Se detuvo cuando el dolor de sus manos se hizo más fuerte, de pie en la banqueta tomo aire, sus pies la estaban matando, con suavidad bajo las cajas de cartón, miro su camino, ya solo le faltaban dos cuadras.
Caminar en su estado era demasiado, pero debía estirar su dinero, no podía darse el lujo de gastarlo hasta la próxima paga, no cuando la fecha del parto se acercaba.
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—Huuu -se quejo bajito, llevo la mano a su vientre para acariciarla con ternura y suavidad. —Tranquila, tranquila, lastimas a mamá.
Las suaves caricias surtieron efecto, el bebe que yacía en su interior dejo de patear, volvió a sujetar las cuerdas para levantar sus cajas, el nuevo hogar la estaba esperando, después de haber hecho cotizaciones y buscado, gracias a conocidos había dado con aquel lugar, se mudaba a un sitio más barato donde pudiera criar a su hija.
Al llegar la gente se porto amable y no pudo estar mas agradecida por ello, la vida no era fácil y menos con una madre soltera. Durante la noche al acomodar sus pertenencias se encontró con una fotografía, la última fotografía que le quedaba de ese hermoso y a la vez triste recuerdo, si durar tomo un encendedor y le prendió fuego.
—No tiene caso. dijo al ver cómo esa fotografía se volvía en cenizas.