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Los habitantes de Karmaland no soltaban el tema que rondaba desde hace una semana, el héroe más pequeño del grupo no había sido visto, al menos no en una hora normal.

Había comerciantes que lo atendían a altas horas de la madrugada, siempre con la voz entrecortada cómo si tuviera miedo de algo.
Hasta el líder, Vegetta, se había aislado un tiempo al no saber por qué despertó con golpes en su cara y en casa de un Rubius bastante traumado.

Todo estaba tan extraño en aquel pueblo que hacía desconfiar a cualquiera.

¿Por qué Quackity solo salía de noche?

¿Qué pasó en casa de Rubius y por qué dejó tan raro a el rey de la simetría?

Dudas que surgían en cada pueblerino ero no se atrevían a preguntar, no querían descubrir algo que tal vez les provocará una terrible ansiedad.

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—Quacks... ¿Haz estado saliendo?—

Luzu se sentó en el piso, imitando la posición de su pareja quien jugaba con aquel patito.

—Nooo lusuu ¿Cómo crees? Sabes que yo no salgo sin ti— si no fuera por su máscara su expresión delataria aquella mentira.

—No me gustan las mentiras Alex, ¿Quieres volver a tener a otro "amiguito" tuyo encima de ti?— se acercó peligrosamente al de gorro, buscaba intimidarlo y supo que lo logro al ver cómo el otro temblaba.

—Solo quería una armadura para nuestros hijos, salí de noche solo tres veces y no paso nada lusu, yo creo que lo de Vegetta fue un error y estaba criko o algo—

—¿Por qué quieres irte de aquí? ¿Ya no me quieres verdad? ¿Vas a ignorar todo lo que he hecho por ti?— fingió una expresión de decepción, cambio el tono de voz a uno triste esperando que su actuación resultará cómo quería.

—No luzu, perdoname, tienes razón a-aqui estoy bien, no volveré a salir solo, lo prometo— Con pena por hacer sentir mal a su pareja lo abrazó con fuerza moderada.

Luzu sonrió y correspondió el abrazo, de nueva cuenta todo había salido como lo planeado, no volvería a permitir que alguien alejará a la persona que más amaba, todo lo hacía por amor.

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Al ser el único que podía salir de la casa, su deber se había convertido en traer comida, materiales y cosas para el entretenimiento del híbrido de pato.
Se daba el lujo de ignorar a sus compañeros, no respondía preguntas ni devolvía saludos.

Alexby siendo uno de los amigos más cercanos al de mechón no tardo en encararlo en su camino al pueblo, pregunto algo fácil de responder.

"Oye tío ¿Todo bien?"

Con algo tan simple como "Si alexby, todo bien solo cansado porque me fue mal en la mina" logro que el de casco no se volviera a meter en su camino.

A veces se sentía culpable de mentir o de hacer que sus compañeros queden mal delante de Quackity, aunque la satisfacción de ver cómo todo salía como lo planeo no se comparaba con nada.
Estaba incluso orgulloso de como logro drogar a Vegetta y amenazar a Rubius con un tonto cerdo.
Sin duda alguna el era mucho mejor que cualquier héroe de Karmaland.

Con las recientes compras regreso contento a casa, era una de sus partes favoritas, sentir los brazos de Quackity rodeándolo y preguntando que tanto hay afuera, como si las cosas cambiarán de un día para otro.
Después estar toda la tarde acostados viendo algo o jugando con sus hijos patos.

Pero al entrar a casa no sintió los finos brazos sobre el, más bien escucho a su novio con dos voces muy conocidas.

—Mira lusuuu ya que ahora mismo no podía salir, ¡Má y Pá vinieron a visitarme lusuu!— con alegría presento a sus presuntos padres.

—¡Hola wey!— Willy estaba delante de su novio con un bigote pintado.

—¿¡Que pasa pinche vato!?— y a su lado Staxx lo acompañaba con un delantal rosa.

Ambos españoles imitaban bastante mal un acento mexicano.

Luzu los iba a asesinar.



















(・o・)

¡BOOM!         ~Luckity~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora