☦︎CAPITULO VIII☦︎

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¿Recuerdas aquella vez en la que te dije que en la vida de alguien siempre estará el amor de tu vida y tu alma gemela? Bueno no menti al decirlo, y es que, cuando de reconocer el amor se trata los corazones son muy ciegos, a veces confían en quien no deben y desconfían de quien no, entonces te cuestionaras ¿Cómo encontraré el amor verdadero? Simplemente sabrás que a su lado no serás capaz de poner muros, quizás la armadura con la que te blindaste se derretira ante la sublime brasa de dicho amor y cuando sepas que eres capaz de ser vulnerable por él o ella, quizás hayas encontrado a la persona que debías y estabas predestinado a amar.

- Su alteza...- hizo reverencia- creí que ambos teníamos algo pendiente.

El panorama no era para nada alentador, Selim y Bayezid en la misma habitación juntos y conversando de quién sabe qué, pero ¿Qué es lo que habían estado platicando? Las ascuas acongojaban a Carina y la hacían querer gritarle al menor de los hermanos allí presentes que dejara de entrometerse entre ambos.

- Así es, pero descuida mi hermano ya se iba, solo vino a despedirse quizás mañana el tiempo no nos alcance - la castaña asintió ante la explicación del príncipe y continuo mirando a Bayezid de forma intensiva no podía creer que se atrevía a mirarle a la cara después de lo que había hecho en la mañana.

- Bueno, yo me retiro, ten una buena velada hermano - deseo sarcásticamente el príncipe mientras los celos le carcomian interiormente.

Carina al notar su salida se reverencio ante él agachando la cabeza pero poniendo la mano en la que portaba su anillo sobre su pecho dejando a relucir que lo había recuperado y el joven no podía hacer nada con ella en aquel momento, no sin levantar sospechas.
Mordiéndose los labios y lanzando una risa de amargura salió no sin antes susurrar discretamente «No es el final»

Era un alivio que al fin se haya ido y ella se encontraba a solas con Selim, el nudo de aquel día se había desatado y solo tuvo que ser paciente y astuta - Veo que ya lo llevas puesto, es un alivio que te haya gustado.

-Le agradezco su generosidad su alteza, este presente habla muy bien de usted y su generosidad, se que la nueva misión en la que hoy se embarca será augurio de buenas nuevas para usted y...- hizo una pausa para colocar su mano sobre la del príncipe - para su Imperio.

El pelirrojo se levantó de su sitio y dándole la espalda sirvió algo en su copa.

-¿Bebes? ¿Estas bebiendo Selim?

-Bueno mi hermano me trajo un poco de vino como regalo y tregua, no pude decirle que no, además es solo una copa.

- No lo hagas, no tomes ni una gota Selim

El pelirrojo le dio una mirada de extrañeza y dirigió su mirada nuevamente a la copa y su contenido ¿Cuál era su defecto?

- No quiero que tengas problemas con tu hermano pero en este camino lleno se trabas y saboteos al trono ¿No ves las intenciones de tu hermano? Solo vino aquí a tentarte de nuevo, no seas débil - le mencionó mientras le quitaba la copa de las manos - No peques de crédulo su majestad

«𝕸𝖊𝖑𝖊𝖐»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora