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—¡Tzuyu! ¿Lista para irnos? —la susodicha cierra su mochila justo en el momento en que Kim Dahyun aparece en escena. Ella tiene sus manos dentro de su chaqueta mientras se mueve de adelante hacía atrás sobre sus talones; luce muy contenta de que por fin las clases hayan terminado.

—Sobre eso... hoy no podré irme contigo —dice colgándose la mochila sobre su hombro.

A Tzuyu no le sorprende para nada ver la cara confundida de su amiga. Ellas siempre se van juntas a casa debido a que viven en el mismo vecindario, así que ahora se debe estar preguntando porque está vez tiene que ser una excepción.

—¿Por qué?

—Tendré ayuda con el exámen de inglés —responde sabiendo muy bien cual será la reacción de Dahyun.

—¡¿Eh?! ¡¿Con quién y por qué no conmigo?! —chilla la coreana sintiéndose traicionada. Ya es costumbre que Tzuyu vaya a su casa a estudiar, ¿por qué ahora tiene que ser diferente?

—Con la profesora Park —Tzuyu habla tratando de que las comisuras de sus labios no se eleven al decir aquel nombre—. Sabes perfectamente que estudiaría contigo, pero siempre terminamos jugando a la Nintendo y está vez realmente necesito aprobar el exámen con una calificación alta —añade queriendo sonar muy convincente ya que no quiere delatar su verdadero motivo.

Tzuyu sabe perfectamente que no necesita tanto las asesorías y que el jugar con Dahyun en vez estudiar no le afecta en nada porque siempre termina aprobando sus exámenes; en sí, la verdadera razón por la cual se acercó a su profesora para pedir ayuda fue porque quiere pasar tiempo junto a ella.

—Bueno, en eso tienes razón —Dahyun no puede contradecirle, tiene un buen punto. —Entonces nos vemos mañana, Tzuyu —ella se despide y Tzuyu hace lo mismo antes de verla desaparecer por la puerta del aula.

La taiwanesa sigue su mismo camino pero con un objetivo diferente: ir en busca del aula dónde Jihyo la citó. Ella se pasea por los pasillos vacíos repitiendo en su mente la letra y el número del salón hasta que da con el. Cuando se va acercando, se da cuenta de la música que sale de la puerta entreabierta dejándola extrañada. Tzuyu camina despacio hasta detenerse en la entrada donde, por el estrecho espacio, puede ver a su profesora con la espalda baja recargada en el escritorio y la mitad superior de su cuerpo está girado hacía las ventanas que se encuentran al lado contrario de donde está Tzuyu, causando así que Jihyo aún no note su presencia. Los ojos de la taiwanesa se abren de par en par cuando se da cuenta que la melodía de una canción no es lo único que escucha, sino también la voz de Jihyo.

Tzuyu se queda absorta en aquella escena; el tono suave y a la vez potente que usa su profesora mientras canta en inglés la tiene totalmente hechizada.

Cuando la canción llega a su fin, Tzuyu entra al aula abriendo la puerta haciendo un ruido fuerte por sentirse emocionada y agradecida de haber presenciado aquel espectáculo.

—¡Profesora! ¿Era usted quién cantaba, verdad? ¡Es una gran cantante y... —sus palabras quedaron atoradas en su garganta cuando la ve girar hacía ella. Jihyo ahora la está observando, pero en sus ojos brillantes puede notar como está luchando para que las lágrimas no bajen por su rostro. «¿Ella estaba llorando?»︎.

—¿Cuánto tiempo escuchaste? —su actitud cambia radicalmente. El aura deprimente que rodea a su profesora cambia a una más animada mientras ríe avergonzada—. Si estabas aquí debiste haberme dicho.

—Es que me sorprendió tanto escucharla. Su voz es muy linda y sonaba como una verdadera artista extranjera —todo aquello lo dice con total sinceridad, aún tiene la voz de su maestra reproduciéndose en su mente y quiere escuchar más—. ¡Por favor, canté de nuevo!

—¡Es muy vergonzoso, no lo haré! —ver a Park Jihyo, aún más apenada que cuando se le cae algún libro, hace que Tzuyu sonría. Hay ocasiones donde ella actúa como una adolescente.

—Era una buena canción. Me gustó como se escuchaba, aunque no entendí nada de la letra...

—¿Lo crees? —Tzuyu asiente con su cabeza—. ¿Qué te parece si esa es nuestra primera lección? Vamos a traducir la canción.

—¡Sí! —la menor acepta y Jihyo la ayuda a mover un pupitre cerca del escritorio.

Cuando las dos están sentadas frente a la otra, la coreana habla.

—Me sorprende que te hayas acercado a mí para ayudarte a estudiar —aquella confesión toma desprevenida a Tzuyu quien sigue los movimientos de Jihyo mientras escribe sobre un cuaderno—. Pensé que eras buena con el inglés porque siempre estás poniendo atención cuando hablo durante la clase, lo sé porque no dejas de mirarme. Creí que entendías todo a la perfección —oír eso sonroja a la taiwanesa y la hace desviar su mirada de ella. ¿Cómo responderle? No puede decirle algo como: "solo te estoy mirando a ti porque me gustas", eso la espantaría. Hasta Tzuyu siente temor al pensar en aquellas palabras.

—Bueno, yo... no soy buena para retener información —se excusa torpemente. Jihyo no le responde para alivio suyo, en cambio, desliza el cuaderno, donde terminó ya de escribir la letra, hacía ella.

—¡Bien! Empecemos.

Tzuyu se concentra en traducir la letra con ayuda de Jihyo, que solo la auxilia en algunas palabras difíciles. Después de unos minutos la taiwanesa logra terminar y se da el tiempo de leer su escrito. Cuando sus ojos pasan por los versos se siente un poco confundida debido al significado de la canción.

—¿Pasa algo? —Jihyo le pregunta al ver que frunce un poco el ceño.

—Nada malo —Tzuyu niega dejando el cuaderno sobre el pupitre—. Es solo que, la letra parece referirse a una amistad, pero... ¿no cree qué es demasiado para ser solo eso? —cuestiona.

Tzuyu está segura de que la canción suena más como una declaración amorosa que como una muestra de amistad. Ella tiene a su mejor amiga, Dahyun, con la que es muy cercana; siempre salen juntas y hacen decenas de cosas, pero realmente duda de dedicarle algo como esto ¡ya que puede malinterpretarlo todo! Por el contrario, Tzuyu está consciente de a quién sí le dedicaría esto.

—¿Lo piensas? —Jihyo sonríe, pero Tzuyu se da cuenta que hay algo diferente en ella cuando dice aquello y son sus ojos apagados. No tienen el mismo brillo que siempre—. Yo creo que también puedes sentirte así por una amiga, solo que aún no te has dado cuenta.

Tzuyu se le queda viendo fijamente después de eso. Jihyo está guardando en su maletín un libro de texto que usaron; parece estar en su propio mundo después de haber dicho aquellas palabras y su sonrisa melancólica aún no desaparece de su rostro y eso perturba a la menor.

—Profesora, usted... ¿tiene a alguien así? —puede sonar inoportuna preguntando aquello, pero las palabras no podían seguir retenidas en su boca. Tzuyu tiene la necesidad de apaciguar aquella sospecha que ronda en su cabeza.

Jihyo se detiene solo para observarla. Al pasar los segundos en silencio la menor decide disculparse por si su pregunta la incómodo, pero antes de hacerlo, su profesora habla.

—Sí, la tengo.

say you love me ⌗ jitzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora