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Mientras avanzaban por las calles de la ciudad vacía, Alex, Greta y Gabi procuraban mantener el diálogo. Más allá de que la situación tenía a cada uno enredado en sus propios pensamientos, sin decirlo, todos coincidían en que mantener una conversación despreocupada ayudaría a descomprimir la tensión con la que estaban conviviendo.

Después de dudarlo y postergarlo más de la cuenta, Gabi se decidió a enviarle un mensaje a Martín preguntándole por la foto que él había tomado desde la barra de la cafetería. Sabía que, así como estaban, comenzando la relación, debía procurar usar las palabras adecuadas para que él no creyera que se lo preguntaba porque fuera un maníaco de los celos o alguien que, desde el comienzo, lo atormentaría cuestionando cada acción que él hiciera.

Así que, después de varios intentos de escribir y borrar, utilizando diferentes saludos y formas de desarrollar su pregunta, pensando si sería mejor ir sacando el tema de a poco o preguntarle directamente en el primer mensaje, finalmente, envió algo. Pero no quedó conforme con el resultado, ya que el texto solamente decía "Hola Rey".

Por poco que dijera ese primer mensaje, fue suficiente para que Gabi entrara nuevamente en clima detectivesco y le dieran ganas de hablar de eso con Alex y Greta para que ellos también pudieran ser parte de esa búsqueda virtual, aportando opiniones y rastreando en sus redes, tal como él lo había hecho en el sillón de su casa, antes de salir hacia lo de Alex.

Entonces les dijo todo desde el principio. Sin parar de hablar, recuperando un poco de ese estilo enérgico con el que siempre se había caracterizado, comenzó contándoles de su relación con Martín, de la primera vez que lo había visto, de que había comenzado a trabajar en la cafetería para acercarse a él, de cómo había ido forjándose de a poco, a fuego lento, esa relación, hasta llegar a la última noche antes de que se desatara todo lo de la pandemia y les confirmaran que la cafetería cerraría sus puertas hasta nuevo aviso.

Fue soltando todo y cambiando el tono y el rumbo de la trama hasta llegar con su relato hasta el momento en el que llamó por teléfono a Julián y él le dijo que estaba con Amelia realizando esa búsqueda de pistas de la cual ellos tres ahora también eran parte. Luego siguió contando sobre cómo buscó en las redes sociales, intentando estar atento a cada detalle, por mínimo que fuera, hasta que, abatido por la desilusión de no encontrar nada, cuando se estaba dando por vencido, vio a Martín, fuera de foco, en la foto de Matilda y que, considerando que se lo veía tomando una fotografía, por poco que fuera, le pediría que le envíe esa imagen para ver si, desde ese ángulo, podía encontrar algún detalle que fuera significativo.

Así, hablando sin parar, sin omitir detalles, llegó a lo último que había hecho antes de comenzar a hablarles, que había sido enviarle el mensaje a Martín. Luego de decir eso, se quedó callado, esperando la respuesta o, al menos, ver alguna reacción en la cara de sus colegas. Pero ambos se quedaron dubitativos y no dijeron nada. Hasta que, pasado unos segundos, Alex le preguntó qué había puesto en el mensaje que le había enviado a Martín. Se consideraba experto en esas cuestiones, aunque no lo dijo, y sabía de lo poco sutil que podía ser Gabi enamorado, así que se ofreció a decidir juntos cómo redactar cada mensaje que le fuera a enviar a Martín porque, a su parecer, había dos opciones: Una era pasar a buscarlo y que él también fuera parte de todo lo que estaban haciendo, y, la otra opción era mantenerlo al margen de lo que estaban haciendo.

Aunque, para la segunda opción, al no poder contarle el verdadero motivo por el cual le pediría Gabi a Martín que le pasara la imagen que había tomado, debería montar una escena de celos a través de mensajes, diciendo que lo había visto en la foto de Matilda y que quería saber qué o a quién fotografiaba tan sonriente.

Finalmente, y porque Greta se había negado a que optaran por esa segunda opción, a Gabi se le ocurrió que podría llamarlo, explicarle lo que sucedía y pedirle esa fotografía. Y, en caso de que Martín quisiera acompañarlos, le dirían que no podían arriesgarse a ser más adentro del automóvil, dadas las normativas vigentes.

Y eso fue lo que hicieron. Hablaron por teléfono mientras el auto marchaba con un rumbo incierto y su sombra se hacía cada vez más larga en el asfalto. Martín, al otro lado de la línea, y luego de decirle a Gabi cuánto debía cuidarse y aportar, además, algunas opciones de búsqueda, les envió la foto por e-mail al celular de su enamorado para que la imagen no perdiera la calidad y pudieran agrandarla y verla con más detalle.

Ansiosos, una vez que Gabi se despidió de Martín y despegó el aparato de su cara, los tres abalanzaron sus miradas sobre el mismo aparato para poder encontrarse con la imagen por la que tantas excusas pensaron. En la fotografía se apreciaba, en primer plano, a Gabi caminando con una bandeja en sus manos y, para sorpresa de los tres, a pocos pasos de él, Olivia estaba parada, mirando hacia afuera por el enorme ventanal del frente de la cafetería, como si estuviera esperando a alguien. En sus manos, se veía que tenía el celular de funda rosa con la pantalla encendida, notándose que, justo en el momento que Martín tomó la imagen, acababa de llegarle un mensaje.

Una pausa más cercanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora