Capítulo seis

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-Cinco Hargreeves-

Me coloqué sobre ella en el sillón sin dejar caer todo mi peso. Los labios de Adah se movían al compás de los míos. Mientras yo balanceaba mi cabeza hacia la derecha, ella la balanceaba a la izquierda y viceversa, sentía sus delicadas y frías manos en mi cuello, mientras que una de las mías viajaba por su silueta hasta quedar en su cintura y la otra se mantenía en su mejilla. El sonido de nuestros labios juntándose y separándose ligeramente y nuestras narices rozando en cada movimiento, era lo mejor de todo.

Lenta y delicadamente pase mi mano que estaba en su cintura por debajo de su playera acariciando la antes mencionada. Unos pequeños suspiros salían de ella mientras yo disfrutaba cada caricia que le daba. Mi mano viajaba por toda su silueta bajo su playera, ella la detuvo y sacó de ahí. Reí un poco pero continuamos con nuestro beso. Realmente se sentía bien

Separamos nuestros labios y aún con nuestros ojos cerrados juntábamos nuestras frentes intentando tranquilizar nuestra respiración. Ella soltó una pequeña risa y sonreí. Me remoje los labios aún viendo los suyos

-No se comen, Hargreeves -dijo viendo mi acción-

-¿segura? -sonreí de lado y volvimos a pegar nuestros labios. Esta vez los movía más brusco, me gustaba ver como intentaba seguirme el paso. Sentí una pequeña sonrisa entre el beso, coloco sus manos en mi pecho y me separo-

Mal

-Me estás comiendo la boca, literalmente -dijo riendo- ¿Qué te ocurre? -acomodaba mi cabello-

-Desde que tus padres llegaron no hemos pasado tiempo juntos -dije acariciando su cintura y viéndola directamente a los ojos-

Como dije antes ella odia el contacto visual, ¿y yo? Yo amo verla como un tomate

Siempre y cuando yo lo provoque

-Solo ha pasado una semana, que poco aguantas -jugaba con el cuello de mi camisa- De echo, fue suerte que pudiera venir hoy

-¿Ves a lo que me refiero? No es como antes, vivías aquí, no literalmente pero casi -volvió a reír- Besarte por unas 3 horas más es lo mínimo que me deberías dejar hacer para compensármelo -le guiñe el ojo y noté como desabrochaba dos botones de mi camisa-

-¿Sigues haciendo ejercicio? -observó mi humilde pecho, solo una parte-

-Claro -sonreí y tome el inicio de su playera, ella me detuvo- ¿qué? ¿Tú si me puedes desnudar y yo no?

-Idiota, solo son dos botones -reímos-

Juntamos nuestros labios una vez más entre nuestras risas pero nos detuvimos abruptamente cuando escuchamos que golpeaban la puerta. Ambos levantamos medio cuerpo sobre el sillón para ver hacia esta

-¡Hargreeves! -ay carajo-

-¿Esa es? -me miro-

-Maldita sea -me levante y camine hacia la puerta y abrí solo un poco, de modo que solo se viera mi rostro- ¿Qué haces aquí, Kristal?

-Necesito que me lo quites de encima, fue tu culpa que él se hiciera ilusiones, así que ¡arréglalo! -me señaló molesta-

-¿Viniste solo por eso? ¿La "gran y maravillosa" Kristal, no puede mandar a la mierda a un chico? -pregunté irónico, la hice enojar más-

¿𝘕𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢 𝘴𝘪𝘯 𝘴𝘢𝘭𝘶𝘥 𝘮𝘦𝘯𝘵𝘢𝘭? |𝐅𝐇.Where stories live. Discover now