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En 1450 el mundo estaba separado en reinos. En medio del océano atlántico se encontraban dos islas: Los reinos de Chickre, gobernado por los Byers, y Pawys, gobernado por los Wheelers.

La familia Byers era conocida por su amabilidad con el pueblo. La princesa Joyce había decidido casarse con un caballero, Jim Hopper, teniendo tres hijos: Jonathan, Noah, y Jane. Su felicidad era absoluta, reinaban escuchando a sus súbditos, y amaban a sus hijos más que a nada. Todo cambió cuando, a sus dos años, los príncipes menores fueron secuestrados.

Henry Creel, el hechicero real, se llevó a los niños una noche mientras todos dormían. A la mañana siguiente el castillo se volvió un caos, la isla fue cercada, y registraron todas las casas de la aldea en busca de los herederos. Mientras tanto, el brujo lanzó un hechizo sobre los príncipes: "El día que yo muera, los dos herederos serán maldecidos con habilidades mágicas incontrolables, condenándolos hasta el final de sus vidas con descontrol y tristeza".

El rey Hopper no se rindió en su búsqueda, cabalgaba día y noche en busca de sus hijos. Hasta que una tarde, encontró al hechicero en una choza, muerto. Dentro de la cabaña estaba la pequeña Jane, inconsciente y con sangre goteando de su nariz, pero no había rastro del príncipe Noah.

La guardia real buscó por semanas en todo el reino, pero fue en vano, el heredero no estaba en ninguna parte. Las búsquedas se detuvieron, se lo dio por muerto y se organizó un funeral, dejando a toda la familia destrozada.

El secreto mejor guardado del reino lo llevaban unos cazadores, ellos habían encontrado a Henry Creel y lo habían asesinado. Todos sabían de los príncipes desaparecidos, por lo que aprovecharon la situación para llevarse al niño, e integrarlo como uno más de ellos.

Will, como lo habían llamado sus secuestradores, fue criado en la intemperie, bebiendo agua de arroyos y comiendo animales salvajes. Los cazadores eran insensibles y violentos, llevaban años intentando que el niño aprenda a usar la lanza, sin embargo, era torpe, y no le gustaba lastimar animales. Lo obligaban a cazar ciervos y zorros, pero era imposible: Cada vez que el cuchillo se enterraba en la carne el chico empezaba a sollozar, y mágicamente los animales volvían a respirar y seguían su vida.

Cansados de cuidar al príncipe, armaron una barca y lo lanzaron al mar. Sin agua, ni comida. El niño lloró por días, hasta quedarse seco. Sabía que iba a morir, ya no tenía alternativa. Pasaron los días hasta que su barca impactó contra una costa arenosa. Él no lo sabía, pero había cruzado todo el mar hasta llegar al reino de Pawys. Cayó inconsciente sobre la arena, rendido ante su vida, sin energías para nada.

Tanta fue su suerte, que esa tarde una joven bruja había decidido recoger hierbas del bosque. Lo encontró desmayado, con la ropa húmeda y la piel pálida. Lo cargó a su casa decidida a cuidarlo como si fuera su propio hermano.

Y así fue, la bruja, Robin, y Will se volvieron familia. Pasaron los años y el cariño siguió aumentando, vivían en una pequeña casa cerca de la aldea de Pawys, Robin vendía sus pociones y el chico la observaba aprendiendo.

En Chickre, la familia real se había recompuesto, Jonathan había abandonado su título de príncipe para convertirse en un civil normal, y la princesa Jane ahora era la heredera al trono. Sus nuevos poderes no habían pasado desapercibidos, y con el paso de los años había aprendido a controlarlos, sus padres estaban seguros de que sería una excelente reina. La tristeza por el niño perdido nunca se había ido, siempre lo recordaban y pensaban en él, lamentando su pérdida.

⁂⁂⁂

Por otro lado, en el reino de Pawys gobernaban los Wheeler. A diferencia de la familia Byers, el rey Ted era autoritario, cínico y cruel. No le importaba el bienestar de su familia, y estaba completamente cegado con el poder. La reina Karen era dulce y tierna, pero sumisa ante las palabras de su esposo. Juntos habían tenido tres hijos: La heredera al trono Nancy, el príncipe Mike y la princesa Holly. Ellos amaban a su madre, pero sufrían las consecuencias de su padre. Vivían una vida estricta, debían comportarse de cierta forma y sonreír de cierta manera, cualquier otra cosa era reprendida con castigos severos.

La princesa Nancy era quien más sufría, el rey estaba furioso al saber que el heredero al trono era una mujer, y se lo hacía saber todos los días, denigrándola y repitiéndole cuán inútil era.

Al cumplir los doce años, su padre la comprometió con el hijo de un duque, Lord Steve Harrington, quien sería el próximo rey. El joven tenía tan solo un año más que ella, era un caballero de la guardia real y tenía potencial para gobernar. Vagaba siempre por los pasillos junto con su escudero Dustin, y el bardo real, Eddie Munson, que, a pesar de ser conocido como el raro del pueblo, tenía un talento excepcional para complacer al rey.

Cuando la princesa tenía quince y el lord dieciséis se enamoraron el uno del otro, se escapaban juntos en la noche para besarse o decirse palabras tiernas, pero solo duró unos meses, y luego el amor se disipó, quedando solo un compromiso obligado y una amistad.

Todo esto nos lleva al príncipe Mike y su situación. Desde Europa, llegó la noticia de que se avecinaba una guerra. Pawys a pesar de estar en una buena situación, no tenía los hombres ni las armas suficientes para combatir una guerra, es por eso que el rey Ted decidió hacer un pacto con el reino vecino. El príncipe Mike ahora estaba comprometido con la princesa Jane de Chickre. Esto no solo lo ayudaría a combatir la guerra inminente, el rey también tendría control sobre Chickre cuando su hijo asumiera su puesto.

Todo estaba fríamente calculado. No había forma de que saliera mal. ¿O si?

Cut Through Like A Knife - Ronance y BylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora