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La noche cayó también en el palacio de Topkapi, al parecer el viaje del príncipe Bayezid se había retrasado, aún permanecía junto a su familia allí, había llegado al palacio una nueva sultana, Hurician, hija de la difunta sultana Hatice e Ibrahim de Parga, sin duda la jovencita era el vivo retrato de sus padres poseía un gran carisma y había sido instruida por la sultana Fatma hermana del Sultán Soliman; dichas presencias amenazaron los días grises sobre el palacio a parecer de muchos pero para la Haseki del Sultán no serían más que nuevos problemas de los cuales encargarse.
Bajo la penumbra de la fogata la sultana Hürrem conversaba con su hijo en sus aposentos sobre algunas asuntos importantes hasta que su madre decidió quitarse una duda que la había perturbado.
—— La Sultana Cihan es muy hermosa ¿No lo crees?—— preguntó mirando atentamente el fuego en la chimenea.
El castaño fue tomado por sorpresa ante tal pregunta pues no sabía que decir —— No lo sé sultana, quizás sí
Su madre volvió la mirada hacia el y supo que no andaba bien pues el tono que su hijo uso y sus ojos perdidos solo significaban que algo le atormentaba. —— Hijo mío, ya dime ¿Qué pasa contigo? ¿Qué está acongojando a tu corazón?
Los ojos del príncipe miraron hacia el piso y sin reunir el valor para contarle a su madre sobre lo que el sentía por la princesa veneciana se resigno a callar de nuevo.
—— No soy ciega Bayezid, se que lo que sea que esté aquejandote tiene que ver con un mal del corazón, hijo, si es por alguna concubina sabes que puedes tener a quien te plazca siempre y cuando seas precavido con todas tus acciones.
"Todas son ninguna a su lado" pensó el príncipe mientras la imagen de Carina volvía a su mente, la convicción e ímpetu que ella poseía eran únicos y la hacían tan diferente a todas las demás. —— Soy lo que toda mujer desea, pero no para Carina.
La mujer a su lado abrió los ojos sorprendida ——¿Carina? —— el príncipe se quedó callado —— ¿Qué tienes tu ver con la princesa?
—— Madre ella me hechizo desde el momento en que la encontré en el hospital, yo pensé que ella sintió lo mismo pero al parecer de nuevo es algo más con lo que Selim va a quedarse.
Unas lágrimas traicioneras se acercaron a los ojos del castaño quien intento reprimilas, la sultana puso una mano en rostro y le dijo —— No sabia de tus sentimientos para con ella, es una lastima que no siempre podamos obtener lo que queremos, sin duda es una muchacha muy especial, la vi en mis sueños mucho antes de que llegase al palacio, ella es un arma poderosa y está de nuestro lado.
