2. el elixir

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El príncipe Mike se estaba preparando para tomar el té con su futura esposa. Uno de sus sirvientes le arreglaba la ropa, mientras otro lo peinaba. Estaba irritado al sentir todas las manos encima de él, sabía que estaban cumpliendo con su trabajo, pero la situación lo estaba poniendo nervioso. Echó a todos de la habitación lo más cordialmente que pudo y esperó a que su guardia real.

La chica apareció con una sonrisa que él inmediatamente replicó. Max tenía su misma edad, al contrario que la mayoría de los hombres, ella consiguió su título de caballero a los 16 años. Mike había escuchado su historia cuando ambos tenían 17 años, una adolescente que había sido entrenada por su difunto padre, y que había luchado para conseguir un puesto en la caballería hasta que finalmente el rey se lo otorgó: Ella era la primera mujer en ocupar un puesto de lucha en Pawys. El príncipe había quedado fascinado, le insistió a su padre que la dejara ser su defensora por tres semanas, hasta que el rey finalmente aceptó.

A los pocos días de conocerla quedó flechado, sus ojos grises y su pelo del color del fuego lo cautivaron instantáneamente. A pesar de que sabía que era incorrecto relacionarse de esa forma con su caballero personal, decidió confesar su amor ante la muchacha. Ella repitió lo halagada que estaba pero lo rechazó recordándole sus diferencias de clase. El príncipe insistió por unas semanas, pero no hubo caso, la chica no quería tener nada que ver con él. Paralelamente, se volvieron amigos y, con el tiempo, los sentimientos de Mike se transformaron en amistad.

Dos años más tarde, después de que el príncipe preguntara sobre su vida amorosa, la pelirroja le contó la verdad: Ella no se sentía atraída por los hombres. El príncipe Wheeler había escuchado hablar de esas personas, su padre los llamaba enfermos, sabía que solían ejecutarlos públicamente, quemándolos en una hoguera o persiguiéndolos con lanzas. Sin embargo, conociendo a Max, sabía que ella no estaba mal, era una persona como cualquier otra, igual a él. Por eso decidió abrazar cálidamente a su amiga y decirle cuánto la quería. Desde ese día, eran inseparables, donde quiera que esté el príncipe, la chica siempre estaba atrás cuidándolo.

—¡Príncipe Mike!¿En qué puedo ayudarle?

—Sir Mayfield, por favor ingrese a mis aposentos y cierre la puerta —la chica hizo lo ordenado mirándolo con preocupación.

—¡Ay Max! —exclamó el muchacho dejando las formalidades de lado— Se supone que tengo que ir a tomar el té con la princesa Jane, pero no puedo ni pensarlo, ¡no quiero pasar toda mi vida con ella! —la pelirroja lo miró triste.

—Creo que deberías darle una oportunidad, tal vez sea la persona que estuviste esperando todo este tiempo. Tu gran amor.

—No lo sé, no creo que lo sea. Cuando conozca a mi alma gemela lo reconoceré, como me pasó contigo.

—¡Wheeler! —exclamó enojada—, ya te dije que no hables así, si alguien nos escuchara pensaría que somos pareja.

—Mi padre está bien con eso, y él es el único que realmente importa así que... —su padre lo había enfrentado sobre su relación con Max en el momento en que anunció que se casaría con la princesa Byers. A pesar de que el príncipe lo negó repetidas veces, el rey Ted le aseguró que estaba bien que se divierta con mujeres, mientras no le moleste a su nueva prometida. Mike había quedado traumatizado después de esa conversación sobre mujeres con su progenitor.

—¡Dios! No quiero hablar más del tema. Ahora tengo la orden de arrastrarte para tu reunión con la princesa, ¡vamos!

Su guardia lo arrastró hasta el salón de té mientras él refunfuñaba. La princesa Jane lo esperaba ya sentada, con un delicado vestido rosa, su pelo castaño oscuro envuelto en una coleta.

Cut Through Like A Knife - Ronance y BylerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora