Fantasía sideral

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Una semana había pasado desde que Luzu y Quackity se habían enlazado. Estaban completamente enamorados, sus días se limitaban a comer juntos, bromear entre sí y si tenían ganas terminaban en sexo.

No siempre, pues Luzu no quería lastimar a Quackity.

-Sabes, creo que ya es hora Luzu.- el pelinegro murmuró viendo la televisión, su cabeza se balanceaba entre el sueño y bostezaba de vez en cuando.

-¿Hora de qué mi Quacks?- le besó los nudillos mientras lo recargaba en su hombro.- ¿Tienes sueño? son apenas las 10 am pato tonto.

-Yo no madrugo.- gruñó aferrandose a Luzu.

-Que voy a hacer contigo.- rodó los ojos riendo suavemente.- Anda, duerme un rato más mi amor.

Quackity sonrió tonto al escuchar el apodo.

[...]

Luzu tarareaba una canción que él mismo había creado para Quackity, estaba concentrado en la cocina y en la comida que preparaba especialmente para él. Miró de reojo como este se movía pero no le prestó atención, estaba dormido así que no había de que preocuparse.

Removió el contenido en el sartén y divagó en como todo había estado saliendo bien la última semana, no había señal de Samuel y todo parecía indicar que estaban libre de peligro.

Eso esperaba.

Las manos del pelinegro le rodearon la cintura sacándolo de sus pensamientos.

-Hola Quacks, ¿qué tal dormiste?- no distrajo la atención de la comida sobre el fuego.

-Tu novio durmió bien, gracias.

Luzu se detuvo y apagó el fuego, ladeo la cabeza curioso y rió al notar que Q era quien estaba detrás de él en ese instante.
-Hola Q, ¿qué tal dormiste?- repitió la pregunta dedicándole su atención.

Quackity le pidió que lo tratara bien.

-Dormí más de lo que hubiese querido.- rodó los ojos, jugueteó con las manos y se balanceo con los pies cual niño.

-Sí, Quacks necesitaba tiempo para pensar.- lo empujó suavemente de los hombros para poder tomar unos platos de la alacena.- ¿Quieres comer?

-¿Por qué tanta amabilidad?- el pelinegro ladeo la cabeza curioso.- Según recuerdo, me odiabas.

-Estoy cansado de pelear.- mintió tomando ambos platos y comenzó a servir la comida en estos con sigilo, Q era una bomba de tiempo que podría estallar en cualquier segundo. Pasó junto al menor y puso los platos en la mesa dándole una ligera sonrisa.-Vamos a comer, Q.

El mencionado hizo una mueca, tomó un cuchillo ágilmente y lo colocó debajo del mentón de Luzu antes de que este pudiese hacer algún otro movimiento.- ¿Qué planeas?

-Comer, solo eso.- levantó las manos con gesto serio.- ¿Puedes bajar el cuchillo?

-¿Y quién dice que no lo usarás contra mi?- el pelinegro lo miró de arriba a abajo, el labio le tembló dejando en evidencia que tenía miedo.

Oh Q ¿cuánto te han dañado?

-Si quisiera ya te habría noqueado.- rió amargamente, miró la mano que sostenía el cuchillo y con un movimiento rápido se lo arrebató lanzándolo al otro lado de la cocina.- A demás.- se interrumpió sujetando las muñecas del más bajo para empujarlo contra la barra y recostarlo levemente en esta.- Quiero que nos llevemos bien.

TASTE OF ME | LUCKITY OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora