alex, ¡Dímelo ahora maldita seas! -silencio- ¡santo pene Taylor ¿Que tienes en la cabeza?!
En ese momento no pude más y estalle en carcajadas.
-Esto es serio, Taylor no te rías.
Contesto en el tono más serio que jamás le había escuchado.
-¡ES BROMA! Que crees que me habría de casar a los 19 no estoy loca, mi amor.
Soltó un soplido de alivio.
Siempre nos tratábamos como novios Charlie y yo.
-Me tenías muerto, cariño juro que pensé que estabas embarazada.
-Si ajá y luego de Alex, no gracias paso.
-Por favor amor llevan más de un año aún no... Tú sabes.
-¡Charlie!
Le regañe. El río.
-¿En serio? -podía sentir la sonrisa del otro lado de la linea telefónica  
-Me voy en la tarde te veo en la universidad y te cuento porque en realidad la que me quería casar era mi mamá.
-¡Lo imagine! Adiós Cariño llega temprano.

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Hola mis queridos lectores UuU

Aquí una vez mas disculpen si tarde un poco pero os juro que me exprimí el cerebro en este capitulo.

En fin ¿Que les pareció?
¿Creen que la mamá de Taylor esta loca?
¿Les ha caído bien Charlie?
¿Que opinan de lo que piensa Taylor de su relación con Alex?

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Gracias por leer, hasta la próxima *u*

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