Y ahí estaba Horacio, un Omega rebelde que jamás pensó llegar a encontrar un alfa perfecto con el cual enlazarse, ahora recostado junto a aquel alfa gruñón sintiéndose la persona más afortunada del planeta por tenerlo a él; horacio nunca pensó llegar a ser marcado, ni siquiera en sus sueños se veía así pero ahora es lo que más ama, poder mostrarle al mundo que ahora pertenece a aquel alfa inalcanzable que odiaba la vida de compromisos.
Los ojos del alfa a su lado comenzaron a abrirse lentamente haciendo que una enorme sonrisa crezca en su rostro, acercó su mano al cabello grisáceo del contrario y comenzó a dejar caricias en este.
-Bueno días Vik - dijo en un susurro como si alguien más pudiera escucharlos.
-Buenos días lindo - contesto el alfa sonriendo. - me encanta despertar a tu lado, eres demasiado hermoso en la mañana - el ruso acerca su rostro al del menor y deja un beso rápido en sus labios para después levantarse de la cama y dirigirse al baño.
Horacio se quedó unos minutos en la cama repasando en su cabeza las palabras de su alfa, aún se le hace un poco raro ser tratado de forma tan dulce por Viktor siendo este uno de los alfas más fríos y groseros que había llegado a conocer.
Se levantó de su cama para ir a la cocina y comenzar a preparar el desayuno, en el proceso se paró a pensar y cayó en la cuenta de lo mucho que le gusta por fin poder llamar a Viktor "su alfa", jamás se imagino llegar a ser el Omega de alguien, y mucho menos llegó a imaginar ser el de Volkov pero la vida lo sorprendió muchísimo en los últimos meses, con estos pensamientos en su mente y una sonrisa dibujada en su rostro se dispuso a preparar el desayuno para ambos.
Pasaron el desayuno de forma cálida, tuvieron una pequeña charla pero la mayor parte del tiempo estuvieron cada uno sumergidos en sus propios pensamientos, ambos bastante felices por lo ocurrido en la noche anterior sintiéndose aún más cómodos con la compañía del otro a su lado.
Los cachorros nacieron dos semanas antes de lo esperado, una madrugada Horacio despertó sintiendo las contracciones y al despertar a V este rápidamente lo ayudo a prepararse y ambos fueron directo al hospital donde después de 3 horas de trabajo de parto Horacio trajo al mundo a dos hermosos y saludables bebés, el pequeño Kai y la linda Zoe. Ambos padres se enamoraron inmediatamente de sus dos cachorros sabiendo que juntos harán que sean los niños más felices del mundo.
Viktor estuvo el primer mes en casa junto a Horacio siendo extremadamente cuidadoso con su Omega ya que se encontraba afectado aún por el parto, pero la presencia de Viktor lo mejoro todo sumándole que también contaron con la ayuda de Sara quien se encargó de enseñarles todo lo que deben saber para cuidar a los dos nuevos integrantes de su familia ya que estos al ser padres primerizos no tenían mucha idea de cómo manejar la paternidad.
Inevitablemente al entrar al segundo mes Viktor tuvo que volver a su trabajo ya que ya había estado ausente durante mucho tiempo y no podía descuidarlo tanto así que comenzó a volver a la oficina aunque siempre terminaba volviendo a casa antes de lo que debía o se tomaba breves descansos para ir a verificar que todo esté bien con su familia a pesar de que aún cuentan con Sara y ella le prometió llamarlo inmediatamente si había algún problema.
Horacio se sentía bastante amado gracias a toda la atención y la ayuda de Viktor; le parecía muy tierno verlo tan preocupado por él y por los cachorros, amaba el final del día cuando Viktor llegaba del trabajo e inmediatamente tomaba a ambos bebés en brazos para comenzar a cantarles hasta que ambos estén dormidos.
Los meses comenzaron a pasar y con el tiempo dejaron de necesitar la ayuda de Sara, ambos se estuvieron acoplando muy bien a ser padres y crearon hábitos en los que ambos terminaban involucrados en la crianza de sus hijos porque definitivamente no querían ser de esas familias en las que el Omega es el único que se encarga de los niños y el alfa solo trabaja y a veces comparte con su familia los domingo, no, ellos querían hacer las cosas bien y por eso Viktor se volvió muy flexible con sus horarios de trabajo y se encargaba de cada día pasar al menos unos minutos con sus bebés, y Horacio no quiso volver al trabajo ya que no quería separarse tan rápido de sus cachorros y tampoco quería que estos crecieran a cargo de una niñera.
Ambos empezaron a enamorarse más cada día el uno del otro, su relación floreció de forma magnífica y se puede decir que el antiguo Viktor Volkov desapareció por completo y Horacio comenzó a ser un poco más confiado con este haciendo que toda vaya de maravilla y aunque a veces tenían sus conflictos por todo lo que la paternidad trae consigo, han sabido manejar todo muy bien.
Fue en el cumpleaños número dos de los gemelos que Viktor se decidió a dar un paso más grande en su relación dándole una sorpresa a Horacio al en medio de la cena cuando ya los niños se encontraban dormidos y ellos solos en la mesa de la cocina se arrodillo frente a este preguntándole si quería casarse con él y mostrando una cajita de terciopelo rojo con un lindo anillo de compromiso, Horacio claramente dijo que si y en medio de su emoción lloro un poco y se tiró a los brazos de su pareja para abrazarlo.
Su boda se realizó seis meses después, fue algo bastante pequeño teniendo como invitados a pocos amigos de la pareja y aprovechando la ocasión para vestir a sus hijos con unos adorables trajecitos haciéndolos ver demasiado tiernos frente a todos los presentes.
Y así continuaron con sus vidas ahora siendo esposos, viendo crecer a sus pequeños niños y siendo bastante felices formando un ambiente familiar sano y lleno de cariño.~~~~~~~~~~~~~~~~Fin~~~~~~~~~~~~~~~~
Tenía planeado algo más largo pero ✨pasaron cosas✨ y bueno creo que era mejor darle un final y no dejarlo así nada más.
Y se que este final esta maluquito pero bueno jaja es lo que hay. :(
ESTÁS LEYENDO
Falling for you
FanfictionHoracio es un dulce Omega el cual logra descontrolar la vida de Viktor Volkov, un cruel alfa al cual toda su vida no le ha interesado nadie a parte de él mismo.