Capitulo 10: El Chico De La Piscina

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Me encontraba sentada frente a dos clonados, rostros, los cuales me miraban con determinada atención, como si por alguna razón, fuera una especie de criatura pre-histórica disecada en alguno de los museos de nuestra ciudad, y por supuesto, el gemelo malvado, me sonría, de manera tan estúpidamente, que me era imposible, poder seguir observándolo.

—Mi hermano, creía que si aprendía a cocinar, eso, lo haría un poco más fascinante, pero, por supuesto, yo sigo siendo aun más irresistible que él—Dijo arrogantemente, mientras llevaba un bocado de crepes, a su paladar, yo sin embargo, no pude volver a  mirarlo, porque sabía, que si lo hacía, vendría de nuevo a mi mente, aquella caliente imagen de Christopher, porque, ya saben, ellos eran completamente idénticos.

—Mads, ¿necesitas que después, de desayunar, te lleve a algún, lado? ¿Necesitas ir a casa de tus padres?—Había olvidado por completo, ese pequeño detalle, mis padres, no tenían ni idea, de en donde había pasado la noche, ya que  seguía, sin hablarles, y no tenía intenciones de volver a hacerlo.

—No, a casa de mis padres, no, necesito, que me lleves, a casa de Katie, por favor—Dije en voz baja, observando las deliciosas crepes, que adornaban la antigua vajilla, griega, de los padres de Christopher;  aun no podía quitar aquella imagen de mi mente.

Al terminar de desayunar, corrí a la habitación, y luego de cambiar de vestuario, por uno más impactante, tome mi bolso, y subí al auto de Christopher, un hermoso y pulcro Porche plateado (por un momento, pude imaginarnos, contemplando un hermoso atardecer, tal vez saborean un helado, y con sus fuertes brazos, cubriendo mi hombro, y todo, en aquel prestigioso auto) ; de camino a casa de Katie, Christopher, pudo comentarme, lo agobiados, que estaban sus padres, por el comportamiento de benjamin, ya que no era, la primera vez, que quebraba tarjetas, robaba llaves, y bebía sin control, de hecho, una vez, incendio por completo la casa de verano, de sus abuelos, tras tratar de hacer una fogata, en el patio principal, de ella. 

—Mis abuelos, gritaban como lunáticos, al ver su preciada casa de verano, cubierta en llamas—Decía mientras, pasábamos por Pont des Arts. (El famoso puente de los candados) —Mads, sé que es poco improvisado, pero ¿quisieras ser mi cita, para el evento de esta noche? Tu sabes, el que organiza, la madre de Katie—Me quede sin palabras, mi corazón comenzó a palpitar fuertemente, ¿Acaso no le importaba que lo vieran con una de sus estudiantes? ¿Se arriesgaría, a causar, una decepción en su padre?

——Pero, ¿no se supone, que no deben verte, con una de tus estudiantes? Digo, tu padre, ¿no estará en la fiesta?—ansiaba aceptar aquella oferta, pero sabía, de que después, que el lo analizara, con un poco de más atención, cambiaria  de parecer.

—No te preocupes, Mi padre conoció al tuyo, el día en el que te llevaron al hospital, y se agradaron al instante, no creo, que podría ser un problema, que tu, fueras mi cita, de todas maneras, diremos que nuestras citas, cancelaron a último minuto, y decidimos ir juntos, ¿Entonces qué me dices quieres ser mi cita?—No podía negarme, era hora de tomar riesgos.

—Acepto, seré tu cita, esta noche, Christopher—Me encantaba, pronunciar su nombre, y tras  mi decisión, fue tiempo bajar del auto, me despedí de él, mientras el tomaba mi mano y entrelazaba junto con la de él.

Al bajarme, del auto, pude ver como Katie me esperaba impaciente en la puerta de su gigantesca Mansión, mientras hablaba por teléfono, me dirigí hacia ella, tras saludar al Señor Ben, con una gran sonrisa en mi rostro, la cual causaría un gran contraste, junto, con el ceño fruncido de Katie, una vez mas, estaba, discutiendo con su madre.

 — ¿Por qué tardaste tanto? ¡Debíamos estar, en el centro comercial, hace una hora!, Jane ya tiene su vestido, ¡y ahora mi madre, también quiere, que pasemos buscando, su vestido, por Versacce!

Nunca Antes BesadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora