Un estruendoso ruido de relámpago acompañado por el sonido de las gotas de lluvia golpeateando contra el techo, fue la alarma perfecta para un chico de cabellos rojizos teñidos.
Kirishima, quien estaba simplemente demasiado adormilado, subió una de sus manos sobre su rostro rascando el párpado de su ojos, frotando con el puño cerrado el mismo y tratando de enfocar su vista en el reloj de pared. Era temprano, para ser exactos, eran las 7:21 a.m.A su lado y, básicamente enredado, en sus brazos yacía durmiendo un cenizo, el cual parecía estar teniendo un plácido sueño. Para el pelirrojo, no había razón para despertarle. A fin de cuentas podía notar perfectamente que se sentía mejor, su fiebre había bajado y se sentía con muchas más fuerzas que el día anterior. No estaba a su 100% pero si estaba mucho mejor de lo que esperaba. La medicina de aquel entonces era muy buena para tratar resfriados.
Fue así como usando su brazo derecho para apoyarse en la camilla, y sin quitar el izquierdo del rubio, el joven se enderezó lo suficiente para quedar observando a su compañero. Una sonrisa pequeña, diminuta, se formó en su rostro al pensar que había pasado la noche abrazado a Bakugou, durmiendo, juntos. Además, estaba muy alegre que Kiri Jr, como él le dolía decir, no se había puesto rebelde y no le había dejado en una situación incómoda.
Entre sus pensamientos, que no pasaban más de halagar y admirar al rubio, se inclinó sobre el mismo. Acercándose al cenizo, estaba realmente próximo a él, tanto que eran pocos los centímetros que le faltaban para que sus labios se fundiesen en un tranquilo beso con los tan deseados belfos de Katsuki. Su mente se nubló y se aproximó aún más de lo deseado, faltaba un solo centímetro para cumplir aquella fantasía que tuvo tantas noches. Pero Kirishima era un hombre honesto y ético. Uno que creía que el consentimiento era importante. Por lo que velozmente, al notar que estaba demasiado cerca, se alejó del cenizo. Con un diminuto rubor sobre sus mejillas, suspirando, desanimado. Nunca podría hacerle aquello al cenizo, no le iba a robar un beso. Menos, sabiendo el hecho de que Bakugou nunca había besado a alguien ¿Y él iba y le arrebataba el beso? Claro que no, no era justo. Aquello era decision únicamente de Bakugou Katsuki.Con frustración, Kirishima, se enderezó de la camilla. Fue hacia donde estaban sus prendas dobladas y se cambió la ropa de hospital que llevaba puesta. Una vez completamente cambiado, volvió a arrimarse a su compañero. Esta vez, le acomodó en la camilla, le mulló la almohada para que esté lo suficientemente esponjosa y lo arropó de la forma más calida que podía con las mantas. Al finalizar, dejó la habitación. Estaba demasiado avergonzado cómo para quedarse allí, casi y le arrebataba el primer beso a su mejor amigo. Era un asco, un animal.
Fue bastante oportuno que el pelirrojo saliera, pues luego de el casi beso y la forma tan embelesada en la que acomodo al rubio... Bakugou casi y ya no podía fingir estar dormido. ¿Y cómo hacerlo? Sus mejillas ya estaban pareciendo cerezas del tono que habían tomado y la respiración se le había agitado tanto que parecía que hubiera terminado de correr una maratón hace pocos minutos.
No lograba asimilar lo que acababa de suceder, incluso con los ojos casi cerrados del todo, pudo sentir la respiración de Eijiro justo contra su rostro, contra sus labios. Si, había estado demasiado cerca, parecía, pensó, que el chico le iba a besar. Le hubiera encantado, aunque no era el mejor y más romántico lugar una enfermería, el ser besado por el pelirrojo hubiera sido más que suficiente para que fuese feliz. Mordió su labio inferior, tratando de reprimir las ganas que tenía de rebobinar aquel momento, para así estampar sus labios contra los del pelirrojo en un poco experimentado beso. Pero no se podía retroceder, además, Kirishima no lo beso y cierta parte de él se sentía inseguro. Podría haber simplemente estado fijándose cómo estaba, a fin de cuentas durmió con un enfermo. Si, era más probable que fuese ello, el de dientes puntiagudos era muy inocente y torpe, pocas veces conocía lo que era respetar el espacio ajeno. A Katsuki no le sorprendería que fuese ello, incluso si todo indicaba lo contrario y que sus acciones eran dignas de que estaba anhelando un beso.
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cartas indiscretas || [ Kiribaku ]
FanfictionToda la U.A. se alborota cuando un día el rubio más explosivo de la institución recibe una carta de amor anónima. No hay una sola pista de quién podría ser, y como si fuera el colmo, más cartas comienzan a aparecer. ¿Suena bastante romántico, n...