⚓ 29 ⚓

62 12 0
                                    


Con la vista nublada y el corazón martilleando en su pecho, Park Jimin se repetía a sí mismo desgarradoramente el mismo nombre. No podría detener el andar urgente de sus pies, no importaban cuántas lágrimas se dejara en el camino en su estado deplorable, debía encontrar a Yoongi cuanto antes. Lo había visto irse en dirección al tercer módulo, por lo que hacia allí se dirigía, aun sin lograr procesar por completo los rostros que se le aparecían como manchas turbias entre el agua.

Fue en esa situación que no pudo reaccionar a tiempo cuando su cuerpo se llevó por delante a otro ajeno, casi arrasándolo en su ráfaga. Se sentía tan mareado cuando al subir su mirada se encontró con una sonrisa perversa que reconocía como la del Capitán Wang. Por instinto, retrocedió algunos pasos luego de tallar sus ojos, arruinando aquel precioso maquillaje que se había hecho para esta noche.

—L-Lo siento, no veía a dónde iba —hizo una venia, más para ocultar su horrible rostro.

El Capitán avanzó la misma cantidad de pasos que Jimin había retrocedido y uno más.

—Park Jimin, ¿no es así? —su sonrisa se curvó.

Jimin cerró sus ojos con fuerza cuando su mano se aproximó a él. Creyó que iba a tomarlo de los cabellos y zarandearlo, o darle al menos un buen golpe, sin embargo no supo cuál opción era peor que las demás al momento de sentir su asquerosa mano acariciando su mejilla.

Su rostro se contrajo, llenándose de nuevas lágrimas de desprecio.

—Déjame en paz —Jimin alejó la rugosa mano de su rostro de un zarpazo.

Aún podía sentir la textura de la mano en su mejilla y sintió tanto asco que podría vomitar. No lo volvió a mirar a los ojos, pero él seguía allí a la expectativa.

—Parece que has perdido el juego, Jimin Park —la sonrisa se volvió una carcajada cerda y repulsiva, señalaba que disfrutaba malditamente todo aquello—. Has sido un iluso por creer que en algún momento, podías llegar a salirte con la tuya. ¿Lo pensarás bien la próxima vez, no es así? Antes de seducir a un oficial para que se meta entre tus piernas. ¿Sabrás que eres una perra asquerosa y terminarás perdiendo por tu calentura?

El Capitán Wang quiso volver a tomar su barbilla para amenazarlo, pero Jimin alzó sus puños en defensa.

—Aléjate o juro que te bajaré los únicos dientes que te quedan, viejo asqueroso —dictaminó con fuego en su mirada.

—Puedes amenazarme, eso no cambia que has perdido. El crucero se cerrará pronto. Sin embargo, para ti, puedes ir enterándote de lo que te espera. Además del Primer Oficial, hay muchos hombres hambrientos en este crucero que no dudarán en querer meterse en tus piernas. Sufrirás lo que te has buscado con cada uno de mis hombres, Park Jimin —fue lo último que dijo antes de marcharse en un paso sereno, con sus manos detrás de la recta espalda.

Jimin abrió sus ojos horrorizado de escuchar esas atrocidades. Quedó inmóvil, por unos segundos olvidando lo que iba a hacer allí, todo estaba perturbándolo a tal medida desde hace tiempo que ya no se creía capaz de soportarlo. Sus rodillas cedieron débiles al suelo, quería hacerse una bolita y llorar con fuerza hasta que la garganta le doliera, pero no pudo hacer más cuando unos brazos lo envolvieron impidiendo la caída.

No supo de quién se trataba hasta que subió la vista y aspiró un poco del aroma. Namjoon lo rodeaba cálidamente mientras el llanto no cesaba y se desataba como la más furiosa tormenta.

—Shh, tranquilo Jimin-ah... —Namjoon palpaba su espalda, también lanzándose al suelo con él y ensuciando sus pulcras prendas de seda negra.

—E-Es deplorable... Fue tan asqueroso —sus pequeñas manos se apretaban temerosas en la camisa ajena, las gotas caían de sus ojos como fina lluvia sobre la tela.

ᴇʟ ᴄʀᴜᴄᴇʀᴏ ᴅᴇ ʟᴀ ᴍᴜᴇʀᴛᴇ - (ʏᴍ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora