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Pronto llegó la hora de la cena en el gran crucero SKY. Esta se llevaría a cabo en el salón principal, donde anteriormente había sido testigo de las preparaciones. Amplias mesas de blanco mantel, cientos de platillos y cocineros de un lado a otro, llenando los platos que yacían vacíos por los hambrientos comensales, entre ellos estaba Eunji, la amiga de Jimin. Curiosamente, él ya no tenía tanto apetito. Se encontraba tenso, a la expectativa.

—Oye, ¿por qué no estás saboreando estas delicias? Creí que esperaste años para esto —le recriminó Eunji con su boca llena.

—Sólo estoy haciendo espacio en mi estómago, Eunji. Te llenarás de más si sigues comiendo así —sonrió mínimamente, bebiendo un poco del vino de su copa.

En una esquina, el sujeto de antes lo estaba observando sin cuidado. Jimin no podía sentirse más incómodo de sentir aquellos ojos filosos clavados en él impiadosos, completamente infieles a la razón, hace ya media cena. ¿Por qué el oficial Min Yoongi tenía que observarlo de ese modo tan descarado? ¿Acaso lo tenía en vigía luego de aquel acometido en la sala del subsuelo? Patrañas. Esa no era justificación de aquel acto.

Jimin carraspeó, ojeando disimuladamente al oficial entre su copa. Para cuando subió su vista, Min Yoongi había desaparecido. Suspiró hondamente, sosteniendo sus palillos de metal y permitiéndose al fin tomar una rodaja de sushi con salmón.

—¿Ves qué bueno está? —insistió Eunji.

—Mhh... —saboreó—. Ciertamente, la cocción del arroz no podría estar mejor. Además, la sazón de la salsa es perfecta y le da un contraste de sabores único.

—Es un honor recibir esos halagos —oyó una voz grave a sus espaldas.

Esa voz... Jimin giró su cabeza lento, como si fuera un robot destartalado.  Min Yoongi le sonrió perspicaz, acomodando su traje en la silla, el cual había caído al suelo descuidadamente.

—Preparé personalmente algunos de los platillos, entre ellos, el que acabas de probar —se tomó el atrevimiento de explicar.

En ese entonces, no podía creer que la  persona que lo había intimidado a tal manera antes, era la misma que ahora hablaba pausadamente y con cierta tonalidad elegante.

—Oh... ¿Eso es así? Es usted un excelente cocinero, oficial —se atrevió a decir—. Me sorprende que no sea parte del equipo de chefs. Y aún así, alguien tan ocupado como usted se toma tales excepciones —Jimin dejó sus palillos a un costado, dirigiéndole una mirada inquisitiva.

Él no se quedó atrás en responder, bajo el mismo tono cínico.

—Desde que tengo memoria, siempre he anhelado ser un gran marino. Sin embargo, tener un duro entrenamiento no significa que debas dejar de lado otros aspectos de ti mismo. Con su permiso —hizo una reverencia, amagó irse pero se giró para desnudar una última oración, quizás acercándose de más a su oído—. Tenga más cuidado con sus pertenencias, Park Jimin. No quisiera que algo se le pierda en este crucero.

El Primer Oficial se marchó con sus manos cruzadas en la espalda, volviendo otra vez a su servicio. Era como si pudiera cambiar de personalidades tranquilamente, ese hombre le inspiraba un aura extraña y Jimin siempre había sido un joven muy curioso. Volvió a respirar con fuerza, todavía podía sentir el rastro de su voz en el aire, su grave voz tenía un aroma profundo, un color casi imperturbable.

—Okay... ¿Me dirás qué fue eso? —Eunji lo miró pícara y batió sus pestañas, tal vez insinuando un doble sentido.

—No tengo idea, Eunji —se encogió de hombros—. ¿Tú qué opinas?

—Pues para mí es obvio que estaba coqueteando contigo. ¿No te diste cuenta?

Jimin puso una mano en su mejilla, pensativo.

ᴇʟ ᴄʀᴜᴄᴇʀᴏ ᴅᴇ ʟᴀ ᴍᴜᴇʀᴛᴇ - (ʏᴍ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora