Capítulo 3

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  Corrió apresuradamente escapando de la prisión, escabullendose entre la multitud tratando de no destacar por sobre las personas, almenos no más que su vestimenta y apariencia.
  Lleva ya almenos media hora escapando algo que le había parecido solo segundos, no había vuelto a mirar atrás, ya a estas alturas deberían de haber informado al palacio, pero aún tenía tiempo.

*Una hora antes*
  El tedioso ruido del seguro de la puerta de su celda sonó y la puerta se estremeció a la entrada del guardia, el cual entró temeroso y llevó su mirada tras los barrotes y se encontró con el cuerpo de azula tendido en el suelo sin signos aparente de vida. Se acercó cuidadosamente e intentó acercar su mano a esta traspasando la celda, en un movimiento rápido Azula se hizo de la solapa del uniforme del guardia y azotó su cabeza fuertemente contra los barrotes. Rebuscó entre el uniforme y encontró la llave, reparó en el rostro del carcelero, ensangrentado y deforme por el golpe ya carente de vida, el remordimiento ni por un momento hizo acto de presencia, utilizó la llave y abrió la puerta.
  Caminaba tratando de dar pasos veloces pero su actual condición no se lo permitia. Tras doblar un pasillo se encontró con otro guardia y este arremetió contra ella, en un movimiento desesperado por defenderse lanzó un puñetazo que impactó en el cuello de su enemigo provocando que este callera muerto en el suelo. Siguió su camino intento utilizar su fuego control y se dió cuenta que no se manifestaba, había pensado que el aire húmedo que suministraban a la jaula era para neutralizar sus poderes o a lo sumo disminuirlos pero ya a estas alturas debería de haberlos recuperado no en su totalidad pero almenos algo de ellos.
  No paraba de pensar en lo que le estaba sucediendo mientras avanzaba, recordaba que tras ser vencida cayó inconsciente y haber sentido un ormigueo en su cuerpo para luego despertar en la celda, que le estaba pasando, de momento ocho guardias salían de uno de los pasitos adyacentes, reparando en su presencia intentaron aprenderla pero está se defendió golpeó a los guardias uno por uno utilizando sus puños y lanzandoles fuertes patadas dejando inconscientes a la mayoría, uno de estos logró escapar y dar la voz de alarma. En un intento desesperado por uir entró a través de una trampilla corrediza que conducía a uno de los tubos de desagüe de uno de los baños que se encontraba en una habitación sercana, al parecer era un cuarto de descanso para los carseleros, los que ella se había encontrado anteriormente habían salido de allí al terminar sus horas de descanso, caminó por los alcantarillados hasta llegar a la luz de la salida, luego emprendió su huida.
*De regreso al presente*

  Caminaba todavía por la multitud con dirección al puerto ya que esta era la vía más segura para escapar de la nación, al parecer las personas no la reconocían, se habían olvidado de ella en ese año de paz, se sintió frustrada pero se dio cuenta que esto le favorecía en su escape, divisó el puerto y se arrimó al primer barco que encontró. Esperó al momento indicado y cuando nadie la podía ver se escabulló al interior de uno de los barcos, con cautela y activamente atenta buscó un lugar seguro donde ocultarse, atravesó uno de las puertas que daban lugar a un compartimiento de carga y se acomodó detrás de una de las cajas y utilizo una lona en el suelo para taparse.
  Llevaba ya esperando a que el barco sarpara serca de quince minutos, quieta en su escondite de repente escucho pasos y observó por debajo de la puerta una sombra al otro lado, se escucharon voces y la puerta empezó a abrirse. Rápidamente azula se volvió a tapar.
- Como le habíamos dicho el barco fue revisado mientras se cargaban los suministros y no se detectó ningún polisón - Se escuchó decir a un hombre.
- Era necesario comprobar, la pricionera es astuta y puede haber... - Dijo otra persona sin poder terminar la frase.
- Le sucede algo - Preguntó el primer hombre.
- Nada al parecer fue solo un simple mareo - Respondió el otro - Todo está en orden aquí gracias por su tiempo ahora debo regresar al palacio para informar y saber si algien ha logrado dar con la fugitiva.
  La puerta se cerró y se sintieron los pasos alejarse, la pricesa se quedó pensativa ya que una de las voces que escuchó le parecía familiar.
- Debio de ser mi imaginación - Dijo Azula, cosa que no se creía era muy difícil que alguien como ella se equivocara.
  Sintió que el barco se ponía en movimiento, arrecostó su espalda a la pared y buscó una posición cómoda, el viaje iba a ser largo.

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