Capítulo diez

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-Adaliah Mckenzie-

-Ya hablamos sobre esto, Spencer -gruñí de mala gana mientras acomodaba la cama-

-Es increíble que ni siquiera con supervisión deje de joder -repitió y rodé los ojos- la encargada de dejarte llevar eres tú -me señaló y lo vi- y más te vale no ceder

-¡Spencer ya! Estoy lo suficientemente grande para tomar mis decisiones. Además, ya te dije lo que ha pasado entre nosotros, ¿que te preocupa? -me senté-

-Que no le gustas -se acercó- y tú estás totalmente enamorada de él. Esta jugando con tus sentimientos Adah

-¡Que no me gusta! -repetí por enésima vez en este día- No está jugando con nada

-Mírame a los ojos y dime que no te gusta -me vio directamente al igual que yo-

-No me gusta -frunció el ceño- ahora por favor déjame en paz. Estoy cansada de todo este día. Odio este lugar

-Fue tú culpa estar aquí. Así que es tu responsabilidad -se quito la playera- y más te vale no decepcionarme -se recostó sobre su cama-

-Claro. -rodé los ojos- ahora vuelvo -me acerque a la puerta-

-Adaliah ya pasó la hora de actividad, si te ven afuera te reportaran -advirtió con su antebrazo tapando sus ojos-

-Tengo sed, y si me van a reportar por ir a beber agua, que idiotas

-¿Sabes algo? Que tengas un poco de supervisión estricta no te vendrá mal -me vio y le levante el dedo corazón. Él rió burlón- pero claro, adelante, sal. Al final tú ya te cuidas sola ¿no? Sabrás defenderte

Lo ignoré por completo y salí azotando la puerta. Estaba cansada de Spencer. Todo el tiempo recalcándome en cara que me gusta Cinco cuando no es así

Oh si..

Me acerque a un dispensador de agua cerca de una cabaña, la cabaña más alejada de las demás. Estaba cerca del bosque al cual nos habían prohibido el paso. Tome un cono para servirme

De la nada escuché un ruido cerca de los arbustos. Voltee de inmediato hacia estos mientras seguía sirviendo agua en el pequeño cono. Fruncí el ceño al ver como se movían. Había aire probablemente solo era eso

-Estás desperdiciando agua -escuché una voz. Di un brinco asustada y aventé el agua a este- Oh genial, pero ya me había bañado -habló con los ojos cerrados y una expresión de asco-

-¡Dios! Casi me matas del susto -lo mire apenada- ¿Niño?

-Jacob -me extendió la mano después de limpiar su rostro con su playera-

-Adaliah -estreche mi mano con la suya- disculpa, ¿qué edad tienes? -se veía menor que todos los demás, incluyéndome-

-15 años -soltó mi mano- ¿por qué? ¿Tan pequeño me veo? -frunció el ceño-

-Honestamente, si -reí un poco- ¿eres ayudante o algo así? ¿Estás perdido?

-negó- Soy hermano menor de una de las reprobadas -explicó- ¿y tú? -lo mire confundida- ¿estas perdida? Hasta donde se no puedes estar a esta hora fuera de tu cabaña

¿𝘕𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘢 𝘷𝘪𝘥𝘢 𝘴𝘪𝘯 𝘴𝘢𝘭𝘶𝘥 𝘮𝘦𝘯𝘵𝘢𝘭? |𝐅𝐇.Where stories live. Discover now