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Al día siguiente, Jisung de mala gana apagó su alarma antes de levantarse de su cama y se dirigió al baño para asearse

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Al día siguiente, Jisung de mala gana apagó su alarma antes de levantarse de su cama y se dirigió al baño para asearse. Sentía los ojos pesados debido a la discusión que había tenido con Minho.

Tomó una ducha rápida y una vez término, abrió su armario, sacando la ropa que usaría aquel día. Una vez listo, se dirigió al tocados para cepillar un poco sus cabellos, tomó sus cosas y salió de su habitación corriendo escaleras abajo. Ni siquiera se despidió de su madre, realmente no tenía humor para nada, así que agarró sus llaves, abrió la puerta principal y luego cerró detrás de él, dirigiéndose hasta la parada de autobuses.

No tuvo que esperar mucho hasta que el autobús llegó, se subió, pagó y se fue al fondo para tomar asiento. Agradeció que no hubiera personas sentadas allí, pues estaba vacío. Al cabo de unos minutos, llegó a su destino, bajó del autobús y caminó un poco hasta su escuela. Una vez dentro, fue hasta su aula, donde vio que sus amigos ya estaban sentados detrás de su banca.

Jisung ni siquiera se molestó en saludarlos, dejó su mochila al lado de su silla y tomó asiento. Cruzó sus brazos sobre la mesa y apoyó su mentón sobre estos mientras esperaba a su profesor.

Cuando llegó, las clases se pasaron más lentas de lo que Jisung quería. Él solo esperaba regresar a su casa para estar solo, encerrado en su habitación y únicamente con sus pensamientos.

Finalmente llegó la hora del almuerzo, cuando el timbre sonó, él enseguida salió de su aula, sin siquiera esperar a sus compañeros y se dirigió a la cafetería para comprar algo de comer porque no comió nada antes de venir y mentiría si dijera que no se moría de hambre.

    —¡Jisung! – habló una voz que reconocería en cualquier lado.

Se giró hacia el dueño de aquella voz. Era Felix, quien venía caminando junto a Suengmin, acercándose a él. Suspiró pesado, comenzando a caminar hacia ellos.

   —No nos esperaste – reprochó Suengmin una vez llegaron al frente al aludido.

   —Lo siento – se disculpó Jisung en voz baja, aunque no lo sintiera del todo.

Felix hizo un ademán con la mano, restándole importancia y se dirigieron a una mesa vacía, tomando asiento en esta. Jisung se dedicó a comer en silencio, mientras que sus amigos charlaban, riendo de vez en cuando si decía alguna broma.

Jisung en realidad no estaba prestando atención a la plática que tenían hasta que notó que ya no hablaban, cuando alzó la vista vio que sus amigos estaban mirándolo.

   —Hannie. ¿Está todo bien? – inquirió Suengmin frunciendo levemente el ceño.

   —Estás muy callado y tú no eres así – intervino Felix esta vez antes de proceder –. ¿Hay algo que quieras contarnos?

Jisung no supo en qué momento pero de repente sintió una lágrima rodar por su mejilla, traicionándolo. Quiso fingir que todo estaba bien, que no había discutido con Minho pero había sido imposible. Sus amigos en seguida se acercaron a él aún más preocupados.

Jisung limpió sus lágrimas con las palmas de sus manos y como pudo habló.

   —Ayer discutí con Minho.

   —¿Qué por qué? – preguntó Suengmin notablemente sorprendido mirando a su amigo.

   —Me le he insinuado varias veces para que tengamos sexo y ayer llegamos al límite. No ha dejado de decir que no estoy listo y que no me ve de esa manera, em dijo que si tanto insistía en ser mayor que me comportara como uno – explicó Jisung soltando un suspiro pesado –. Me molesté por eso y le dije que se fuera de mi casa, no he hablado con él desde entonces.

Hubo un silencio algo incómodo que a Jisung le pareció eterno pero supuso que sus amigos estaban buscando la manera para consolarlo y ayudarlo.

   —Creo que deberían hablarlo, Hannie. Ambos tienen que disculparse, él por lo que te dijo y tú por la manera en la que has estado comportándote – dijo Felix acariciando su espalda, en un intento de que Jisung no se sintiera mal.

Luego escuchó un quejido por parte del australiano, en seguida quitó su mano de su espalda y cuando Jisung se giró, notó que estaba sobando su hombro para aliviar el dolor pues Suengmin le había dado un golpe.

   —¿La manera en la que has estado comportándote? – preguntó Suengmin incrédulo.

   —Ay vamos, Min. Tampoco digamos que lo que hizo Jisung estuvo bien. ¿Eh? – se quejó Felix mirando al primero –. Y Jisung, te amo pero necesito que sepas que lo que hiciste está mal. Tener relaciones no es simplemente eso, si lo haces con tú pareja es un gran paso en la relación,

   —Lo sé, supongo que sí me lo tomé muy a la ligera – hizo una mueca y mordió su labio.

Jisung estaba consciente de que la cagó, tuvo que haber sido paciente y no apresurar las cosas, no mucho menos dejarse influenciar por sus amigos que ya habían tenido relaciones con sus parejas.

   —Como sea – dijo Suengmin y procedió –, tienes que hablarlo con él. Los dos se equivocaron así que tienen que pedirle disculpas al otro.

Jisung asintió en silencio, estando de acuerdo con su amigo. Tenía que hablar con Minho, admitir su error y disculparse. No podía seguir estando molesto con él, además no le gustaba estar así con su pareja, comenzaba a extrañarlo.

 No podía seguir estando molesto con él, además no le gustaba estar así con su pareja, comenzaba a extrañarlo

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𝑺𝒕𝒊𝒍𝒍 𝒂 𝒃𝒂𝒃𝒚 [𝑴𝒊𝒏𝑺𝒖𝒏𝒈]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora