Capitulo 16: Minutos, Arrolladores Minutos

37 1 0
                                    

— ¿Te gusto la película?—Preguntaba Christopher, mientras yo apoyaba  mi cabeza sobre su torso, recostados, en uno de los gigantescos sillones, de su apartamento.

—Me encanto, ¿Cómo supiste que me encantaba la película de El Gran Gatsby? —Respondí, mientras llevaba un par de palomitas, a mi boca.

Christopher, hacia lo mismo, cuando, decidí tomar la iniciativa, y comencé a besarlo, mientras  nos recostábamos de mas, en aquel sofá.

—¡¡Hermanito!! —Una vez más, el clon de Christopher, había llegado, a arruinar uno de nuestros momentos.

Inmediatamente, recobre mis sentidos, mientras el engendro Harris, se lanzaba en el sofá, sentándose en medio de nosotros, para luego pasar sus clonados brazos, hacia los nuestros.

— ¡Me encanta,  ver películas en familia!, ¿A ustedes no les parece genial?—Pregunto, mientras Christopher y yo, lo mirábamos con ganas de golpear su rostro—Y dime Mads, ¿Mi hermano no te ha hecho la gran pregunta? Digo, conociendo al romántico de mi hermano, posiblemente te pida matrimonio, a final de año, mientras ustedes ya saben, a pero casi lo olvidaba ¿Ustedes no han llegado a tercera base verdad?—Benjamín, había pasado la línea, ya no lo soportaba, debía charlar con Christopher.

— ¡Christopher! —Exclame, mientras  me levantaba del sofá, y caminaba hacia su habitación.

—Aquí estoy, ¿Qué pasa cariño? —Preguntaba Christopher, tomando mi mano.

— ¡No, nada de cariño! ¡¿Dime, hasta cuando tendré que soportar que tu hermano viva contigo!?

—No lo sé, Mads, mis padres quieren que viva  aquí, conmigo, para así mantenerlo vigilado.

— ¡Él no es, ningún bebe de cinco años, se puede cuidar solo!

—Lo sé, Mads y créeme que yo también quiero que se vaya, pero ¿Qué quieres que le diga a mis padres?

—No lo sé, dile que quieres, pasar tiempo con tu novia, ah casi olvidaba,  que yo soy, ¡tú sucio secreto!

— ¿Qué te pasa? Estas hablando sin pensar, Mads, cálmate.

—Este lugar, es el único que tenemos, para pasar  tiempo juntos, sin tener que escondernos, del mundo real, y ahora,  tengo que soportar, los chistes doble sentido, del estúpido de tu hermano

— ¿Pero qué quieres que haga? ¡Tú sabias, que si iniciabas algo conmigo, debíamos  mantenerlo en secreto!

— ¡Entonces!, ¡¿Ahora yo soy la culpable!?, ¡sabes que! ¡Ya no soporto esto! , ¡Quédate con tus trofeos y diplomas!  Imagino, ¡que esos, si los sacas  a relucir en la calle, con orgullo!

— ¡Lo siento, Mads, no quería decir eso! ¡Por favor, no te vayas!

—Ya no hay vuelta atrás, Christopher, me voy.

Y así como aquella   última palabra que salió de mi boca, tome mi bolso y salí del apartamento de Christopher, caminando sin rumbo, ni dirección, por las calles de la ciudad, preguntándome, si había valido la pena, todo lo que había hecho, para hacer valer, este romance escondido, y mientras seguía divagando en mi cabeza, pude reconocer como pasaba por mi lado, el auto de mi padre, el cual se estacionaba, en uno de los cafés, de la esquina, para luego, el, tomar  asiento, frente a la ventana, junto con una mujer, de cabello ondulado, y piel canela, probablemente era latina;  debía saber,  que estaba haciendo mi padre con otra mujer, así que trate de esconderme, para espiarlo más de cerca.

Y al hacerlo, pude ver como mi padre, miraba que manera inapropiada, a  aquella  mujer, mientras le daba una especie, de sobre amarillo, el cual llevaba algún nombre  impreso en él, de repente la desconocida, comenzaba a llorar, y mi padre le tomaba la mano, y le secaba las lágrimas, con sus dedos, por un momento toda mi cabeza dio un millón, de vueltas, ¿Era capaz mi padre, de engañar a mi madre?, sentía como mi corazón se comprimía  poco a poco, como aquella vez, en la evaluación teatral, era algo muy fuerte para mí, debía salir de allí, debía correr, huir.

Nunca Antes BesadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora