Me encontraba en algún lugar oscuro, extraño. Habían al menos 10 puertas alrededor de mi, intentaba buscar una salida cuando de repente, aparecieron al menos 5 de los chicos mas sexys de toda la academia (y sabia que lo eran ya que Katie y yo habíamos hecho una lista sobre ellos el verano pasado).
Los 5 sujetos se acercaron como hienas hacia mí; intente buscar de nuevo una salida pero, en cambio me encontré totalmente acorralada por ellos. mientras repetian una y otra vez las mismas lineas: bésame Mads ¡bésame, bésame, bésame!. Cerré mis ojos por un momento, conté hasta 10 y al abrirlos, desperté en mi habitación (tan desordenada como siempre).
Mire por la ventana y admire la hermosa torre Eiffel que adornaba mi pedazo de habitación, seguia teniendo en mi cabeza aquel extraño sueño y el hecho de que lo habia tenido noche tras noche por a por el cabo de 3 semanas ¿porque tenia sueños tan extraños?, tal vez eran los nervios por comenzar un nuevo año en la academia; y mientras seguía divagando en mi mente, la fuerte voz de mi madre atravesó la cocina y llego hasta mi cuarto.
― ¡Mads, baja a desayunar, vas a llegar tarde a tu primer día de clases!
Inmediatamente, me puse mis zapatillas y baje a la cocina.
Eso, ¿es pancakes?- El olor del jarabe de mantequilla llegaba a mi nariz y invadía mis papilas gustativas.
―Claro, mimi tus favoritos ―Decía mi madre mientras deslizaba unas rodajas de manzana verdes en mi plato de panqueques. Ella, era una hermosa mujer de unos treiinta y nueve años de edad, piel clara y brillantes ojos verdes, cabello corto y suave en un tono marron chocolate.
―No me digas mimi, ya tengo diecisiete y esa palabra suena a niña pequeña―Yo en cambio, no me parecia en nada a mi madre, habia heredado (realmente no sabia de quien) un alborotado cabello oscuro y rizado, piel morena, y vibrantes ojos marrones.
―Bueno niña pequeña―Mi madre se acercado hacia mi, y habia depositado un pequeño y suave eso sobre mi frente―Callate ya, y come, tu padre te llevara a la academia.
Intente comer lo mas rápido que pude mis deliciosos panqueques. Al terminar. rapidamente subí a mi habitación, abrí mi armario y mire con devoción mis hermosos pares de Christian Louboutin. La moda en París no era como la mostraban en las películas, todos con boinas de un lado de su cabeza (ese fue el primer error que cometí al llegar a Paris) Termine de vestirme, y corrí al patio donde me esperara mi padre un poco angustiado y levemente asustado por alguna razón.
Al entrar al auto, mire a mi padre otra vez y le pregunte:
― ¿Acaso tienes algunas de esas reuniones anuales como las que tenias en Seattle? ―Sin tener que responderme vi en su mirada y el temblor de sus manos que estaba en lo cierto.
―Papa, no te preocupes, te ira muy bien, ya lo veras, todo va a estar bien―Al igual que yo, mi padre tambien tenia ojos marrones, cabello castaño y perfectamente peinado (como todo hombre de oficina) piel bronceada y un poco mas clara que la mia.
El me miro y sonrió como si en su mente hubiera quedado grabada esa oración positiva "todo va a estar bien". Mientras atravesaba la ciudad pensé en lo mucho que había cambiado mi vida desde que a mi padre lo habían transferido de Seattle a Francia, fue inevitable contener mi risa cuando nos dio la noticia a Mama y a mí, Me dije ¿Francia? ¿Paris? que se supone que hare allá, no conozco a nadie y mi francés no es nada bueno; Pero luego apareció la academia de artes dramáticas y cambio mi vida. Recuerdo como fue mi primer año no estuvo nada mal, por suerte la mayoría de los alumnos hablaban ingles, pero hubieron algunas cosas que no salieron tan bien, como el momento incomodo cuando todos se voltearon a verme como si fuera una especie de escultura abstracta en el museo de Louvre.
―Bueno, cariño ya llegamos―dijo, mientras miraba su teléfono tratando de enviarle lo que sería una excusa creíble sobre el porqué, iba en camino a la oficina desde hace 45 minutos.
―Gracias, Papa nos vemos luego, no me busques, voy a salir con Katie y Jane―dije con tono de "no me esperes voy a hacer algo interesante"
―Mads, ¿no crees que ese vestido es un poco corto? ―dejo su teléfono, y giro su cabeza para decirme lo que yo creería que es la primera señal, para un padre de que su hija está creciendo.
―Vamos, es un hermoso día, no andes nervioso, suerte en la reunión―baje del auto, y al entrar a la academia vi a Katie y Jane sentadas en una mesa con otro grupo de chicas. ya era la hora del almuerzo, podemos decir que llegue un poquito tarde.
―Hey Mads, Por aquí.
Grito Katie, quien tenia un hermoso cabello dorado, piel blanca, grandes ojos azules y largas piernas de modelo.
― ¿Que te paso? te perdiste todo un espectáculo, atraparon a Courtney Bloom rellenando su sostén con pañuelos en el baño de chicast―Todos comenzabamos a reír, incluyéndome.
―Bueno, tenemos que irnos ya, hay un rumor de que hoy llega el hijo de la director de la academia, parece que va a hacer nuestro nuevo profesor de expresión corporal.
Katie arreglo su cabello y de repente se quedo mirando detenidamente mi vestido.
― ¡Ese! es un muy lindo vestido, ¿De quien es?
―Channel―dije con orgullo, moviendo un poco mis manos.
Desde que a papa lo habían transferido teníamos más ingresos, mi vida había cambiado, compraba ropa y zapatos de diseñador, tenía siempre los accesorios más hermosos, estudiaba en una prestigiosa academia de artes y era amiga de las dos chicas más conocidas de toda la ciudad, si mi vida era increíble.
Pero aunque todo parecía lucir bien, yo guardaba un secreto, uno del que jamás quisiera que nadie se enterara, y del que si pudiera, lo mantendría guardado en un baúl con 20 cerraduras , y el caso era que yo, Madeleine Swatt, tenía 17 años y jamás había besado a alguien.
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Nunca Antes Besada
Teen Fiction¿Que pensarías si te llamaran un día y te dijeran que abandones toda tu vida, para mudarte a otro país? ¿Gritarías, saltarías de emoción? ¿Porque que chica de 17 años no estaría dispuesta a dejar todo para mudarse a París? Bueno, eso fue exactamente...