6. Soy débil

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Gulf respiro profundo llevando la feromona hasta su nariz y boca, entraba espesa y fuerte como hace mucho no lo hacía, podía sentir como se acomodaba en su cerebro haciendo sentir sus piernas como lana, una fragancia masculina con fuerte peso, cálida pero a la vez le recordaba lo gélido del invierno, es como estar en tu mejor momento durante un día cualquiera mientras en el invierno antes de ir a clases, cuando tu mamá te prepara un desayuno tentador que te despierta lo sentidos para comenzar el día y aún así quieres hundirte en esas mantas cálidas. Claro, el alfa era igual de frío y le valía mierda en este momento, aunque se le deshicieron las piernas cuando lo vio o como se sentía antes de dejar de verlo.

El mismo impacto.

Abrió la puerta y dejo que el sujeto imponente frente a él lo viera como la última gota de agua en el desierto, maldito y sensual estupido.

Mew perdió la capacidad de respirar por un instante, vio la figura delgada frente a él, de seguro de los 14 años casi 15, hasta sus 23, casi 24 gulf cambió demasiado. Piernas esbeltas, más alto, una cintura estrecha  que le cabe en una mano y unos rasgos muchos más definidos, igual de aniñados pero ahora un poco más traviesos, tan bonito.

Gulf no quisó detenerse frente al alfa y pensar porque se veía tan guapo y precioso. Se cruzó de brazos y lo miró desafiante con la expresión más desagradable que podía poner.

-¿Qué haces aquí y cómo llegaste?-Mew no podía recuperar aún el aliento.

Miró de arriba abajo el cuerpo del chico y luego se detuvo en su rostro. -¿Qué?-

-¿Cómo conoces mi casa? ¿No es casual? ¿Max te dijo mi dirección?-

-Vivó al lado-

Gulf bajo los brazos, casi dejando caer su mandíbula, resulta que el estupido es su vecino. Ahora recordó como ayer lo vió y a esa pequeña niña que tanto le había gustado en un principio, hasta este momento apenas recordaba que se había metido a algún lugar mientras hiperventilaba y que fue precisamente la feromona del alfa la que lo calmó.

-Bien… Mierda, somos vecinos ¿y? ¿quieres un pastel de bienvenida? -

Mew se sorprendió por las palabras pero no podía esperar que lo recibiera con una sonrisa.

Para contextualizar, si un omega es rechazado por un alfa luego de que se reconocen como compañeros, se desestabilizan, no es un castigo solo para el omega, más bien quien menos pierde es él, pero el único que puede rechazarlo es el alfa y el que más sufre también es alfa. Es como un castigo por darte lo que siempre deseaste y rechazar ese regalo.

Y bien, mew sabía lo que es tener ese regalo y resentirse con él hasta el punto de rechazarlo. Por suerte antes de que su enfermedad se desarrollara por completo logró tener a leo, de otra forma estaría dejándose morir en algún lugar, y no es como que lo aceptara desde el principio, se sentía bastante reacio a ser papá de una criatura que no esperaba, ni deseaba, y que no era de quien había identificado como su pareja. Aparte de ser la pequeña persona que amaba también era un recordatorio de cómo maniató su destino a esas cadenas invisibles de tristeza que no había forma de evitar.

-No… Yo sólo venía…-

-¿qué? ¿A culparme de algo más, intentar humillarme o hacerme sentir mal? si vienes a ver a max él no está, vuelve a tú casa y luego llamá- Gulf había notado el día que max llegó que el amigo del que hablaba probablemente era mew, todo coincidía y sabía que max había viajado para el funeral de Leonel así que ahora todo calzaba.

-Gulf… No, yo no vine por eso, vine a verte… La verdad hace días que sé que somos vecinos - Mew miro el piso, apretó puños y párpados, como decir lo que en verdad quería, por dónde comenzar, cómo explicarse, disculparse, decir que quiere una oportunidad aunque sea de estar cerca del omega…¿como? Sus feromonas comenzaron a salir espesas y no se percató de los movimientos irregulares de las manos del omega.

La fragancia es dulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora