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La joven Hayami Kawa terminaba de arreglarse para salir aquella noche, peinaba su cabello, deteniéndose una vez obtuvo el resultado deseado. Todos los amigos se reunirían aquella noche, Ino fue la encargada de invitarla, según lo dicho por la rubio, alquilaron una sala en un bar.
Salió de su apartamento y caminó por las transitadas calles de Konoha hacia su destino. Hayami no pudo evitar cuestionarse si Naruto se encontraría en la reunión, llevaba un tiempo sin verlo pues este se mantenía ocupado con su equipo.
Se sonrojó ante la idea de pasar tiempo a solas con el rubio por el cual guardaba fuertes sentimientos desde que ambos eran unos niños. No había obtenido la valentía necesaria para confesar sus sentimientos, además, no deseaba atravesar un rechazo; no podría ver al Uzumaki a la cara si el muchacho rechazaba sus sentimientos.
Al arribar al establecimiento preguntó por la habitación que habían apartado, se encamino por los pasillos hasta la puerta con el número indicado. Abrió y entró, rápidamente Ino se apresuró a saludarla.
—Hayami, me alegro de hayas venido. Vamos, ya ordenándosela algunas bebidas —comentó la Yamanaka mientras arrastraba a su amiga hasta la mesa en donde se reunían los demás.
—Hola a todos —saludó un poco tímida por ser la última en llegar. En ese momento se dio cuenta de la ausencia del rubio.
—Creímos que ya no vendrías —comentó Kiba cuyo rostro estaba ligeramente sonrojado, probablemente por el alcohol que había ingerido.
—Lo siento, no calculé bien el tiempo —se disculpó entre risas—. Siempre soy la última en llegar a todas nuestras reuniones.
—No está vez, aún falta Naruto —habló Shikamaru—. Se le está haciendo costumbre eso de llegar tarde.
Ante la mención del Uzumaki, no pudo evitar emocionarse, deseaba verlo y tener la oportunidad de platicar con él después de tanto tiempo sin convivir debido a sus convenientemente diferentes agendas que les imposibilitaban el verse como lo hacían antes.
La puerta se abrió minutos después, Naruto se mostró agitado, seguramente abría corrido hasta el punto de reunión al darse cuenta de su tardanza. Las mejilla de Hayami estaban sonrojadas aunque bien podía confundirse con un efecto del licor que ingirió previamente.
La Kawa sabía que su resistencia al alcohol era prácticamente inexistente pero esperaba que con aquel líquido pudriera ser capaz de soltarse y divertirse con sus amigos.
—Lo siento, realmente quería venir a tiempo pero estaba muy cansado y me quedé dormido —Naruto admitió avergonzado.
—Está bien. Le has permitido a Hayami no ser la última en venir a nuestras reuniones, por primera vez —se burló Ino de su amiga, al mimos tiempo causó la risa en el rubio.
—¡Ino! —reclamó Hayami.
—Ya, ya, continuemos divirtiéndonos.
La noche transcurrió entre muchas risas y platicas, Hayami continuó bebiendo sin preocuparse por el mañana, ella y el sonrojado -por el sake- Naruto se lanzaban miradas que no eran pasadas desapercibidas por el vigilante ojos de la Yamanaka.
