Capitulo 14: Jane, Solo Jane

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Ahora es el turno de la otra parte de las W, la Picara, Desesperante y Amante del Rosa

Jane Brown 

Lo había logrado, me había vengado del estúpido, mujeriego y totalmente imbécil, de Benjamín Harris, pero ¿Por qué me sentía así? ¿Por qué aun no lo podía sacar de mi mente?, ¿Qué me estaba sucediendo?, yo también podía tener un emocionante romance con algún sexy profesor como Mads,  o tener un muy sensual chico de la piscina para mirar, cada vez que quisiera tomar el sol, como Katie, lo que en segundos me hizo pensar, que tal vez, era hora de construir una piscina; y seguiría divagando en mi mente, si no fuera porque mi ruidoso padre, hubiera interrumpido, mi relajante sesión de masajes, de cada domingo, en la sala de música.

—¡¡Jane Jade Brown!! ¿¡Qué significa esto!? —Exclamaba mi padre mientras sacudía en el aire, una hoja de archivo, de la cual, yo no tenía ni la menor idea de lo que se trataba.

—No lo sé, y baja la voz, interrumpes mi sesión de masajes, y además, acabas de  despertar a Toulouse de su siesta—Conteste, refiriéndome, a uno de mis adorados gatos, el cual había despertado de su larga siesta, en el sillón, que estaba cerca de los discos Vintage de mi madre.

 — ¡No, no voy a bajar mi voz, porque esto, es una demanda por quince mil euros por parte de los Harris!—Inmediatamente subí mi cabeza, para observar un poco más de cerca,  aquel pedazo de papel—¿¡¡Por qué el director Harris y su familia, nos están demandando!!? ¿¡¡Jane que hiciste!!?

— ¡No hice nada, te lo juro, Benjamin está manipulando las cosas para que yo quede como la culpable! —Dije en tono de víctima, una vez más, decidí hacer lo que mejor hacía, desde hace unos años: Actuar.

— ¡Deterioro y daño de la propiedad privada! ¡Invasión a la privacidad! Y ¡la lista sigue Jane! ¡No, no me vas a manipular con esto, dime de una vez que hiciste!—Mi plan había fallado, debía contarle a Papa, lo que había sucedido.

—Está bien, está bien, si hice algo, pero no es para que nos demanden, ah, ya lo sé, tal vez, se están quedando en quiebra, ya sabes por todos los biberones y cosas de bebes, que tienen que comprar, para su nietito bastardo.

—¡¡Oh por dios, Jane destruiste el Ferrari de Benjamin!! ¡¡ ¿Que te sucede?!! ¡¡ ¿Acaso te has vuelto loca?!! —Pregunto mi padre, totalmente furioso, tras ver una de las fotos de la “escena del crimen”, que contenia aquel archivo. 

—No lo destruí totalmente, solo revente las ventanas, raye la carrocería, y desinfle las llantas—Conteste cínicamente.

— ¿¡Acaso te estas escuchando!? ¿¡Quién es mi hija!? ¿¡Una delincuente, tal vez!? Sabes Jane, tu madre y yo, ya estamos cansados, de tus ataques de niña consentida, esta vez lidiaras con las consecuencias de tus hechos.

 — ¿De qué consecuencias hablas? —Dije confundida, ya que nunca había visto a mi padre, tan enojado.

—A partir de mañana, trabajaras conmigo en la oficina de marquetería y embalaje de obras, en la galería, cada día, después de que salgas de la academia, y para asegurarme de que vayas, hablare con los Watson, para que el Señor Ben, te recoja de la academia y te lleve a la galería, y para que te vayas familiarizando con el lugar, en treinta minutos, te alistas y nos vamos para el Louvre, tengo una reunión importante, y eso sí, trata de apresurarte, porque siempre tardas las mil horas, al igual que tu madre.

— ¡Pero Papa! Le prometí a Mads que iría a visitar a su abuelita, recuerdas la que tuvo aquel devastador infarto.

—Pues tú estarás ocupada, así que le puedes a Madeleine, que vaya con Katherine, tú puedes ir otro día.

Nunca Antes BesadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora