Una camisa de jean azul marino a juego con sus tejanos y el aroma a lluvia brotando de sus cabellos húmedos. La iluminación cálida de los pasillos que contrastaba con la oscuridad profunda en la que se había convertido su hogar en este tiempo y el aire pegajoso de finales de verano. Fue así como recordaría haber visto a Min Yoongi a los ojos otra vez.
El tiempo se había detenido entre el avellana y el ónix. Podía oírse la respiración agitada del mayor tras haber subido los cuatro pisos hasta su departamento y quién sabe cuánto había corrido bajo la lluvia, lo suficiente para dejarlo completamente empapado. Su rostro frío a sólo unos centímetros del propio, hacía sentir el límite de los sueños y la realidad algo injusto, lucía tan blanco que por un instante creyó que una piel así jamás podría haberla olvidado.
No supo cuánto tiempo habían permanecido absortos en el otro. Lo próximo que sintió fueron los labios de Yoongi arremeter desesperados con los suyos. Las manos blancas del mayor lo tomaron de la cabeza, Jimin también estaba completamente mojado por haberse dormido bajo la lluvia, por lo que los dos eran un completo desastre de humedad. Sin embargo no importaba, no importaba porque la lluvia podía ser besada en sus labios fríos, la lengua de Yoongi recorría la suya como si buscara saciar su sed de él, sólo en el lugar correcto, el único en el mundo.
Jimin retrocedió por la fuerza ejercida, sintiendo que comenzaban a dar pasos hacia atrás y mientras el beso seguía en su intensidad, oyó a Yoongi patear la puerta tras de él y el estruendo acompañó al momento en que sintió su espalda ser golpeada contra la pared. Las decoraciones del mueble cayeron al suelo justo al lado y el cuadro que le regaló su madre tambaleó tanto como él.
Yoongi sostenía sus cabellos con fuerza, acaso buscando unirse más, sentirse más de cerca, sus bocas se devoraban con excesos de saliva que se mezclaban y podía sentir la mano del mayor bajando hasta su cintura. Permaneció allí, se separaron por falta de aire y la respiración de Yoongi cayó errática sobre su boca, el aliento templado a la lluvia que había absorbido.
Jimin jadeó por la intensidad acometida, con sus ojos cerrados para poder sentirlo más y todo aquello que tanto había extrañado se volvía real. La idea se le hizo injusta, muy injusta por el tiempo lejos, por las lágrimas derramadas y el vacío al que creía haberse acostumbrado. Pero ahí estaba él, dispuesto a romper en un instante todo aquello que tardó dos meses en construir. Se aferró de los hombros del mayor, aquella camisa de jean llena de gotas minúsculas, inhalaría aquel perfume que sólo él desprendía y era capaz de llenar de un cálido vapor las heridas de su corazón.
Dolía como el infierno.
—Di algo... Di algo que explique esto o lo poco que queda de mi corazón terminará de hacerse trizas —susurró el castaño, regulando la respiración que había sido robada de su sistema.
Yoongi volvió a atrapar sus labios en un casto beso y apretó el agarre de su cintura. Sus dedos quedarían marcados en la suave piel.
—Lo siento.
—¿Por qué lo sientes?
—Porque soy egoísta. Mientras tú me ofreces el amor más cálido del mundo, yo no soy capaz de dejarlo.
—¿Dejar qué, Yoongi hyung?
—La marina.
Jimin sintió una punzada en su corazón que lo mareó por un momento. Apartó al hombre de su cintura, intentando mirarlo a los ojos. Entre la cabellera húmeda había algunas pequeñas ramas de árboles arrebatadas por el viento. Él no le devolvía la mirada y un ligero rubor cubría su nariz.
—Incluso si no puedo dejar mi trabajo como Oficial... ¿Seguirías queriéndome?
—No lo entiendo... —admitió.
ESTÁS LEYENDO
ᴇʟ ᴄʀᴜᴄᴇʀᴏ ᴅᴇ ʟᴀ ᴍᴜᴇʀᴛᴇ - (ʏᴍ)
FanfictionEl crucero de lujo SKY de Seúl esconde muchos secretos. La embarcación abre sus puertas cada verano en el puerto de Busan y recibe a cientos de celebridades, grandes artistas, empresarios y políticos. Con numerosas atracciones ostentosas, piscinas e...