La fragancia es dulce

1. Conocí una criatura sensible

Cuando tenía 13 años me obsesioné con un poema. Las líneas de ese poema eran desordenadas, atravesaban mi cabeza varias veces al día y de vez en cuando las repetía de manera inconsciente, cada vez que terminaba una frase decía alguna incoherencia, cada vez que se cerraba una línea con un punto aparecía algo sin sentido. Pero en el fondo su intención traspasó mi mente, aquel sujeto transmitió completamente su intención y entonces, busqué. Me dedique como alguien que perdió la cosa más importante a buscar entre un mar de gente aquello que me faltaba.

Mostré aquel poema a cada persona que me agradaba y las respuestas banales siempre lograban decepcionarme, con el tiempo ya no esperaba nada, con los años cuando crecí, me di cuenta que podía dejar de buscar para mantenerlo solo en mi interior y leía en silencio en mis tiempos de ocio.

Yo pensaba "Si no esperas nada nunca te decepcionas"

Leonel y máx, quiénes habían estado conmigo prácticamente la mayor parte de mi vida aunque este último se fue tempranamente a Francia, siempre me animaban, pero Leonel continuamente lo decía para corregirme "si no esperas nada, cuando suceda te va a sorprender"

Él era demasiado bueno para su propia seguridad. Supe desde un inicio que algún día alguien llegaría y rompería su corazón, lamentaba que ese momento llegará en algún instante para hacerlo, leonel es mi mejor amigo, aun si no compartíamos demasiadas cosas en común, las pocas eran las correctas, excepto una.

Ese recuerdo es tan claro que podría suponer que la memoria es una especie de criatura independiente, algo que busca incansablemente que sufras. Puedo estar seguro que cuando pensaba en algún día conocer a la persona que hiciera sufrir a leonel, sería yo mismo quien estaría a su lado.

En la escuela y el instituto siempre fuimos populares e inseparables , castas altas con fuertes influencias en todo. No fue extraño que llamáramos la atención ya que muchos tenían sus expectativas puestas en nosotros, lo extraño sucedió cuando alguien llamó la atención de ambos.

El verano de nuestro último año fue el más duro, no había tiempo ni para tomar un respiró, leonel se la pasaba de actividad en actividad y no tuvimos demasiado tiempo para reforzar lazos hasta mediados del año escolar, él con sus cursos y yo con los míos, nuestras actividades eran tan diferentes que pocas veces aparte de cuando nos reuníamos en nuestras propias casas teníamos oportunidad de hablar.

Y lo lamento, porque debí saberlo, debí prever que algo en nuestro interior si era demasiado parecido. No hablo del instinto, pero quién podría no sentirlo.

"Te ofrezco explicaciones de ti mismo, teorías sobre ti mismo, auténticas y sorprendentes noticias de ti mismo."

Esa voz que trajo el viento, jadeante y casi murmurando.

-"¿Borges? Two english poems" - pronunció con un inglés básico pero limpió, una persona delgada de pie frente a mi.-"ese es mi favorito aunque no muy conocido ~ah~ y poco apreciado" - sacudió su cabeza con insatisfacción. Su aroma a manzana y canela atrajo de inmediato mi atención tanto así que sentí como si sufriera una arritmia.

"¿Con qué puedo retenerte?
Te ofrezco estrechas calles, atardeceres desesperados, la luna de los suburbios derruidos."

Recitó moviendo sus brazos como si fuera a contener a alguien para luego dejarlos caer al costado. Como si fuera una noticia que esperaba tan ansioso apareció frente a mi una única persona que le parecía haber dado importancia al segundo poema de una libretilla de dos escritos, el menos apreciado pero que capturó mi atención hace tanto tiempo.

Muchas veces me sentí avergonzado por esperar tanto, de forma sentimental y absurda un juramento tácito de que al momento de conocer a la persona con la que pasaría el resto la cuidaría con todo. Así funciona ¿no? Almas que se encuentran sin precedente, se conocen y reconocen, como si muchas vidas juntos no hubieran sido suficiente y lucharán por una más. Sintiéndose para buscar y encontrar.