3. secretos

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La bruja se abalanzó sobre Steve con preocupación, lo movió ligeramente y al ver que no respondía lo agarró de los pies para meterlo a su casa.

—¡Tienes que decirme qué le ha pasado!¡Rápido!

—¡No lo sé! Estábamos hablando, de la nada se desmayó y empezó a balbucear cosas sin sentido —la princesa notó las lágrimas todavía cayendo por su cara.

—¡Will!¡Ayuda! —gritó la rubia. En unos segundos apareció un adolescente en piyamas, al ver al castaño inconsciente su cara cambió rotundamente, realmente parecía que conocían al Lord personalmente.

Los dos chicos empezaron a correr por toda la tienda, la bruja cerró las cortinas y empezó a preparar un líquido con hierbas, mientras el niño apoyaba un paño húmedo en la frente del mayor.

—Willy si todo esto le está sucediendo por el elixir no podrás curarlo, no puedes combatir magia con magia, no eres lo suficientemente fuerte todavía.

—¡Déjame intentarlo!¡No podemos dejar que muera! —la bruja negó y siguió preparando cosas. Steve parecía un cadáver, tenía la piel de un blanco azulado, y su respiración era casi imperceptible.

—¡Estúpido Steve!¿Por qué no podía simplemente decir la verdad? —la rubia tiró el líquido en la boca de Steve— ¡Estúpida yo por no haber probado la poción en él! —el castaño no parecía mejorar, Nancy estaba a punto de sufrir un colapso, se encontraba junto a gente que nunca había visto en su vida y su mejor amigo estaba al borde de la muerte.

—¿Se supone que tiene que pasar algo? —preguntó la princesa.

—Shhh... Silencio —le respondió el niño. Los tres esperaron en silencio. Pasaron los segundos y nada pasaba. Abruptamente, Steve se sentó, respirando agitado. La bruja lo abrazó fuertemente lanzando un suspiro.

—¡Por dios, pensé que te habíamos perdido! —la muchacha se apartó del herido y lo volvió a acostar, instantáneamente se quedó dormido. El adolescente abrazó a la rubia sollozando.

Pasaron unos minutos en silencio hasta que ambos repararon en la presencia de la chica. En su desesperación por salvar al castaño, no se habían dado cuenta que estaban en la presencia de la futura reina.

—¡Princesa Nancy! —le habló la rubia haciendo una torpe reverencia, el niño la copió— Discúlpenos por favor por no recibirla adecuadamente.

—Acaban de salvar a mi mejor amigo, no tienen que disculparse. Les agradezco mucho... —dejó de hablar sin saber con quienes estaba conversando.

—¡Oh! Mi nombre es Robin Buckley, él es mi hermano William Buckley, un placer conocerla su alteza. ¿Le gustaría tomar algo? —Nancy se sorprendió, las personas de clases más bajas no solían invitar comida a los miembros de la realeza, su padre se hubiese reído de lo ridícula que estaba siendo Robin, pero a ella le pareció un gesto agradable.

—Un té por favor —la rubia la guió hasta la cocina, era pequeña, con estantes de madera, y tenía una mesa en el centro con seis sillas. El lugar no se comparaba con el palacio donde ella vivía, pero no pudo evitar pensar que esta cabaña era más acogedora que cualquier habitación del castillo. La bruja preparó tres tazas de té y se sentaron alrededor de la mesa.

Era el primer momento en toda la noche donde pudo observarlos detenidamente. Will parecía tener aproximadamente la edad de su hermano, su cabello era castaño, tenía los ojos color miel y era un poco más alto que ella. Por otro lado, Robin tenía el pelo corto y rubio, unos ojos azules como el agua de deshielo y sus labios eran del color de las cerezas; su vestido de noche verde resaltaba todas sus facciones y hacía que todo se vea perfecto, era una de las mujeres más lindas que había conocido, parecía una princesa. Trató de encontrar el parecido entre los dos hermanos pero no lo encontró, solo algunas expresiones compartidas.

Cut Through Like A Knife - Ronance y BylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora