Capítulo 1

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Las gotas de agua caían, observaba su reflejo en los charcos, el aire humedo y denso era difícil de respirar. Un año había pasdo desde la caida del Señor de el Fuego Ozai y la subida al mandato de Zuko como su predecesor, un año llevaba recluida Azula en una prisión a las afueras de la Nación del Fuego.
  El sonido del seguro de la puerta resonó y entró un soldado por ella con un plato de comida para la reclusa.
- Su comida Princesa - Dijo el guardia con tono burlón, Azula le lansó una mirada fulminante y este se asustó.
  El guardia dejó el plato en las sercanias de la reja y se retiró, Azula se acercó y pasó sus demacrados brazos por las rejas y empezó a comer de forma alocada.
- Mira como terminaste mi niña - Se escuchó una voz a las espaldas de la pricionera, esta rápidamente se volteó y observó, su cara se llenó de odio.
- Madre difrutas viendo en lo que convertiste a tu hija - Respondío Azula - Un Monstruo fruto de ti.
- No mi niña, todo esto lo causo tu padre él te convirto en esto, te husó y te transformó en lo que el deseaba - Intentó explicar la madre.
- No madre estas equibocada puede que el me llevara por ese camino pero tú... tú nunca me quisiste me odiabas, me recluias solo por ser más talentosa que Zuzu lo querias mucho más a él - Replicó esta - A mi solo me temías por ser un Monstruo, pero eso se acaba hoy.
  Azula se abalanzó sobre su madre pero no logra hacer contacto con esta, rodó y se golpó con el final de la celda, se volvió para observar a la silueta de su madre desaparecer.
- Mi niña yo siempre te he amado y espero eso algun día lo entiendas y en lo más profundo de tu corazón me puedas perdonar - Dijo Ursa mientras se desvanecia.
  Nuevamente volvió a reinar el silencio en la celda, Azula se arrodilló y empezó a llorar, se revolvió su cabello ya hecho un desastre y sucio por la mugre.
  La soledad la atormentaba y los traumas del pasado no la dejan dormir, observó sus manos, las cuales una vez pertenecieron a la fuerte Princesa de la Nación de el Fuego y que ahora le pertenecían a lo que solo era una sombra de lo que algún día fue. Atemorizada y nuevamente cargada de ira levantó su mirada al techo.
- Malditos sean, saldré de aqui y los mataré a todos, derrotaré al Avatar y demostraré quien soy - gritó fuertemente con las pocas fuerzas que tenía.

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