11. El Apático

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3070 palabras


Un jazz suave sonaba por uno de sus audífonos, mientras distraído miraba hacia la copa de los árboles, tras las cuales, las nubes prometían una próxima tempestad. Lo mejor sería apresurarse a irse a su apartamento; pero Jimin seguía hablando a gusto con algunos de sus amigos y, personalmente, prefería esperar a tener que interrumpir de manera brusca la charla amena que parecían tener.

Tarareó la melodía en voz baja en tanto consideraba las compras que tenía que hacer antes de ir a casa. Se había terminado el pan tajado y el arroz. Las fresas también, lo cual era inconcebible. Faltaban algunos vegetales, embutidos y galletas, quizá. No recordaba bien. Menos mal había hecho una lista. Ahora tan sólo necesitaba la ayuda de Jimin para llevar todo.

Sin embargo, al bajar su vista para buscar a su amigo, fue sacado de sus divagaciones al encontrarse con una chica algo sonrojada a unos cuantos pasos de él, la cual le dirigía una mirada tímida y jugaba con sus manos en un ademán nervioso.

Oh, no.

Taehyung buscó a Jimin de inmediato, deseando que aquel le pudiera sacar de la incómoda situación, como tantas otras veces había hecho. No obstante, en cuanto dio con él y su mirada; aquel se dio cuenta de la situación y tan sólo le dejó a su suerte, incluso había tenido el descaro de encogerse de hombros y dirigirle una mirada burlona antes de seguir hablando con sus amigos. El pelinegro de cabellos desordenados abrió un poco su boca, ofendido. Ese traidor.

Y estaba pensando en otra manera de huir, cuando notó que la chica ya se había acercado demasiado como para poder evitarla. Sin embargo, pese a la cercanía, aquella parecía no ser capaz de hablar aún, demasiado nerviosa mientras miraba al suelo. Al notarlo, Taehyung soltó un profundo suspiro, intentando no ser el idiota insensible que solía ser. Pero es que él no era paciente y ni siquiera conocía a esta chica, tampoco le podían exigir mucho.

De cualquier manera, hizo su mejor esfuerzo.

—¿Qué quieres?

... Y fracasó.

Taehyung casi que podía ver a Jimin cubriendo su rostro con su mano, decepcionado. Y como si eso no fuera lo suficientemente agobiante, la pobre chica dio un paso hacia atrás mientras salía de su ensimismamiento, y levantó su mirada, observándole con un toque de temor. Y vale, está bien, está bien. Él aceptaba que esa no había sido su mejor demostración de delicadeza.

—Y-yo quería... eh... El sábado estrenan esta nueva película de Marvel y me preguntaba si quisieras...

Taehyung no tenía que escuchar más. Mejor hacía las cosas rápidas tanto para ella como para sí mismo, ahorrándose toda una larga conversación incómoda. Por más que supiera que Jimin le golpearía después.

—No. No me interesa —dijo firmemente, interrumpiendo a la chica. La cual reflejó desconcierto y desilusión en su rostro, que le obligó a intentar agregar algo—. Ve con alguien más. Tienes tiempo hasta el sábado aún.

No fue su mejor cierre y lo confirmó al ver la mirada aún más consternada y ligeramente molesta que obtuvo de ella. Haciendo una mueca, se giró un poco hacia Jimin, buscando su ayuda para no hacer la situación aún más incómoda. Ese maldito. Era lo mínimo que podía hacer, ya que técnicamente también había sido su culpa. Su amigo sabía que aquello ocurriría y no hizo nada para evitarlo. Así que sí, su culpa.

Escuchó un profundo suspiro a su lado y, luego, ya tenía a Jimin entrando en escena. El cual, tras disculparse en nombre de su estúpido amigo sin tacto, despidió a la chica con una sonrisa de ángel. Incluso le había deseado un lindo día, que la había hecho sonrojarse.

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