Un viaje en DxD

20. Pruebas

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Uno de los mejores sitios para descansar en la habitación de uno mismo. La privacidad que una persona tiene en su propia casa se siente aún más en un lugar en específico.

Akeno sabía que su Santuario era un muy buen sitio donde ella podía vivir su vida sin tener que fingir una máscara como antes que ella solía hacerlo. Hasta que Akeno conoció a Gabriel, ella ya no necesita fingir su alegría.

Ella está disfrutando de una buena siesta o mejor dicho ella ya se levantó de descansar. Moviendo su mano, Akeno la coloco en la cabeza de la persona que estaba descansando en su pecho.

Gabriel dormía profundamente en el pecho de Akeno mientras ella acariciaba su cabeza con cariño. Con el toque, Gabriel ronroneo con calma mientras se acomodaba más abrazando el cuerpo de Akeno.

La razón era que Gabriel tenía sus rasgos Nekomata activados. Él no estaba transformado, sino que en su forma base adquirió las características Nekoshou. La cola y orejas castañas estaban en él.

Él sigue siendo un humano, pero a la vez un Nekomata.

Akeno intento entender como Gabriel hacía eso, no obstante, luego de unas explicaciones, ella se rindió con eso.

Gabriel también y simplemente decidió que podía hacer lo que quiera con las razas que absorbió.

Una ocasión Gabriel simplemente saco una ala de ángel caído y una de diablo.

Akeno casi chilla con disgusto, pero ella recordó que era igual a eso y ahora la persona que ama también lo tiene. Ella tiene miedo de preguntarle a Gabriel sobre como ella se ve, sin embargo, ella también sabe que Gabriel la aceptara sin problemas.

Problemas emocionales.

Akeno acurrucó más el cuerpo de Gabriel a su pecho. Ella solo estaba en ropa interior y Gabriel estaba completamente vestido. Ella llegó de improvisto y Gabriel estaba dormido... ella hizo espacio.

La Reina apreciaba estos momentos de paz donde nadie más los molestaba y simplemente podía crear recuerdos bonitos sin nada involucrado. Akeno acaricio suavemente la oreja de Gabriel haciendo que esta se mueva.

También la cola de Gabriel empezó a moverse de un lado a otro, igual que la de un gato.

*Algo vibrando*

Escuchando algo, Akeno miro el origen del sonido y vio que su celular estaba vibrando, ella lo dejo así para que no se despertara. Solo las llamadas de Rias o la nobleza hacían ruido por si eran importantes.

Ella tomó el celular y contemplo el número de su madre.

"Okāsama"

"Akeno... es bueno escucharte"

"Nos vimos ayer"

"Cualquier madre que aprecie a su hija estará alegre de escuchar la voz de su hija en cualquier día" Shuri declaro con felicidad "Bueno..."

Akeno frunció el ceño ante el desvanecimiento de la voz "¿Ocurre algo?"

"Respóndeme honestamente, ¿Qué piensas de tu padre?"

"Él... él no es mi padre" Akeno respiro hondo "Él es el hombre que te dejo morir y no me salvo"

"¿Cómo lo sabes?"