Perder la cabeza

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Samuel miró con orgullo al grupo de oficiales frente a él. Eran solo 4 pero con el mejor entrenamiento.

-Saben lo que vamos a hacer hoy, ¿no?- encendió un cigarro y miró las fotografías frente a él.- Big Q y Luzu, ambos deben ser atrapados con vida, es importante que nunca se confíen pues estamos tratando con dos caníbales dementes.- exhaló el humo recordando el cadáver de Wilbur en la vieja habitación del pelinegro.- Leyeron sus expedientes, saben lo peligrosos que pueden ser.

-¿Ellos sabrán que vamos?

-Probablemente Q sea el primero en notarnos, su alter es un jodido animal con un sentido de supervivencia altísimo.- volvió a dar una calada al cigarrillo.- Irá detrás de ustedes una vez que sepa que están ahí y no parará hasta ver que están muertos.

Uno de los oficiales se removió nervioso.- ¿Somos carnada?

Samuel chasqueo la lengua y lo miró con superioridad.- Si estás asustado puedes largarte marica, se supone que están entrenados para que ese bastardo no les haga nada.

El joven asintió quedando en completo silencio.- Lo siento.

-Bien, el plan es el siguiente.- se recargó en su escritorio donde había un mapa con 5 piezas colocadas estratégicamente.- Alrededor de la cabaña hay un bosque abundante perfecto para escondernos, lo mejor es atacar de lejos y cuando los veamos vulnerables. Uno de ustedes cortará la luz y eso los obligará a salir.- movió una de las fichas hacia la cabaña.- Mientras, los demás se acercarán sigilosamente. Vamos a obligarlos a atrincherarse en aquella cabaña.

Aunque sabía que darían pelea.

Lo mismo había ocurrido la primera vez que atraparon a Q.

-¿Entendido?- apagó el cigarro en su cenicero.

Un entendido salió de la boca de todos los oficiales, que estaban dispuestos a dar la vida por la misión.

Quackity estaba sentado en el pórtico de la cabaña observando las nubes que anunciaban una tormenta eléctrica

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Quackity estaba sentado en el pórtico de la cabaña observando las nubes que anunciaban una tormenta eléctrica. Jugueteaba con una flor entre los dedos, tenía los azabaches fijos en el bosque que se mecia con violencia de vez en cuando debido al aire que atraía la lluvia.

Tenía un mal presentimiento.

»Es lo que crees«

-No, me estoy sugestionando.- miró hacia todas direcciones, centrandose en cada árbol.

»Estás tan seguro como yo«

-No es verdad.

»Entonces ¿qué estás buscando? si no hay nada ahí.«

»Tienes que matarlos.«

»Es justo como ese día, ¿recuerdas? te acorralaron. Samuel está cometiendo el mismo error.«

TASTE OF ME | LUCKITY OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora