Bloody Mary.

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Advertencia: Este capítulo contiene violencia explícita, mención de sangre, etc. Leer bajo su responsabilidad, si son sensibles a esos temas los invito a irse antes de que se arrepientan (?

...

Frenó de golpe frente a la cabaña en mitad del bosque, el sol comenzaba a ponerse al horizonte reflejando en el arroyo cerca del lugar, colores vibrantes entre naranjas, rosas y violetas que pintaban el paisaje de forma preciosa.
Pero en ese momento había algo más importante, Quackity se encontraba delirando en el asiento trasero de su auto.
Rápidamente abrió la puerta y sujetó al menor de los muslos, cargandolo ágilmente en su hombro mientras caminaba hacia la cabaña. Aún balbuceaba algunas cosas, era menos constante y eso le preocupaba a Luzu pues no sabía quién era el que se estaba quedando con el mando.

Lo depositó suavemente en el sofá, recargando su cabeza en uno de los posa brazos mientras acariciaba su cabello azabache.- ¿Quacks?.- acarició su mejilla y observó la mirada perdida del menor en el techo, sus pupilas estaban dilatadas a causa de la droga. El efecto probablemente aún duraría un par de minutos, no había sido una cantidad excesiva, pero aún estaba en su preocupación el si volvería siendo Alex o Q.

-Todos se pueden ir a la chingada.- gruñó de forma despectiva y apretó sus manos ocasionando un ligero sangrado en sus palmas.

Luzu lo notó y rápidamente colocó su mano en medio, recibiendo el apretón del contrario.- Aquí estoy, Quacks.

-Luzu... Tengo miedo.- su voz salió entrecortada y trató de buscarlo con la vista, pero parecía estar cegado por el constante cambio entre él y Q.- Siempre con miedo, Luzu no puede hacer nada.

-No es verdad, no le creas Quacks, quédate conmigo.- besó su mano con cariño y vio como los ojos perdidos del pelinegro dejaban escapar unas cuantas lágrimas.

-Lo lamento, arruiné un día que se supone sería maravilloso.- rió suavemente mientras sollozaba, cerró los ojos sin parar de llorar y recargó su cabeza hacia el lado contrario, tratando de evitar la mirada del mayor.- Estoy hecho un desastre...

-No importa, eres el desastre más precioso del universo.

Volvió a reír entre lágrimas.

-Eres el único que piensa eso de mi.- se incorporó en el sofá y miró a su alrededor, Luzu lo observó extrañado.

¿Por qué se miraba tan tranquilo?

-¿Quacks?.- dijo, acariciando con sumo cuidado su hombro.- No, no eres mi Quacks.

El pelinegro le dio una sonrisa algo retorcida e instintivamente se levantó del suelo retrocediendo un par de pasos, estaba encerrado con un potencial asesino y caníbal, claro que temía por su vida.
Q lo imitó, dando pasos tranquilos hacia él sin dejar de observarlo con esa mirada macabra que le causaba escalofríos.

-Sabes, es una lástima que estés tan enamorado de Alex.- acaricio con sus dedos la madera de la mesa, viendo como Luzu la rodeaba tratando de imponer algo de distancia entre los dos.- Tú y yo podríamos divertirnos.

-¿Qué te hace creer eso?.- frunció el ceño, si lograba despistar a Q probablemente podría noquearlo.

Levantó las cejas dando toques a la madera, el ambiente rápidamente se impregnó del aroma a feromonas que desprendía el menor. Luzu cubrió su naríz, no podía dejarse seducir por él, no con el olor de su preciado Quackity.
-Yo puedo darte lo que Alex no puede.

-Dudo que sepas lo que significa el amor.

Amor.

Dio una carcajada sonora y negó con la cabeza.- ¿Qué mamada es eso del amor?

TASTE OF ME | LUCKITY OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora