Passion Fruit [Johnny Suh y Jung Jaehyun]

Capítulo 37

—¿Ya está despierta señora Jung? —Escucho entrar a Jaehyun a la habitación justo cuando estoy despertando. Solo asiento mientras me estiro un poco y él se acuesta a mi lado poniendo su mano en mi vientre— ¿Ya tomaste tus pastillas prenatales?

—No me gusta tomarlas, no saben bien y hacen que me de nauseas. —Hago una mueca de desagrado.

—Lo siento bebé, pero tienes que tomarlas. —Toma los botes de las pastillas de mi mesa de noche y yo me quejo— Son importantes para la salud del bebé.

Finalmente le hago caso, me las tomo, pero de verdad, saben horrible, pero me recompensa trayendome un vaso de jugo.

De repente recuerdo algo importante.

—Johnny me mandó un mensaje ayer. —Tenía su mano acariciando mi vientre y pude sentir como se tensaba.

—¿Qué te dijo?

—Dijo que quería hablar a solas conmigo, sugirió que lo hicieramos en nuestro antiguo departamento pero le dije que no, que mejor hablaramos en el dormitorio. ¿Puedo ir, Jae?

—Sí, si puedes.

—¿En serio?

—Debería ir contigo.

—Está bien.

—La verdad no creo que Johnny y tu hayan terminado bien, creo que necesitan hablar por última vez para que todo quede bien entre ustedes. —Toma mi mano— Te esperaré afuera hasta que termines. —Sonrío y le doy un abrazo, de verdad estoy muy agradecida por todo lo que ha hecho por mí.

—Por cierto Jae. —Cambio de tema— Te he visto comer mucho últimamente. —Me río un poco y el rueda los ojos, le molesta un poco que le digamos eso, pero es la verdad, justamente en este momento se está comiendo una manzana y estoy segura de que ya desayunó.

—¿No tienes hambre? Puedo ir a comprarte algo de comer, solo dime que se te antoja.

—Mmm, quiero helado de té verde. —Se ríe.

—Bien, deja termino mi manzana primero.

En lo que el termina de comer su fruta yo me levanto y me doy una ducha rápido, con esto del embarazo me canso mucho más rápido de lo normal. Cuando salgo del baño veo que ya está cambiado y listo para irse.

—Iré a comprar tu helado, tu solo descansa y no hagas nada.

—Tranquilo, no haré nada.

—Bien. —Se pone una gorra negra— Dame un beso primero. —Se acerca a mí y me da un beso, luego otro, otro, otro y otro, lo que nos hace reir— Ya vuelvo.

Toma su cartera, las llaves y sale de la habitación.