Only you

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El pelinegro dibujaba con los crayones sobre la mesa de la habitación mientras mecía sus piernas alegremente, solo se podía escuchar el sonido de la cera sobre la dura madera y a Luzu pasando las hojas de su aburrido libro de Psicología.

De vez en cuando el mayor miraba a Alex meneandose en su lugar y sonreía, se había prometido a si mismo no encariñarse con él pero se le estaba haciendo muy complicado pues era jodidamente encantador.

-Sabes que puedo sentir tu mirada.- la voz aguda del menor lo sobresaltó bajo sus gafas y desvió la mirada.
Una risita se escuchó de parte del azabache que siguió con su trabajo.

Le causaba cierta curiosidad lo que hacía pues no había dejado de colorear desde que le había entregado los crayones y a su preciado Tiger, podía ver al pequeño peluche naranja sobre las piernas del menor que de vez en cuando era cambiado de lugar, algunas veces lo ponía sobre su cabeza o su hombro y Luzu solo suspiraba enternecido.
No entendía como ese chico podía ser un caníbal homicida.

-Terminé.- los ojos oscuros del menor se encontraron con los suyos y apretó el dibujo a su pecho levantandose de su lugar.- Es un regalo para ti.

-¿De verdad?.- dijo con una gran sonrisa que no pudo evitar.

-Cierra los ojos.- mencionó emocionado Quackity posicionándose frente a él.

El mayor aunque sabía que no debía hacer eso pues se encontraba compartiendo habitación con uno de los homicidas más peligrosos en el lugar lo obedeció; el trozo de papel acarició sus manos y sintió como el libro que había estado leyendo anteriormente era retirado de sus piernas.

-Ya puedes abrirlos.

Un dibujo de él junto al menor lo hizo sonreír, Alex llevaba lo que parecía ser una pijama de pato y en su caso era una de tigre.

-Es precioso, Quacks.- dijo dándole una sonrisa sincera que hizo que el menor se sonrojara.

-Lo mejor para mi Luzu.- acaricio la mano del mayor juguetonamente y su estómago se contrajo recordándole aquel sentimiento enfermo que había experimentado tiempo atrás.

- acaricio la mano del mayor juguetonamente y su estómago se contrajo recordándole aquel sentimiento enfermo que había experimentado tiempo atrás

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2 semanas después.

Cómo las sesiones anteriores con Big Q, tenía que pasar todo el sistema de seguridad, desde la misma charla con la secretaria aburrida hasta encontrarse con Samuel cerca de la celda del menor.

Pero en está ocasión algo cambio, la secretaria lo recibió como siempre: un saludo cordial y listo.
Al momento de llegar a las celdas algo se sentía diferente, desde el ambiente hasta el completo silencio que gobernaba el lugar; Samuel no se encontraba donde usualmente intercambiaban un par de conversaciones que Luzu olvidaría más tarde.
Caminó algo confundido pero sin detenerse hasta quedar frente a frente con la puerta de la habitación del menor, tocó un par de veces el código que habían creado juntos y entró.

TASTE OF ME | LUCKITY OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora