• Escrito en colaboración por la #SemanaMarlinka
• Basado en Castlevania
Capítulo I
Por neonssakura
Sakura Haruno no era una simple curadora: ella deseaba ser médica y anhelaba conocer más; del mundo, de las plantas, incluso del alma de las personas. Pero para su época, tener conocimiento era sinónimo de pecado, ¡brujería! Y en aquel entonces, cualquier persona acusada de hechicerías era blasfemo. La iglesia quemaba a herejes públicamente, pero ella sabía que no era una bruja: quería ser doctora. Tenía cierta fascinación por la erudición que su cerebro buscaba y anhelaba conocer.
Quería dejar su huella en el mundo.
Siempre escuchó leyendas sobre aquel castillo aislado, y se sentía tentada de ir, pues sus opciones de buscar conocimiento se estaban acabando y aquel palacio sombrío parecía ser su única opción. Lucía tenebroso a simple vista; escuchaba mitos sobre la persona que habitaba allí, decían que era peligrosa, imposible de convivir con simples mortales y, a su vez, envuelta de conocimientos: mismos que ella quería descubrir.
Quería ver su pueblo de Konoha desarrollarse y que vivieran por más tiempo: los aldeanos tenían poca calidad de vida, y la curadora Haruno se moría de frustración por no poder ayudarlos. Tenía un alma bondadosa, pero envuelta de determinación. Haría lo que fuera por curar a las personas.
Por ello, un día se colocó una capa blanca para tapar su característico cabello rosa y tomó un cuchillo por inercia, por miedo a lo desconocido y lo que pudiese encontrar en aquel palacio, pero siendo honesta consigo misma, la adrenalina podía más. El camino fue aventurado —por no decir arriesgado— y veía el castillo umbroso cada vez más cerca. Su corazón se alertó y en unos pocos minutos, sus pies estaban a pocos pasos de la gran entrada. Su delicada mano quiso abrir o tocar —¿cómo podía presentarse?— pero la puerta se adelantó por ella. Se adentró, y bajó su capa para que sus curiosos ojos pudieran estudiar el lugar. Era un verdadero palacio: envuelto de candelabros, y... ¡Luces! ¡Luz real!
Entonces vio una sombra, observándola desde lo alto de las escaleras. Sintió aquella mirada de ojos negros glaciales, completamente intimidantes. Pero eso no la iba a detener. Carraspeó, guardando su cuchillo. En ese punto, supo que no temería. Si la persona que habitaba ahí quisiera matarla, ya lo hubiese hecho.
—Soy Sakura Haruno de la aldea de Konoha. Quiero ser doctora.
—¿Tocas mi puerta porque quieres hacer hechicería?
Su voz masculina: electrizante, teniendo la intención de intimidar. Se asemejaba a un ser apolíneo, quizá porque lo era.
—No soy una bruja. Quiero ser doctora. He agotado todas mis opciones y rumoran que el hombre que vive aquí esconde información secreta.
Dejó de ver la silueta oscura y sintió un aura acercarse a ella. Sintió una respiración que estremeció su espalda detrás de su cuello. Era él.
—Soy el Conde Sasuke... Dime, ¿qué puedes intercambiar a cambio de la "información secreta", Sakura de Konoha?
La joven frunció el ceño y se giró hacia él, mirándolo de manera retadora. El vampiro cayó en cuenta que no la intimaba en cuanto se encontró con sus ojos jade...
No eran como los de él, con una maldad innata en su mirada; en los ojos verdes de Sakura encontraba una inocencia y gentileza que no había conocido jamás.
—Quizá podría enseñarte buenos modales. He cruzado el umbral de tu hogar y no has ofrecido ni una bebida, ni tomado mi abrigo.
El conde alzó su ceja, fascinado ante su nulo medio ante el inmortal.
